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Peugeot 505 SR Grand Tour - 1987
¿ Rural o "Minibus" ?
Revista Parabrisas Nro 106. Marzo de 1987 |
Toma de perfil de la Peugeot 505 con el fondo de la ciudad de Carmen de Patagones, realizada desde Viedma en la ribera del Rió Negro
Las tres filas de asientos convierten a la 505 rural en el vehículo ideal -admirado y añorado- por familias numerosas. Y en realidad es lo suficientemente espaciosa como para albergar a cuatro o cinco mayores y tres o cuatro niños, además del equipaje correspondiente. Profunda evaluación de la "familiar" más grande que produce la industria automotriz nacional
Lo que más sorprende a la gente que todavía mira como "rara avis" a la rural Peugeot 505 (convengamos en que no hay demasiadas circulando), son las tres filas de asientos. Precisamente los matrimonios con tres, cuatro o más hijos son los que añoran disponer de un vehículo de esas características.
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Realmente la Peugeot 505 Grand Tour (como la denomina Sevel) es una "familiar" grande, tan grande que la única que la supera en capacidad interior -espero no olvidarme de ninguna- es la Volvo en sus versiones 240 o 270 / 760. En verdad, no creo que haya otra ...
Este producto que Sevel lanzó al mercado tiempo atrás y que recién hace unos meses empezó a comercializarse en forma fluida, fue concebido como una auténtica rural de generosas dimensiones internas. No se utilizó la misma plataforma del sedán o berlina, sino que se alargó la distancia entre ejes y la medida de paragolpe a paragolpe. De ahí su gran volumen de carga y la posibilidad que ofrece de ubicar hasta cinco personas mayores y tres / cuatro chicos, depende de la edad.
Pero el mayor impacto visual lo constituye la tercera fila de asientos, aunque estos sólo puedan albergar a niños por falta de espacio vertical con respecto al techo.
Seguramente, si tuviese las dos hileras convencionales, no se escucharían tantas loas.
Está dirigida a un mercado que necesita -y solicita- un vehículo de gran confort, específicamente familiar y que le dé la posibilidad de meter hasta la bicicleta de los chicos cuando se va de vacaciones. El que no usufructe toda esa capacidad más o menos periódicamente, se encontrará satisfecho con un sedán de cuatro puertas y las ventajas de ahorrarse unos cuantos miles de australes.
Seguro que si usted estuvo "fisgoneando" alguna rural 505 le llamó la atención que los cristales y luneta (a excepción del parabrisas) tuvieran el sello de "Industria Uruguaya".
No se preocupe porque cuando le pueda hacer un examen visual a fondo se encontrará con otras novedades. La batería también es uruguaya, el sistema de ignición e instrumental es francés, las escobillas limpiaparabrisas Bosch (made in Belgium) y otros elementos foráneos. También el manual del usuario y libro de garantía están impresos en Francia y llevan los logos de "Peugeot - Talbot" aunque están traducidos a otros idiomas, incluido el castellano.
Sucede que algunas partes se arman en Uruguay con materiales importados para luego incorporarle componentes nacionales y recibir el OK final en la planta de Sevel de El Palomar y enviarlo a sus concesionarios. Pero no es importada ni mucho menos, como algunos creen.
La "505" entrando en caminos patagónicos
Atacando directamente el tema que nos interesa, utilizamos la Peugeot 505 rural durante un recorrido de casi 9.000 kilómetros. Suficientes como para sacar nuestras conclusiones en cada uno de los veinte rubros a calificar.
Por eso terminamos con el prólogo.
Nadie puede negar que la línea de la rural Peugeot 505 es agradable. No se le conocen detractores, sí en cambio algunos fanáticos que se extralimitan en sus apreciaciones. Lo innegable, más allá de las discusiones que se pueden suscitar, es que la rural, al igual que el sedán o berlina, tiene estilo. ¿Y qué es el estilo?. Complicado de explicar en tan pocas líneas.
La rural en cuestión es 32 cm más largo que el sedán y la distancia entre ejes se prolongó en 15.7 cm. Algo que se nota a simple vista cuando se la observa de perfil completo. Su diseño está logrado considerando que analizamos una rural de gran tamaño con tres filas de asientos. De ahí su altura algo exagerada, su largo total y su "cola parada" que sólo se acomoda cuando se la carga con unos 100 / 150 kilos.
Como es tradición en los Peugeot (desde los 404) los asientos del conductor y acompañante son altos. Si, ya sabemos que lo dijimos... pero hasta que la cosa no cambie habrá que repetirlo. Con tres o cuatro centímetros la historia sería otra. Además no son regulables en altura (por medio de un sistema basculante o de sinfín) y el respaldo se adapta al gusto del conductor merced a una palanca lateral que no ofrece demasiadas opciones. Preferimos las del tipo "dial" que otorgan una mayor gama de posibilidades.
La segunda línea de asientos también es alta y resta espacio en sentido vertical, lo que consigue que un señor de 1.80 metro roce la cabeza contra el techo. Es cierto que con el uso los acolchados se vencen pero 4/5 centímetros ganados no harían mal a nadie y redundarían en beneficio de los eventuales tres ocupantes de esa fila. La tercera, de respaldo corto y en un nivel superior al intermedio, es ideal para llevar de tres a cuatro niños menores de 10 años, por supuesto.
Así se llega a la conclusión que en la 505 rural pueden viajar sin mayores incomodidades, cinco personas mayores de estatura media y tres / cuatro niños, lo que hace un total de 8 - 9 ocupantes, dejando una capacidad de carga interesante. La otra opción es llevar menos gente, volcar el respaldo de la última fila de asientos y gozar de gran superficie para maletas, reposeras y otros bártulos.
Casi le otorgamos cinco estrellas, pero la altura de los asientos de la segunda fila, le restó una. De todas maneras, el habitáculo cumple sobradamente con las expectativas.
En el camino de ripio rumbo a Valcheta
3 - Puesto de comando e instrumental |
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Dejando de lado nuestra obsesión por la altura de los asientos, la butaca es cómoda, de excelente sujeción lateral y ahuecada, como debe ser. El volante es de "grip" agradable con ángulo típico de Peugeot al igual que la pedalera de elementos grandes y seguros, pese a que la distancia entre acelerador y freno es exagerada.
Usted puede pensar, ¿y para qué quieren que estén cerca?. Simple, conscientes de que no todo el mundo realiza la maniobra de "punta y taco", ese sistema sirve en muchas ocasiones para evitar que el auto se vaya para atrás en una barranca pronunciada -por ejemplo- y de esa forma salvar la integridad de los faros del señor que viene atrás. Entonces, ¿para qué tan distanciados?. Los comandos están bien ubicados, dentro del radio de acción de las manos y son efectivos. Las teclas de los levantacristales eléctricos (delanteros solamente) toman bastante temperatura en viajes nocturnos debido a las bombillas que las iluminan para individualizarlas.
El instrumental es de exquisito diseño, de fácil lectura y original francés (Jaeger). Si nos ponemos en "duros", sólo le faltaría presión de aceite con indicador de aguja. Las luces testigo complementan con eficiencia y entregan al conductor todos los datos necesarios como para ponerse en marcha con tranquilidad. En caso de que la presión de óleo sea insuficiente o la temperatura de agua suba a más de 100 grados, un gran cartel de "STOP" se enciende en el medio del tablero. Pare de inmediato.
Es buena hacia todos los ángulos y la superficie vidriada colabora en este rubro. Pero su cola alta (suspensión trasera más reforzada que en el sedán por mayores cargas eventuales) hace que la visibilidad hacia atrás se limite.
Para una rural de ese tamaño, más que correcta. Los espejos laterales externos cumplen con su función aunque el comando no es todo lo preciso que debiera. El lava - limpia luneta se hace imprescindible en viajes ruteros con lluvia donde debe funcionar con intermitencia pero de manera constante.
5 - Aireación - Calefacción |
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Excelente. A nivel de los mejores, sin duda. La dosificación del forzador de aire (continuo) y de la temperatura (tanto calefacción como aire acondicionado) son absolutamente precisos. Las salidas de aire y las distintas opciones completan un panorama más que eficiente en este aspecto.
El aire acondicionado, bajo rigurosas condiciones (en ciudad y con más de 38 grados en Buenos Aires), funciona de maravillas y hasta se hace necesario llevarlo de 16 a 20 grados. Ha sido pensado en función de una rural de gran volumen interno que necesita de un compresor importante para lograr su cometido. La polarización de los cristales es correcta en lo referente a su tinte.
La "505" de perfil en la estación de San Antonio Oeste
Peugeot se ha caracterizado, a través de los años, por su confortable andar tanto en ciudad como en ruta. Para los interesados en respuestas "deportivas" puede ser que los Peugeot en general (y la rural en particular), resulten algo "mullidos". Los conductores medios, que compran un vehículo netamente familiar, desean lo que la "505" les brinda: confort de marcha.
Y este confort se manifiesta en todo terreno. Circulamos por caminos de ripio (de San Antonio Oeste hacia General Roca), de piedra grande, en algunos tramos con huella poco marcada y el comportamiento es más que interesante. No hay vibraciones ni ruidos de estructura o carrocería a velocidades del orden de los 120 a 130 km/h. Los neumáticos (Fate AR-28) colaboran en este aspecto.
En la ciudad, esquivando baches y transitando por el empedrado, no hay quejas... ése es el fuerte de los Peugeot y de ahí que se ganaron la definición popular de "tienen buen andar".
7 - Maniobrabilidad - Dirección |
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Este es otro de los puntos en que se puede entablar una discusión entre Parabrisas y algunos de sus lectores. Para nosotros, el nivel de asistencia de la dirección es ideal. Perfecto. Para otros -recogimos algunas frases quejosas- "es un poco dura considerando que tiene hidráulica". No estamos de acuerdo. Las maniobras de estacionamiento no requieren ningún tipo de esfuerzo por parte del conductor. Se puede salir y entrar apoyando la palma de la mano en el volante y girándolo como un timón.
Sucede que el mercado, quizás esté acostumbrado a mayor asistencia del sistema, pero desde nuestro punto de vista el exacto balance es éste. ¿Por qué?. Simplemente porque aceptando que no es en extremo "liviana" cuando el auto está detenido, es sumamente agradable y segura viajando a altas velocidades, transmitiendo al conductor las sensaciones elementales que debe recibir por parte de la dirección. Convengamos en que es cuestión de gustos, pero este grado de asistencia por parte del sistema hidráulico es el que preferimos.
Respecto a la maniobrabilidad, es sumamenteágil, de respuesta inmediata y reducido radio de giro.
El comportamiento del vehículo en las largas rectas de ripio sureño es absolutamente confiable y sin mostrar filtraciones de polvo
8 - Equipamiento y accesorios |
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Respecto al Peugeot 505 Injection testeado en julio del 86, se nota la falta de lavafaros eléctricos y del techo corredizo. Posee bloqueo de puertas (no por sistema infrarrojo), parabrisas laminado (triple de industria nacional) y el tablero ofrece una completa información del estado en que se encuentran las partes vitales.
Como dato interesante, vale el hecho de haber colocado seis cinturones de seguridad inercial combinados (dos en cada fila de asientos) lo que ofrece la posibilidad de que seis ocupantes vayan correctamente atados y sin molestias. Las escobillas limpiaparabrisas son Bosch belgas y los cristales delanteros responden a un mando eléctrico, no así los traseros.
Los espejos retrovisores son de diseño armónico, con pivot de seguridad y el de la derecha es "gran angular". Se podría pedir algo más en un vehículo de este precio pero hay que aceptar que dispone de lo necesario. La radio es de calidad, aunque la antena muestra algunas fallas de recepción. Los cuatro parlantes cumplen su función.
Pese a que el motor no es de diseño actual, la confiabilidad lograda por el 2.000 cm3 que utiliza la línea Peugeot, compensa algunos aspectos naturales en su longevidad. No es un motor de alta performance (nunca lo fue) pero las mejoras que se le fueron introduciendo en múltiples, carburación y demás, dieron como resultado una planta sin problemas y adecuada filosofía del usuario de Peugeot en la Argentina.
Es elástico y sólo existe una vibración entre las 4.600 y 5.000 rpm que interrumpe la suavidad de marcha en otros regímenes. La 5ta velocidad se puede conectar a partir de los 100 km/h, obteniendo una respuesta lógica al presionar el acelerador. En ruta, para aprovechar la potencia del motor al máximo, es conveniente tirar 5.000 rpm en 5ta para que la sobremarcha (0.86:1) trabaje a partir de 4.100 / 4.200 rpm.
No se manifestó consumo de aceite aunque sí de agua ya que el bidón de carga conectado al radiador, al estar ubicado por debajo de la línea del panel refrigerante, trabaja por termosifón y en ocasiones no traslada el líquido del recipiente al circuito de refrigeración. En anteriores modelos de 505, estaba ubicado más arriba y su función se facilitaba. De todas maneras, en ningún momento existen situaciones de peligro. Además, si la temperatura superara los valores límites, se enciende una luz en el tablero de "STOP" que obliga a la detención inmediata.
Para finalizar, una queja del sistema de escape. Aunque es accesorio al motor, lo analizamos en este rubro. Los anclajes son débiles, el movimiento y vibración del conjunto es más del recomendable, en consecuencia hay tendencia a que se aflojen los bulones de la brida que está a la altura de unión entre piso y torpedo. Con un par de modificaciones el problema desaparecería.
El auto testeado en el puente que une las provincias de Rió Negro y Buenos Aires, en mañana tormentosa
Con 106 HP, un coeficiente aerodinámico que no se tomó como punto de partida en su diseño y los 2.000 cm3 del motor Peugeot "varillero", las prestaciones son acordes a lo que el comprador espera. Si tenemos en cuenta los kilos extra de la rural, la cifra de 14.60 segundos para llegar a 100 km/h con partida detenida es auspiciosa.
Lo mismo sucede con la velocidad máxima. Los 163 km/h y moneditas que rindió en pasadas en sentidos opuestos la ubican dentro de lo coherente.
Por otra parte, nadie que tenga in mente ser poseedor de una rural de gran capacidad de carga (y por qué no, tamaño) puede darle prioridad a las performances. Mantener velocidades del orden de los 160 km/h en quinta marcha, a un régimen que orilla las 5.000 rpm ofrece un excelente tren de marcha y absoluta seguridad en el funcionamiento del motor debido a su bajo índice rpm / minuto.
Más que aceptable para un vehículo familiar.
Ya lo dejamos establecido en su oportunidad. Los Peugeot (al menos los 505, no testeamos versiones de 504, pero todo hace suponer que existen similitudes) disponen de un varillaje de caja de cambios demasiado suave. Sevel y sus ingenieros piensan lo mismo, pero el cliente potencial de Peugeot desea un comando de esas características. Obviamente, la razón la lleva el cliente y los gustos personales de una minoría quedan de lado.
De cualquier manera, seguimos prefiriendo palancas selectoras con más carácter, precisas y que den seguridad al conectar un cambio en base a un "leve freno previo" a que esté puesta la marcha seleccionada.
Las relaciones de caja son correctas y la Vta es bastante elástica. Podría haberse pensado en una sobremarcha más larga (0.80:1, por ejemplo), lo que equivaldría a un menor consumo, pero en ocasiones (viento en contra o cuestas pronunciadas) se haría imprescindible utilizar la IVta con mayor asiduidad. El embrague es suave pero con tendencia a "temblequear" cuando se lo exige más allá de lo racional (pruebas de aceleración, etc.), sobre todo al momento de vencer la inercia en el arranque inicial.
La tracción en estas circunstancias se buena y el tren trasero (eje rígido) no "zapatea" como lo hace en algunos tramos montañosos de piso en mal estado. Para evitar quejas de Parabrisas, durante el corriente año Sevel tiene proyectado presentar el Peugeot 505 con suspensión trasera independiente, sistema con el que toda esa línea mejorará notablemente en tenida direccional, en curva y en transmisión de potencia al piso.
Sobre el asfalto en la zona del Dique Los Molinos
Pese a que por razones de carga útil la rural tiene resortes más duros que el sedán / berlina en el eje trasero, al momento de frenar no se notaron vicios que lo saquen de su línea recta. Tampoco hubo muestras de fatiga, el pedal siempre se mantiene con esa agradable sensación de firmeza que no es característica de todos los automóviles.
Convencional. McPherson adelante y eje rígido atrás. No ofrece puntos negativos y se comporta con absoluta franqueza bajo cualquier circunstancia, incluyendo lluvias torrenciales con asfalto desparejo. En esas condiciones se puede viajar sin alteraciones (con los cuidados del caso) a velocidades del orden de los 140 km/h.
Si lo comparamos en base a su cilindrada, el consumo no es una de sus virtudes. Casi 13 litros para 100 km recorridos en 5ta velocidad no es un valor bajo para un dos litros. Mucho menos los 15 litros a 160 km/h reales. En realidad, su necesidad de combustible es adecuada hasta los 120 km/h en quinta, de ahí en más la curva tiende a elevarse. Las razones, además de un Cx relativamente alto, hay que buscarlas por el lado del peso del vehículo. Cada maniobra de aceleración hace que el motor realice un esfuerzo extra y eso se traduce en consumo de combustible.
El tanque de 57 litros, para el conductor que acostumbra a desplazarse a velocidades medias y altas, limita la autonomía. La original francesa dispone de uno de 70 litros. Hubiese sido el ideal para la 505 Grand Tour autóctona.
En ciudad, mantiene sus características: 14.1 litros por cada centenar de kilómetros en el tránsito urbano.
Con fondo de típica edificación de San Antonio Oeste (Rió Negro)
Si tomamos en cuenta que el punto de equilibrio entre confort de marcha y tenida es crítico, la conducta en ruta del vehículo analizado es sumamente eficiente. Sin revolucionarios o actualísimos sistemas de suspensión, se ha logrado una eficaz puesta a punto tanto en el tendido (rectas) como en curvas de baja - media - alta velocidad. Sobre cualquier piso y bajo cualquier condición. Es leal, con tendencias netas y jamás "engañará" al conductor con vicios abominables.
Su gran superficie lateral, en cambio, hace que se manifieste (por medio del volante de dirección y en la prolongación de la espalda, usted me entiende) hipersensible a los vientos cruzados. Algo común a las rurales en términos generales.
Apropiadas en relación a la performance. Permiten una excelente visualización (tanto las altas como las bajas) y son regulables desde el interior ya que en una rural se modifica considerablemente la altura del haz de luz viajando a plena carga o con sólo dos ocupantes.
Ídem con las de marcha atrás. Dispone, además, de luz trasera antiniebla de posición que se conecta con una tecla de funcionamiento en paralelo con las luces bajas (o de cruce, como le gusta decir a Meincke).
Hablar de buen acceso a un vehículo de cuatro puertas pero con tres filas de asientos, no es muy frecuente. La rural de Peugeot lo ha conseguido en base a una criteriosa ubicación de la segunda fila respecto a las puertas traseras y al sistema simple y efectivo de rebatir asiento / respaldo del butacón de la izquierda. De esa forma, los eventuales pasajeros de la tercera hilera (niños) ven facilitado el ingreso. Esto no significa que los chicos prefieran obviar el sistema y pasar a la última fila "pisoteando" salvajemente los asientos del medio. Pero ésa es otra historia... en la que Peugeot no tiene nada que ver.
Las cuatro puertas colaboran para que cada uno tome posición correctamente en sus asientos, gracias al ángulo de apertura y a la generosa altura del techo que evita tener que agacharse en demasía para entrar.
Difícil de mejorar.
El consumo en ciudad no es supereconómico pero no hay que olvidarse del peso extra de la rural respecto al sedán de cuatro puertas
18 - Terminación y estanqueidad |
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Aunque la quinta puerta tiene tendencia a dejar resquicios para que entre polvo, en este caso el fenómeno no se produjo. Tampoco con el agua y eso que soportamos lluvias torrenciales con vientos huracanados en el periplo por caminos del sur atlántico argentino.
Los detalles de terminación muestran cuidado, aunque el 505 Injection que testeamos el año pasado nos pareció de más calidad. Puede ser una impresión personal, pero.. consideramos perfectible la presentación de cables de la instalación eléctrica que se esconde bajo el capó. Hacen falta forros de goma en varios sectores en que se encuentran encintados.
Bueno en el caso de que el propietario necesite utilizar las tres filas de asientos. Hay espacio suficiente y no interfieren los pasarruedas en el plano del piso. Ahora, si usted está obligado a llevar más carga y puede desistir de utilizar la última hilera, le entrará hasta un piano de cola... con todos los asientos rebatidos (a excepción de las butacas de conductor y acompañante) no necesitará jamás de los servicios de camiones de mudanza.
Y si, es carísima, pero es norma que las rurales cuesten bastante más que sus similares de cuatro puertas. La 505 Grand Tour no es la excepción. Obviamente, en operaciones de contado y negociando con el concesionario, el precio baja considerablemente, pero el de lista es alto aunque aceptable considerando las ventajas que ofrece al cliente potencial de este tipo de vehículos dirigidos a la familia con tres, cuatro descendientes, o más y de nivel económico desahogado.
Por Carlos F. Figueras
Fotos: "Juano" Fernández
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