Pruebas de autos argentinos

Prueba Nro 820 Prueba de consumo urbano con Ford Falcon Rural 188 - 1974 ¿Sabe cuanto consume su auto, realmente? Revista Corsa Nro 427. Julio de 1974

Nos sentamos durante siete horas al volante de una Rural Ford Falcon con motor "188" y caja de tres velocidades. Un auto que es un término medio ideal en lo que a consumo se refiere. Hicimos infinidad de pruebas y sacamos cuentas Porque las preguntas que usted alguna vez se hizo nos las hicimos nosotros y las contestamos. ¿Cuánto cuesta una vuelta de manzana? ¿Cuánto ir de su casa al trabajo y viceversa? ¿Y estar detenido un minuto y medio en un semáforo? ¿En una barrera? ¿Hacer diez cuadras en pleno centro de Buenos Aires? ¿Qué diferencia hay entre un manejo tranquilo y un manejo alocadamente veloz? Esta nota le dará las respuestas a estos interrogantes y a muchos más. Por eso la hicimos. Para que usted lo sepa y recapacite. Quizá tengamos que rever algunos planteos

Elegimos un Ford Falcon -que haya sido una rural es circunstancial- porque consideramos que es un auto tipo, y su consumo es justo el punto medio entre un vehículo de baja cilindrada (Fiat 128, Renault 12) y los de gran volumen cúbico (Torino, Fairlane, Chevy, Dodge, etc.). El motor de "188" pulgadas con que estaba equipada la unidad utilizada, es desde nuestro punto de vista, el ideal balanceo entre ambas categorías.

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A ello podríamos agregar que es un auto tipo, y si bien el consumo de combustible tiende a ser alto, está compensado -en gran parte- por la elasticidad que brinda esa unidad motriz, que le permite desplazarse a 40 km/h en tercera velocidad, que en el caso de la Rural Falcon, es la directa. 3

El objeto de esta nota, y de la prueba, fue estudiar a ciencia cierta, con datos y ejemplos de todos los días, cuál es el consumo real de un automóvil en tránsito por la ciudad de Buenos Aires.

Para ello pensamos en distintos tipos de pruebas. Una que sea indicativa y que ejemplifique el viaje que un señor hace todos los días desde su casa a su oficina en el centro. Para ello se pensó en partir desde Panamericana y General Paz, circulando por avenidas de tránsito veloz. También fuimos de Retiro a Belgrano manejando de distinta forma, comparando los consumos.

Dimos vueltas a la manzana en el centro. Controlamos cuántos cm3 se gastan con el motor en ralenti (regulando) durante tres y cinco minutos. Pero vayamos por partes y de esa manera desgranemos con cuidado los distintos puntos a analizar.

En primer plano el medidor de consumo de combustible. Con él pudimos apreciar hasta 10 cm3 de gasto de nafta

En el centro

La primera prueba que se realizó fue en el centro, en la zona bancaria, y pasado el mediodía que es la hora de más tránsito. Claro, que por ser martes (días de chapa impar en circulación) la densidad del mismo no era la acostumbrada, pero el dato tiene su valor considerando que dos días a la semana se presentan estas circunstancias.

¿Usted pensó alguna vez cuánto le cuesta dar una vuelta manzana?.

Las cuatro cuadras que componen el giro completo (unos 460 metros) insumen un consumo de 110 cm3 de nafta que a $ 3.80 el litro significan un desembolso de $ 0,42. Algo así como 10 pesos viejos los 100 metros recorridos. Y esta cifra se mantuvo en las otras pruebas.

Diez cuadras por la calle San Martín (desde Rivadavia a Charcas) significaron casi 110 pesos viejos para recorrer 1.200 metros. Pero cuando el tránsito no se hace tan pesado, y se aligera, el consumo disminuye de manera notable. Porque de los 10 pesos cada cien metros en la zona del microcentro propiamente dicho, se pasa a 5 pesos por cada centenar de metros circulando por la Avenida Santa Fe.

De Pueyrredon a Esmeralda (unos 2.100 metros) hilvanando todos los semáforos a 45 km/h. en tercera y sin detenerse, el Falcon gastó 320 cm3. o sea 1,21 pesos de los actuales.

Así, lleno de mangueras (una de ida y otra de retorno del combustible) se mostraba la Falcon Rural por las calles de Buenos Aires

De la circulación por calles céntricas se extrajeron, tras las pruebas realizadas, las siguientes conclusiones:

a) que el tránsito pesado por calles como Maipú, San Martín o Reconquista, donde para arribar a Plaza Mayo desde Plaza San Martín, significa tardar más de dos minutos por cuadra, el consumo se incrementa en forma alarmante.

O sea que en ciertas ocasiones es conveniente utilizar Libertador o Leandro N. Alem aunque el viaje se alargue dos o tres cuadras, porque el consumo de combustible siempre será menor. El auto mientras anda, gasta menos que detenido con el motor en ralenti o avanzando de a metros en primera velocidad.

b) La prueba por la Avenida Santa Fe desde Pueyrredon hasta Esmeralda circulando a 45-50 km/h. es una prueba irrefutable del concepto vertido en el punto (a). Por relación consumo/km. recorrido, el ahorro de combustible se reduce en un 40% y hasta en un 60% el ciertos casos.

c) queda demostrado que hacer diez cuadras por una calle del centro supera el gasto de 1 peso 'ley. Si consideramos que ese mismo trayecto en un vehículo de transporte colectivo cuesta $ 0.65 estamos en una diferencia de $ 0.35 con respecto al uso del automóvil particular y el tiempo que se tarda en cubrir el recorrido es casi el mismo, salvo diferencia de 1-2 minutos. Esto, considerando que en un trayecto tan corto las cifras comparativas no son tan elocuentes.

De casa al trabajo y del trabajo ...

...a casa. Esa fue la idea al realizar la segunda serie de pruebas de consumo en la Falcon Rural. Fuimos hasta el Acceso Norte y Avenida General Paz, gatillamos el cronómetro, controlamos lo que nos marcaba el odómetro y el nivel de combustible de nuestro terrorífico aparato (invención del profesor Frescus, Jefe de Redacción).

En el primer viaje no superamos en ningún momento -pese a circular por avenidas rápidas-, los 85 km/h. que es algo más del tope permitido por esas arterias. Cubrimos los 16,500 kilómetros en 17m13s, lo que arrojó un promedio horario de 54,3 km/h. El consumo fue de 2,4 litros, es decir, 9,12 pesos (casi mil de los viejos).

En el segundo intento, el velocímetro nunca pasó de los 80 km/h. y el mismo recorrido fue cubierto en 18m08s -55 segundos más que en la anterior- a un promedio de 51,8 km/h. Por esos insignificantes 5 km/h. de diferencia al circular, el consumo bajó en un 9% aproximadamente. 2,2 litros fueron suficientes y en lugar de los 9,12 pesos el trayecto se cubrió con un desembolso de 8,36 pesos, ahorrando 0,76 pesos.

Y precisamente esa diferencia en las cifras, nos llevó a realizar una prueba que fuera demostrativa.

Avenida Santa Fe desde Pueyrredon a Plaza San Martín, transitando con la onda verde de los semáforos. Consumo ínfimo

Como ahorrar nafta en trayectos cortos

Elegimos el trazado que va desde Retiro (Av. Libertador y Maipú) hasta pleno Belgrano, Av. Cabildo y Juramento. Un recorrido de 8,7 kilómetros circulando por Av. Libertador, Av. Figueroa Alcorta, Av. Sarmiento, nuevamente Libertador, José Hernández, Av. Cabildo hasta llegar a Juramento.

Lo hicimos dos veces. La primera "conduciendo normalmente", sin tirar los cambios, sin pisar el acelerador a fondo sino suavemente y respetando todas las indicaciones de tránsito. Nunca pasamos los 80 km/h y llegamos a Belgrano en 12m55s con un promedio de 40,4 km/h. Así, se consumieron 1,34 litros ($ 5,09).

En la segunda oportunidad cambiamos el sistema de manejo. Fuimos como los "gamuzones" de los sábados a la noche. Pisando la cola de los autos que nos precedían, haciendo zig-zag, pasando autos por cualquier lado, viajando a velocidades superiores a los 110 km/h. -donde se podía-, frenando encima y tirando la segunda a más de 90 km/h.

De esa forma fuimos hasta Belgrano. Y las cifras que obtuvimos fueron significativamente superiores a las logradas la primera vez. Ganamos 2m58s porque se tardó sólo 9m.57s, hicimos 52,4 km/h de promedio pero el motor se alimentó con 1,95 litros (600 om3 más, es decir, con $ 7,45 (1,36 pesos plus). Un 42% más que conduciendo como "ciudadanos responsables".

¿Compensa viajar como un loco? Evidentemente, no. Aquí también se pudieron extraer conclusiones importantes:

a) Queda demostrado por los números (ver el recuadro correspondiente) que nada justifica el viajar "jugado" por arterias que permitan desarrollar velocidades superiores a los 80 km/h. En un viaje de casi 13 minutos en condiciones normales se logró mejorar el tiempo de Retiro a Belgrano en un 20%, sin embargo el consumo se había incrementado en más de un 40%. Una relación bastante desfavorable a ojos vista, que indica la falta de sentido en manejar jugándose la cabeza (la cabeza de los demás) y la chapa del auto, en lugar de circular dentro de lo que indica el Código de Tránsito.

b) en distancias más largas la diferencia entre los transportes públicos y el automóvil son más evidentes. Un boleto a Belgrano cuesta (desde Retiro) 1,10 pesos, cuatro veces menos que el consumo de combustible del automóvil. Al cabo de un mes (30 días) la diferencia es de 300 pesos ley contra 60 pesos y monedas del colectivo. Un ahorro de 240 pesos. ¡Qué tal!

Otras pruebas arrojaron nuevas cifras.

¿Cuánto cuesta un minuto y medio de detención en una barrera con el motor regulando?

Significan 20 cm3., casi 80 pesos viejos.

¿Y una acelerada a fondo hasta llegar a los 110 km/h?

82 pesos nuevos, que se van en tan sólo 27 segundos; en cambio si en lugar de pisar a fondo sale del semáforo normalmente se llega a los 80 km/h. en 24 segundos y con un costo de tan sólo 32 pesos.

En fin, los recuadros que componen esta nota, hablan claro por medio de cifras de los pro y contra del automóvil por las calles de la ciudad. 'no pedimos que no use su auto. Sólo hay que saber hacerlo. Y si no, discútale a las matemáticas.

Un semáforo puede detener la marcha durante 35 segundos, pero este tiempo puede ser mayor si la cantidad de vehículos es grande y no se llega a pasar de primera intención con luz verde. Con 1 minuto y medio de espera el gasto fue de 8 pesos viejos

La Falcon en plena zona bancaria. Tránsito denso y mucho tiempo con motor en "ralentí". El gasto es mayor que circulando constantemente

Vea también

Road Test del Ford Falcon Rural
Revista Motor Nro 361. Agosto de 1968