|
Ford Escort GL - 1988
El más esperado
Revista Parabrisas Nro 121. Junio de 1988
Publicado en Test del Ayer en Marzo de 2010 |
Luego de varios meses de crear expectativa por medio de la campaña publicitaria del plan de ahorro de Ford, el Escort apareció en el escenario, aunque su comercialización se iniciará a mediados de este mes. En forma exclusiva, Autolatina nos entregó una unidad para someterla a este road-test que ofrecemos. A partir de aquí un exhaustivo análisis y nuestras conclusiones del auto más esperado del ´88
Que Ford haya decidido presentar en Argentina un automóvil medio mediano perteneciente al denominado segmento "C" de nuestro mercado, es sin duda un acontecimiento.
Encarar la producción del Escort indica una respuesta -aunque algo demorada- a las necesidades y exigencias del mercado argentino.
También te puede interesar
- Prueba de los Volkswagen Gol Audi 1.6 (ARG) vs Volkswagen Gol CHT 1.6 (BRA)
- Prueba del Fiat Regatta 85
La marca, siempre estuvo vinculada a vehículos de lujo a partir de la aparición de ese fenómeno llamado Falcon. Luego siguió en esa misma temática con el Ford Sierra. Ya en aquel momento de su presentación, había quienes dudaban del acierto en la elección del modelo.
El tiempo logró que las perfiladas y novedosas líneas del Sierra fueran aceptadas por el mercado, pero nadie mejor que la gente de Ford sabe que ese proceso llevó tiempo. Porque el argentino no es proclive a los autos revolucionarios. Tarda en digerirlos.
Tiempo más tarde del lanzamiento del Sierra, responsables de distintas áreas de la empresa, reconocían que en 1984, hubiese sido más conveniente un Escort que un Sierra. Pero como todo, los proyectos llevan su tiempo y al encarar el nuevo modelo tras los estudios del caso, se llegó a la conclusión que el mercado estaba en condiciones para asimilar un auto en mayor nivel.
Durante el trascurso de los meses y a medida que avanzaba el operativo Sierra, el país cambio sus estructuras económicas y las reglas de juego fueron modificándose. Para simplificar, podríamos decir que el Sierra llegó a destiempo, a contramano de la tendencia en el momento de su nacimiento, una tendencia que hubiese aceptado con más entusiasmo un Escort.
De todas formas, aunque con esfuerzo, el Sierra es un exponente de primera línea en el mercado local e introdujo a nivel conceptual y técnico una serie de innovaciones de las cuales varias de ellas, siguen siendo una exclusividad del modelo.
Finalmente, hace ya más de un año, Ford decidió encarar el proyecto Escort que se vio beneficiado más tarde por las primeras conversaciones acerca de los protocolos de intercambio con Brasil, país donde se produce desde hace tiempo. De esa manera, podrían ingresar en el lote de los que luchan en la franja más nutrida del mercado.
Es difícil predecir quién será el más o menos damnificado con la salida del Escort, vehículo del que ya se han vendido un interesante número de planes de ahorro, pero nadie es tan ciego como para no admitir que Autolatina corre el riesgo de "canibalizar" (palabra muy en boga en la industria automotriz) al modelo Gacel 1.6 de Volkswagen.
Tampoco pasó inadvertido el peso de la marca del óvalo en Argentina y mucho menos la "magia" del nombre Escort que desde hace años se asocia a un vehículo que superó los 6.000.000 de unidades comercializadas y que dispone de cientos de palmares en la actividad deportiva. Todo esto, hace que el Escort sea un automóvil esperado con ansiedad por el público, al que las demás terminales observan con respeto pese a que su venta se iniciará a mediados de este mes.
Como otros vehículos de nuestro medio, el Escort con algunas diferencias estéticas a las actuales, fue lanzado en Europa hace ocho años. Precisamente en septiembre de 1980. Seis años más tarde recibió los beneficios de un atinado "restyling" que le dio la fisonomía que hoy muestra tanto en Europa, Brasil como Argentina.
El Escort, de tres cuartos trasero con fondo de la base del Cerro Catedral
En 1981, obtuvo de parte de los periodistas europeos especializados en industria automotriz, un codiciado galardón: "El auto del año".
Sobre 52 electores que componían el jurado, 29 de ellos decidieron que el Ford Escort lo merecía, en tanto otros 20 lo ubicaban en segundo lugar. Esto indicaba que el balance final de este medio mediano, era más que correcto y su posterior aceptación por parte del público así lo dejó establecido.
Entre los argumentos que se pueden esgrimir en su contra, hemos escuchado con alguna frecuencia la frase: "Llegó tarde". Los que sostienen esta teoría olvidan quizá que el volumen de ventas de nuestro mercado ni siquiera llega a los 200.000 automóviles por año y que las grandes inversiones para producir automóviles de última generación -por esa razón- no tienen una contraprestación coherente.
Nadie duda que un Sierra XR-4 merecería un V-6 a inyección, o que el Peugeot 405 sería un impacto en nuestro mercado o que el Renault 21 tendría que haber salido durante 1987. Pero eso significa millones de dólares de inversión para un sector que todos los días debe sacar sus cuentas con un lápiz de punta muy fina.
Lo real, tangible, es que el Escort llegó en mayo de 1988. Su arribo se produjo por medio de una versión única que podríamos denominar "casi básica". Sin equipamiento o elementos de confort con los que otras terminales dotaron a sus modelos.
Para fin de año, o principios de 1989 se está desarrollando una versión "Ghia" que tendrá todo lo que le falta a este "GL". Las razones de esta política, no tenga dudas, las tienen aquellos que diariamente se dedican a los temas de comercialización y planeamiento.
Pasemos entonces a analizar rubro por rubro al primer "chico" argentino de Ford.
Trompa de líneas suaves, de neta inspiración alemana y cierto parentesco con los Sierra aunque en tamaño reducido. Aerodinámicamente, considerando que el diseño data de 1980 con mejoras introducidas en 1986, no estamos en presencia de uno de los mejores Cx, pero 0.38 no es tan malo como para considerarlo negativo.
Visualmente, en cambio, se manifiesta un "divorcio" entre el estilo de la mitad delantera y la parte trasera. Hasta el parante central es un auto moderno de dibujo fluido y sin aristas. El sector posterior (que no fue retocado en el último "face - lift") es más anguloso, menos redondeado y no conjuga -desde el punto de vista personal- con el resto.
El rodado, los cubrerruedas, los paragolpes envolventes, la inclinación del parabrisas y el remate de la cola, logran un automóvil agradable y que será aceptado por el mercado argentino.
Insistimos le falta ese toque de armonía cuyo límite está en el parante central.
No se mostraron filtraciones de polvo y/o agua pese a que los caminos patagónicos mostraban síntomas inequívocos de la tradicional sequía de la época. Uno de los puntos salientes del "chico" de Ford
No fue fácil llegar a una calificación unánime. Se hace inevitable la comparación con sus rivales directos (Duna, Gacel y Renault 9 y 11). Adelante es cómodo y no ofrece problemas. Es más ancho que el R-9 y el Fiat Duna lo que otorga un poco más de libertad de movimientos a los de adelante. Esto también beneficia en ese aspecto a los del asiento posterior pero no sucede lo mismo con el espacio para las piernas.
Es levemente mejor que el R-9 y el Gacel pero con menor habitabilidad que el Duna.
En síntesis, es un exacto término medio que sale airoso frente a sus rivales.
Los tapizados son sobrios al igual que los colores interiores (grises en nuestro caso)..
3 - Puesto de comando e instrumental |
3 |
Aquí es necesario dividir el rubro en dos partes. Respecto al puesto de comando no existen objeciones. La posición de manejo es adecuada para conductores de cualquier altura, los comandos son de diseño funcional, de rápida adaptación y al alcance de la mano. Ídem la radio (de diales muy chicos difíciles de operar) y el cenicero.
La palanca de cambios está bien ubicada y el volante de dirección es de buen "grip" y tamaño adecuado aunque parezca -a primera vista- algo reducido. Hasta aquí 4.5 puntos sería lo correcto. La segunda parte (instrumental) baja el promedio en este ítem.
Aunque estemos en presencia de esta versión "GL" con equipamiento base, la falta de un cuentarrevoluciones se hace sentir. Sobre todo porque el velocímetro y las agujas del nivel de combustible y temperatura se sienten muy solitarias en el panel que debe informar al conductor. Las luces tampoco ofrecen un panorama completo y se nota la ausencia de un testigo de reserva de nafta. Estas características hacen que el promedio no supere los 3.5.
Párrafo aparte para los asientos. Cómodos y correctamente ubicados frente al volante con regulación de respaldo por medio de un dial sobre el lado interno (por fin) y no como en el Sierra del externo junto al parante. No ofrecen una completa sujeción en curvas -especialmente el asiento o "apoyacola"- pero no son del todo criticables.
Buena. Sin puntos oscuros o zonas "ciegas". La tercera ventanilla lateral ayuda a que el panorama sea amplio sobre todo en maniobras de estacionamiento. Hacia adelante y a 180 grados es excelente. Las escobillas cumplen su función a cualquier velocidad pero se nota la falta de un brazo limpialuneta al igual que del espejo retrovisor externo del lado derecho. Dos elementos de los que dispondrá -seguramente- el futuro Escort "Ghia".
5 - Aireación - Calefacción |
4.5 |
Podría presuponerse que por tratarse de una versión básica, el tema aireación del habitáculo no está del todo cuidado.
Sorpréndase, porque el sistema de "climatización" integral del Escort es de lo mejor -sino el mejor- de la industria nacional. Tanto la calefacción en condiciones climáticas extremadamente frías, como el funcionamiento del aire acondicionado en zonas cálidas. De regulación impecable por medio de un dial que permite seleccionar la temperatura, otro que hace ingresar al aire del exterior o lo recircula y un tercero que desvía el flujo de aire por distintos canales.
Con estas posibilidades de regulación, se puede viajar en ruta logrando una combinación perfecta de aire caliente dirigido a los pies del conductor y aire fresco por las salidas de la consola y laterales. La vieja historia de "pies calientes y mente fresca", situación ideal para conducir.
Sólo la polarización de los vidrios se mostró algo ineficiente cuando el sol pega fuerte en horas del mediodía.
6 - Confort de marcha |
4.5 |
Obviamente, los que más experimentaron en ese sentido fueron los brasileños, pero sus resultados no sirvieron a nuestras necesidades. Por consiguiente, el departamento de ingeniería, tuvo que trabajar sin descanso hasta lograr un equilibrio, ese que como siempre sostenemos, es difícil de obtener.
Las palmas, entonces, se las llevan los técnicos de General Pacheco por el exacto balance logrado que hace que el Escort transmita confort a sus ocupantes por medio de una suspensión que no peca de mullida y tampoco de deportiva.
Detalles criticables: 1) el viento produce chiflidos sobre el borde de la ventanilla delantera a causa del canal de desagote del agua y 2) se notaron algunos quejidos de plásticos en el tránsito por caminos de ripio no del todo parejos.
7 - Maniobrabilidad - Dirección
|
4 |
Adecuada para un vehículo de su tamaño. No dispone de servodirección ni siquiera como opcional (el único es el aire acondicionado) pero como en otros casos, tampoco le hace falta. Las maniobras de estacionamiento, donde más se manifiesta la falta de asistencia del sistema, se realizan sin inconvenientes. Ni las mujeres pueden quejarse...
El volante, como dijimos, parece pequeño pero en realidad es de diámetro justo para las necesidades del conductor. El "grip" es bueno y no se transmiten irregularidades a la columna. La bocina (cuyo sonido no condice con su origen europeo) se acciona desde el centro del volante.
8 - Equipamiento y Accesorios |
2.5 |
He aquí un aspecto muy mejorable y que nos hace pensar que todo lo que le falta al "GL" lo encontraremos en el próximo Escort Ghia.
Es notoria la carencia de cuentarrevoluciones, algunas luces testigo, sensores de distinto tipo que informen al conductor, limpialunetas, portamapas en las puertas y bolsillos en los respaldos, espejo externo derecho, bloqueo central de puertas y eleva cristales eléctricos.
La antena, ubicada sobre el remate del guardabarros delantero izquierdo, es de tipo manual. No pedimos eléctrica, pero la solución intermedia -y lógica- hubiese sido colocarla en el techo. La radio AM-FM / Pasacassettes (reloj digital incluido) tiene diales muy pequeños y difíciles de accionar pero de buena recepción. Igual que los seguros de puertas integrados a la manija de apertura (tipo Sierra) pero de tamaño muy reducido. Tampoco dispone de luces de lectura para el acompañante.
Por el lado positivo: bandeja sobre el lado derecho profunda y útil para llevar objetos sin que se desplacen y guantera con cerradura de generoso tamaño.
Como conclusión: para,los que desean más equipamiento, el "Ghia" está en su futuro.
Al cabo de los 8.000 kilómetros recorridos no se registraron problemas ni consumos excesivos de aceite, apenas 1/4 de litro en 4.000 kilómetros.
Es de funcionamiento suave, aunque algo "rumoroso" y de potencia normal (73CV) para un 1.555 cm3.
La temperatura correcta de funcionamiento es de 77 grados pero notemos que con marcas frías (-6 grados) y viajando de Bariloche a Confluencia en 4ta y 5ta marcha, la aguja del medidor apenas superaba el limite mínimo.
Frente pleno del Escort GL. Trompa de línea moderna de indiscutible estilo alemán y paragolpe integrado a la toma de aire
Se nos informó que la sensación de motor frío lo da la escala del instrumento (sin indicador numérico) pero que la temperatura es correcta. Por consiguiente y como consejo: no empiece con los papeles de diario en el radiador ...
Su régimen de potencia máxima es de 5.200 rpm con un par motor a 2.400 rpm lo que habla de su elasticidad, algo que se comprueba en el tránsito urbano.
En realidad, para ser exactos, no es un "mil - seis", sino un 1.555 cm3. Y en cilindradas relativamente bajas como ésta, un 4 por ciento de diferencia es importante.
Especialmente, si hablamos de performances lo que nos lleva a compararlo con motores de 1.400 cm3 (caso Renault), 1.500 cm3 (caso Fiat Duna) y 1.600 cm3 (caso Sierra GL o Gacel). Si tomamos estos parámetros llegamos a la conclusión que en velocidad final está en los niveles esperados a pesar de que la "humildad" de la gente de Ford los llevó a declarar oficialmente 155 km/h, cuando en realidad supera con holgura los 160 km/h.
En aceleración, en cambio, se mostró más brioso que su hermano mayor (Sierra 1.6) con valores del orden de los 13.97 segundos.
Cifras acordes para un motor doméstico, sin pretensiones deportivas y de diseño poco actual que utiliza como base un block que supo ser de Renault 12 y equipó durante años al Ford Corcel brasileño.
Aceptable.
El embrague no es de acople armonioso, existe un levísimo y casi imperceptible tironeo al moverlo en primera. Luego se comporta adecuadamente. Las relaciones están bien escalonadas a excepción de la 2da y la 4ta que a nuestro entender, deberían ser algo más largas para aprovechar mejor la potencia del motor, especialmente en ruta.
El selector de cambios (palanca algo larga) es preciso y solo mostró rebeldía en ocasiones al pasar de 3era a 4ta y viceversa debido a que en nuestra unidad esas marchas no se encontraban exactamente en la misma línea. La marcha atrás no es "quejosa" y la quinta obliga a un movimiento algo exagerado ya que se encuentra bastante más allá de la 3era.
Como para que no se confunda.
Pese a la dureza de los caminos del sur, el Escort mostró su robustez estructural en condiciones a las que no lo someterá el usuario promedio
Si dispusiera de válvula compensadora trasera, el puntaje sería el máximo ya que el comportamiento del sistema es muy eficiente. No pierde pedal, frena con franqueza, sin vacilaciones o fatigas. Los discos ventilados delanteros se ven respaldados eficazmente por los traseros.
De lo mejor junto a los de su pariente, el Sierra.
Este rubro esta íntimamente ligado al confort de marcha. Los sistemas delantero (McPherson) y trasero (a ruedas independientes) han logrado un equilibrio más que interesante en el Escort. Copia con soltura pero a la vez con solidez en cualquier terreno. No es "rolador" (observar las fotos) lo que otorga una mayor sensación de seguridad al conductor y permite maniobras de corrección más eficientes.
Los amortiguadores presurizados con gas (cuatro) son responsables en gran parte de este aspecto destacable del Escort.
Hasta los 120 km/h el consumo tiene tendencia a la austeridad, de allí en más la curva se hace más pronunciada hasta llegar a los 13.10 litros para un centenar de kilómetros a una velocidad de 160 km/h sostenida. Pero los 8.3 a 120 km/h y los 6.9 a 100 km/h hablan de un vehículo que está lejos de la "gula".
En ciudad 9.0 litros son suficientes para recorrer esa misma distancia.
El Escort doblando más allá de Plataforma 1200 en el Cerro Catedral
Uno de los grandes placeres para el conductor experto es disponer de un automóvil que a altas velocidades "vaya derecho" y no sea necesario "manejarlo en las rectas".
El Escort está entre el privilegiado círculo de los que pueden mostrar esa sana tendencia. Lo mismo sucede en curva, donde si bien se manifiesta una leve tendencia a subvirar, prácticamente es neutro y con franca personalidad en situaciones extremas.
A esta altura, ya hemos establecido como norma, quejarnos ante la falta de luces traseras antiniebla. El Escort, tampoco las trae. Las bajas son más que correctas y tienen una muy buena distribución de luz pero las altas podrían mejorarse aunque no son criticables.
Poca intensidad del plafón interior del habitáculo.
Sin olvidarnos que estamos en presencia de un medio mediano, no hay problemas en subir o bajar del Escort para ninguno de los eventuales pasajeros.
El acceso a las partes del motor está libre de complicaciones debido al espacio y también, a la falta de accesorios y equipamiento de confort.
18 - Terminación y estanqueidad |
4 |
Cuidada pero sin lujos debido a que se trata de una versión de tipo "base". No hubo vestigios de polvo y/o agua en el habitáculo o baúl. Los burletes se mostraron muy eficaces.
Normal para un dos volúmenes de esta franja. Ofrece como es característica es estos diseños, la posibilidad de batir el respaldo trasero y ganar capacidad de carga. Pero en condiciones normales es algo limitado en altura y profundidad.
Excesivo considerando el equipamiento.
La relación precio / producto no es la adecuada.
Por: Carlos F. Figueras
Fotos: Carlos Campos
Imagen de otoño en sur en las cercanías de Villa Traful rumbo a Correntoso
.
|