Pasando un vado en San Clemente
Por estas razones se hace difícil analizar este Sierra GL, porque obliga a ponerse una venda en los ojos y acatar sin chistar la filosofía con que fue concebido. De todas maneras existe un punto de equilibrio que se lograría en base a unos 7/8 HP Plus, lo que redundaría en un aumento del consumo poco significativo, pero que le otorgaría más bríos o nervio la momento de solicitarle reacción por medio del pedal de la derecha.
Sin embargo, pese a varios proyectos que se presentaron en fábrica -nos informaron fuentes de confianza- para mejorar la potencia del 1.600 cm3 ninguno de ellos tuvo el OK final. Esto indica claramente que Ford Motor Argentina está decidido a mantener un índice energético bajo a costa de prestaciones que serían más acordes a su cilindrada.
Lo importante de esta versión del Sierra -la más económica de la línea- es que no pretende crear falsas expectativas. Hasta carece de promoción publicitaria (las campañas involucran al Ghia, Ghia S, Rural y XR-4 pero casi nunca al GL, ex 1.6 L). Sin embargo, las calles de Buenos Aires y de las grandes ciudades demuestran que fue aceptado, tal como es, por el público que necesita confort de marcha, capacidad interior y rendimiento por litro de combustible.
El GL es como es. Sin vueltas ni tapujos. Sin engaños. No se promocionan ni su velocidad final ni su reprise por el simple hecho de que no dispone de la potencia para competir con otros de similar y hasta menor cilindrada.
Las cinco versiones de la gama cubren ampliamente el espectro. Los deportivos tienen la XR-4, los amantes del turismo veloz, el Ghia o el Ghia S, y los de familia numerosa, la rural. Para el que se conforma con menos equipo y performance pero manteniendo intactas las otras virtudes del Sierra se ha creado el GL, con una planta motriz similar a la que lo propulsara en Alemania desde sus comienzos.
El Sierra GL transitando por el camino que une Villa General Belgrano y Alta Gracia por San Clemente. Su comportamiento tanto en rutas de ripio como en caminos pavimentados es correcto
Ya lo establecimos en otros road test de la línea Sierra: su diseño tardó en entrar en el mercado argentino pero finalmente fue aceptado. Es agradable, con un coeficiente aerodinámico de lo mejor de la industria nacional y un aprovechamiento del espacio interior que solo permite un vehículo de dos volúmenes.
Es igual a los otros Sierra (excepto la cupé XR-4), pero estéticamente se ve "desmejorado" por las llantas de 13" (no cubren todo el pasarruedas), que son más angostas.
La otra diferencia está en el frente (la trompa para ser exactos). Posee dos canalizadores de aire horizontales (tipo parrilla) que dejan pasar flujo hacia el radiador. Los Ghia, rural y cupé, toman aire de abajo, y el frente es liso, lo que los hace más armónicos. Completa el panorama del GL un filete doble rojo y blanco en los laterales que identifica a toda la gama '87.
Cómodo tanto adelante como atrás. Pueden viajar cinco personas sin problemas en trayectos de media o larga distancia. Los tapizados son agradables (tipo pana gris), y el conductor y eventual acompañante disponen de mucho espacio para ubicar sus extremidades.
En general, como dijimos en otras oportunidades, nadie puede quejarse, aunque el GL carece de la suntuosidad de los Ghia.
Su diseño tardó en entrar en el mercado argentino, pero finalmente fue aceptado
3 - Puesto de comando e instrumental |
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Las butacas delanteras son casi anatómicas, pero podrían sujetar mejor, evitando desplazamientos laterales. Las del GL no son regulables en altura ni poseen tensión lumbar variable. La altura es la correcta y aunque el conductor tenga piernas tan largas como Gary Cooper, de ninguna manera rozará el aro del volante a la hora de pisar el pedal del freno. Siempre recalcamos la muy buena posición de manejo de los Sierra y ésta no es excepción.
El instrumental es el imprescindible. No posee el "check panel" de los Sierra "caros" y la manija levantacristales se muestra con tendencia a quedar siempre en posición de ataque sobre el lado de afuera de la rodilla izquierda del conductor. El cenicero, lejos del alcance del tripulante.
Los espejos retrovisores externos (a ambos lados) no disponen de comando interno, pero cumplen con su función, sobre todo el derecho, que es del tipo "gran angular". A falta de panel de chequeo a bordo, el reloj análogo deja espacio para una pequeña gaveta que es ideal para ubicar pertenencias al alcance de la mano.
No dispone de tacómetro (vulgo, cuentavueltas) y las luces testigo sólo anuncian las irregularidades más serias. De aguja, solo nivel de combustible y temperatura. El velocímetro, de fácil lectura y buen diseño, mostró un error que en algunos casos se acercó al 10 por ciento.
Es uno de los puntos más salientes y se debe, exclusivamente, a la gran superficie vidriada de que dispone.
Los limpiaparabrisas (en esta versión económica) son de similar calidad y eficacia que en los Ghia, algo que no es costumbre en la industria nacional. La superficie de barrido es más que suficiente y el sistema limpia - lavaluneta contribuye a que el conductor tenga un panorama claro y completo de lo que sucede en el exterior. Eficaz también el "wipe wash" (lavaparabrisas eléctrico) que, junto a la calidad de las escobillas, logran un "lavado" perfecto del mismo.
5 - Aireación - Calefacción |
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En condiciones de extremo calor el aire acondicionado se mostró sumamente eficaz. Claro, el tamaño del compresor explica todo. Está, por decirlo de alguna manera, sobredimensionado, pero en días de 37 grados, en plena ruta y considerando la gran superficie vidriada del Sierra, es un "defecto" saludable.
Como en ocasión del Ghia S, insistimos en la necesidad de un mayor tinte de polarización, sobre todo en el parabrisas.
La falta de techo corredizo hace que el GL no llegue a los cinco puntos (o estrellas). Al abrir las ventanillas se forma una pequeña turbulencia que se debe compensar con el forzador de aire en posición II o III.
Considerando que el road test se realizó en el mes de diciembre / enero, no es demasiado válida nuestra opinión sobre la calefacción. Su funcionamiento, en las altas cumbres cordobesas a tempranas horas de la mañana se mostró correcto y de fácil dosificación por medio del comando ad-hoc.
No tiene la tendencia deportiva de la XR-4 y tampoco la del Ghia S. Por ser más liviano y cargar menos kilos sobre el tren delantero, la suspensión se manifiesta más mullida, ideal para lo que busca el automovilista local.
Copia bien en el empedrado y es algo rolador en curvones veloces de ruta, pero igualmente seguro en su comportamiento. En caminos en muy mal estado (de montaña con serrucho) se nota la falta de un conjunto espiral - amortiguador más rígido, pero ésas son exigencias de los "probadores" (como en nuestro caso) y no del usuario - tipo.
Impecable perfil del Sierra GL
Considerando que estamos en presencia de un mediano importante en tamaño, su maniobrabilidad es adecuada. La dirección, de respuesta satisfactoria, aunque, personalmente, preferiría un sistema más directo. Es suave y liviana, lo que hace casi innecesaria la asistencia por medio de un servo a tales efectos.
La tarea de estacionar (salir y entrar en un espacio limitado) es de fácil concreción y no demanda esfuerzos sobre humanos. El volante es de buen "grip" y de tamaño justo.
8 - Equipamiento y accesorios |
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Si se tiene en cuenta el precio de venta al público (y no se puede dejar de lado) el equipamiento es casi mínimo. Si costara 4.000 Australes menos (Nota de TDA equivalentes a u$s 2.600 según la elnotarioargentino.com.ar), estas líneas no tendrían sentido. Pero no es así. No está equipado con levantacristales eléctricos (ni siquiera los delanteros), ni bloqueo central de puertas, y carece de algunos testigos de instrumental, como "reserva" de combustible.
Posee en cambio dos espejos retrovisores externos, cortinas traseras para comodidad de los eventuales pasajeros (parasoles) y antena eléctrica que funciona en combinación con el on - off de la radio. La incorporación del aire acondicionado de fábrica es una medida positiva, ya que hasta no hace mucho el comprador no podía optar por la inclusión de este sistema como equipo de serie.
Aceptable pero mejorable.
La parrilla del GL difiere del resto de los modelos por ser acanalada
Para un 1.600 cm3, con árbol de levas único a la cabeza, los 75 HP DIN no demuestra interés del fabricante en conseguir buenas performances. Con un peso cercano a los 1.100 kilos, esa potencia no puede brindar resultados asombrosos. Y no los logra.
En cambio se podría decir que es un motor elástico, de funcionamiento suave y silencioso (en ralenti a veces parece que está detenido), cualidad que mantiene en procesos de aceleración. Tampoco es de los motores que acostumbran consumir lubricante cada 1.000 o 1.500 kilómetros... en realidad ni mueve el aceite.
Una unidad muy tranquila y doméstica, exigida al máximo por el peso del vehículo y los accesorios (aire acondicionado, por ejemplo) a los que debe proveer de la energía básica.
Está limitado por razones que ya especificamos. Simplemente por tener en funcionamiento el compresor, se nota que el esfuerzo del motor es grande y eso va en contra de la performance. Se supone -según datos de técnicos e ingenieros- que ese compresor "consume" entre 7 y 8 HP de potencia. Así los procesos de aceleración y velocidad final sufren un deterioro considerable.
En la comparación de vehículos (tipo Regatta 85 o Renault 18 GTL), el Sierra GL propone una opción más calma. Si bien anda un par de km/h plus que el R-18, es más lento en aceleración, y enfrentándolo con el Regatta de 82 HP, las diferencias son mayores.
Pese a que va dirigido a un mercado que no está ávido de potencia, 85 HP (DIN) sería un valor ideal para el Sierra GL de Ford. Eso lo llevaría a superar los 165 km/h (la unidad testeada rindió 158.950 km/h), y estaría en el orden de los 14 segundos para los 0 a 100 km/h y por debajo de los 34 segundos para el kilómetro con partida detenida. Claro, el consumo sufriría las consecuencias.
El Sierra GL por los polvorientos caminos de la zona ribereña al embalse del Dique Los Molinos
Embrague suave, progresivo, sin altibajos ni tironeos. Las relaciones de caja, al entender de Parabrisas, son demasiado largas. El ideal sería una caja más arrimada, con una cuarta que no sea directa y una quinta del orden de los 0,90. Mejoraría mucho la reacción y utilizaría con más eficiencia la potencia del motor. Por supuesto, siempre caemos en lo mismo, esto también redundaría en un mayor consumo.
De todas maneras, la quinta
(0,81) es lago larga, al igual que la tercera que es capaz de llegar a los 140 km/h si uno aprieta los dientes y se insensibiliza ante las rpm (oído por medio) del motor.
El diagrama de cambios es seguro, preciso y no ofreció problemas, incluida la marcha atrás, que en otras unidades testeadas se mostró algo arisca.
Heredó las virtudes de sus consanguíneos: al momento de frenar no existen vicios o extrañas tendencias, aunque se observa un mayor desplazamiento de pesos en esas circunstancias que en otras versiones del Sierra. El pedal es firme y no se fatiga ante requerimientos constantes.
Ni rígido ni deportivo como la XR-4, ni tan equilibrada como la Ghia S. Aunque las diferencias sean mínimas, los comportamientos difieren entre sí. La del GL es la indicada y correcta para ese auto. Para el mercado a que va dirigido y porque -a no dudarlo- es más importante ofrecerle al cliente un auto que copia bien en la ciudad de Buenos Aires que uno que dobla de maravillas en los curvones de media y alta velocidad.
Es "mullida", pero es la adecuada para esta doméstica versión. Nosotros, como siempre, preferimos algún valor de conjunto amortiguador - espiral que ofrezca más rigidez... un poco, no mucho.
El consumo en ciudad es bajo si el conductor utiliza la caja y el acelerador como corresponde
Es difícil de mejorar, considerando que hablamos de 1.600 cm3. Los valores de ruta y ciudad (ver cifras) son los correspondientes a lo que denominamos un auto "económico". Con el aire acondicionado conectado, el consumo varia, pero apenas entre 8 y 10 por ciento.
El peor de todos los índices fue 13.6 litros cada 100 km recorridos a una velocidad del orden de los 155 km/h, con viento en contra y aire acondicionado funcionando a full. Ocasión en que durante varios kilómetros se hizo necesario bajar a cuarta velocidad. Está todo dicho. A 100 - 120 km/h no gasta nada.
Confiable a cualquier velocidad. Como los otros Sierra, es algo sensible a los fuertes vientos laterales, obligando a maniobras de corrección precisas que el auto acepta sin dificultad. En vehículos de su categoría es difícil encontrar un comportamiento tan franco y seguro.
Correctas altas y bajas. Suficientes con relación a la velocidad que desarrolla. Permiten viajar de noche a 140 km/h -donde se puede, claro- con absoluta tranquilidad y un excelente panorama visual. No son necesarios los faros suplementarios con que equipan a los L y GL algunos de sus propietarios. Será cuestión estética no más...
Estacionado frente a la colonial iglesia de Alta Gracia
Repetimos el concepto vertido en ocasión del road test del Ghia S. Considerando la escasa altura total de los Sierra, el acceso por las cuatro puertas es más que satisfactorio debido al tamaño generoso de las mismas. Las partes mecánicas, en el caso del GL, están a mano. La falta de accesorios, como servodirección, facilitan el acceso a distintos sectores del motor.
18 - Terminación y estanqueidad |
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La hermeticidad del habitáculo es a toda prueba tanto al polvo (baúl incluido) como al agua (lluvias copiosas). La terminación es buena, sólo se nota menor cuidado en algunos elementos plásticos, como el cubre columna de dirección o la bandeja que aloja al selector de cambios.
El resto no ofrece problemas aunque no hay detalles exquisitos.
Los autos de dos volúmenes, con buen aprovechamiento del espacio, disponen -en general- de baúles amplios. La capacidad de carga es generosa y el gran ángulo de apertura de la quinta puerta (portón trasero) facilita la tarea de acomodar valijas, bolsos, etc. En caso necesario, una porción del asiento trasero se rebate y hace que parte del habitáculo se transforme en una prolongación del baúl
En relación con el equipo de que dispone el precio es indiscutiblemente alto. Sobre todo porque los precios al público de Ford -vieja costumbre- esconden algunos opcionales que se deben pagar aparte haciendo que el valor real se eleve aún más.
Una versión como la testeada por Parabrisas, con todo el equipo disponible para el GL, estaba en el orden de los 22.000 australes (Nota de TDA equivalentes a u$s 14.300) a mediados de enero. Es mucho.
Por: Carlos F. Figueras
Fotos: "Juano" Fernández