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Raid de consumo
Buenos Aires a La Quiaca con Fiat 128 1.100 - 1978
¡2.000 km con 93 litros!
Por Federico Kirbus
Revista Corsa Nro 621. Mayo de 1978
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Espíritu, filosofía y realización de un raid sin precedentes. Cómo nació la idea de unir a Buenos Aires y La Quiaca con 100 litros de nafta. Los preparativos, el desarrollo del test y un resultado más alentador del esperado, ya que el consumo total fue de apenas 93 litros. Los objetivos de este test apuntan más allá de 1985
El proyecto de CORSA de unir Buenos Aires con La Quiaca en automóvil con 100 litros de nafta nació en el mes de febrero en la redacción de la revista como consecuencia de une serie de notas en que habíamos venido tratando el tema de la economía.
Porque aun cuando el lema de nuestra publicación es la velocidad y todo lo relacionado con ella, no por el mero hecho de rendir culto al vértigo estamos dispuestos a menospreciar otros aspectos relacionados con la actividad automovilista.
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Por ello, la velocidad y el vértigo sólo pueden justificarse si cuando se los practica, se toma en cuenta también aspectos fundamentales como la seguridad, la utilidad y la economía del automóvil.
Precisamente en cuanto a economía, habíamos publicado una serie de notas que de alguna manera desembocaron en la concreción del raid Buenos Aires-La Quiaca.
Una de estas notas daba cuenta que en una competencia efectuada en Europa un vehículo de diseño especial había recorrido la distancia de 674 kilómetros con un sólo litro de combustible.
Otra se relacionaba con las reservas de petróleo en el mundo y la Argentina ("Más allá del 2001"), donde justamente se señalaba que los recursos de hidrocarburos podrían agotarse en algo así como 30 años más. Y también preguntamos, en otro artículo, dirigiéndonos en este caso a "los señores gobernantes y fabricantes", qué era lo que la Argentina estaba haciendo para conservar sus reservas de petróleo. Estos fueron algunos antecedentes, porque siempre en nuestros Road-Tests hacemos hincapié en la economía y la seguridad de los modelos que probamos.

El Fiat 128 utilizado para la experiencia durante los tramos iniciales de la misma. El auto era, básicamente, un modelo de serie pero fue objeto de algunas leves modificaciones, como ser la instalación de dos tanques de combustible de 50 litros cada uno para evitar cargas de nafta en la ruta
Alternativas
Pero tal vez más que las estadísticas y las notas que publicamos en las páginas de CORSA consideramos que para despertar la conciencia del público habría que estatuir un ejemplo palpable.
Existían muchas alternativas. Teníamos que elegir un ejemplo que a través de algunas cifras quedasen grabadas en la mente de los automovilistas. Por ejemplo, con 100 litros -una cifra bien redonda-, ¿hasta dónde se podría llegar? Estimamos que usando un vehículo con una cilindrada no mayor de 1.100 centímetros cúbicos se podría cubrir una distancia de 2.000 kilómetros.
El segundo paso fue elegir un objetivo distante 2.000 kilómetros. Buenos Aires-Mendoza y vuelta hubiesen estado dentro de estas posibilidades, pero conspiraba en contra el hecho que en realidad la ida y vuelta a Mendoza totalizaría casi 2.200 kilómetros, y además la ruta nacional Nro 7 está demasiado transitada.
Ushuaia, en el extremo sur del país, quedaba demasiado lejos. Así la elección recayó sobre La Quiaca, distante escasos 2.000 kilómetros de Buenos Aires. Pero lo que se ganaba en distancia se perdía en parte por la diferencia de altura que había que vencer: Buenos Aires se halla a 18 metros sobre el nivel del mar y La Quiaca a 3442.
Si a todo esto sumamos todas las subidas y bajadas en el trayecto, la diferencia de altura total a vencer asciende a unos 5.000 metros.

En condiciones óptimas de factores climáticos en el fondo de las rectas llegábamos a las 6.400 rpm, lo que puede traducirse en algo menos de 130 km/h. Así fue a lo largo de los siete días
Nace el proyecto
Así nació el proyecto en la redacción de CORSA.
Ahora era cuestión de elegir un automóvil adecuado. Decidimos tentar suertes primero con Fiat, donde sometimos el plan a Alfredo Durán y Raúl Canizaro, director de Relaciones Públicas y Jefe de Prensa, respectivamente, de la citada firma. Como buenos colegas -periodistas- que son, de inmediato "pescaron" la idea. Prometieron someterla a consideración en la empresa.
También el paso siguiente fue positivo: el ingeniero Raúl Sánchez, director de la fábrica de automóviles, consintió en que la prueba se hiciera con un Fiat 128, que se iba a preparar de acuerdo con nuestras indicaciones.
Aceptado oficialmente el proyecto por parte de Fiat, elaboramos los distintos puntos que hacen a la preparación del vehículo. Con este documento en mano abordamos la etapa siguiente, en la que intervinieron por un lado el señor Julio A. Vighi, jefe de Promoción y Publicidad de Fiat, quien iba a poner a nuestra disposición el vehículo; y por otro el señor Juan P. Schón, jefe del taller de servicio de Fiat en Palermo, que iba a tener a su cargo la mecánica.
Se convino en que se introducirla el menor número posible de modificaciones mecánicas para quedar dentro de los valores de consumo buscados. Puede decirse que, en definitiva, todos los cambios introducidos en el Fiat 128 1100 cc, están al alcance de cualquier ciudadano, que puede adaptar su coche con pocos gastos para ponerlo en las mismas condiciones de consumo. Esto significa que con más trabajo, no sería difícil consumir entre Buenos Aires y La Quiaca mucho menos de 100 litros de nafta, pero en tal caso las modificaciones a introducirse en el vehículo serían de mayor magnitud.

La característica fisonomía del norte argentino presta su marco durante otro de los momentos del raid de consumo que nos permitió unir Buenos Aires y La Quiaca con sólo 93 litros de combustible
De más está decir que el experimento podría repetirse con un vehículo de cualquier otra marca, de características similares. Es necesario subrayar este detalle para despertar entre los usuarios argentinos la conciencia que cualquiera está en condiciones de repetir la prueba efectuada por nosotros, con tal de proceder en forma análoga: optimizar la puesta a punto y transitar a una velocidad prudencial.
¿Por qué no todas las fábricas construyen automóviles tan económicos? habrán de preguntarse entonces más de uno. Sencillamente, porque el fabricante no puede saber a priori si el coche va a caer en manos de una dama anciana que nunca pasa los 60 km/h. en cuarta, o si el volante lo empuñará un joven, obstinado en andar a fondo todo el tiempo.
Por ello, cada automóvil, cada modelo, es una solución de compromiso donde hay que tener en cuenta muchas cosas y satisfacer múltiples exigencias. Pero entonces es cierto también que si creamos en el público usuario -verbigracia entre los automovilistas- una conciencia orientada hacia una mayor economía en el consumo, los fabricantes podrán construir automóviles que consuman mucho menos que ahora.
La prueba está en que en Estados Unidos el consumo promedio de todos los coches fabricados a partir de 1985 no deberá exceder de 8,55 litros por cada 100 kilómetros. Este es un valor algo inferior al que medimos en un Road-Test del Fiat 128 a 80 km/h constantes (9 litros/100 kilómetros).
Nosotros hemos querido demostrar que sin malabarismos mayores resulta posible mejorar aun muchísimo más este valor, fijándonos come tope un consumo de 5 litros/100 kilómetros. Ahora solo queda por esperar que tanto las autoridades y las fábricas hagan algo para que, una vez demostrado que es posible, se haga realmente algo para reducir el consumo de nafta de los automóviles argentinos. Nada de magia negra. Basta un poco de sentido común para lograr este objetivo.
Misión cumplida

El Fiat 128 utilizado para nuestro raid de consumo y Federico Kirbus, nuestro hombre encargado de llevar a cabo la experiencia. El cartel certifica la llegada al objetivo previsto. Consumo real: 93 litros
Después de un raid que en un momento dado pareció que podía no tener el final feliz, llegamos a La Quiaca. No faltaron pequeños imprevistos, pero todo culminó con un éxito rotundo, pues permitió al equipo de CORSA demostrar lo que a muchos parecía imposible: llegar de Buenos Aires a La Quiaca con 100 litros de combustible (o, en todo caso, con algo menos).
Tras un comienzo sin problemas surgieron los primeros imprevistos después de Pergamino, cuando el Fiat 128 fue tomado por un viento de frente que frenaba la marcha del coche y hacía aumentar el consumo. Debimos reducir la velocidad, lo que lógicamente repercutió en el promedio. De todos modos, arribamos a Rafaela, fin de la primera etapa, sin mayores inconvenientes.
El segundo tramo, Rafaela-Tucumán, fue el más largo, tanto en kilómetros como en duración. Nuevamente luchamos con un sostenido viento de frente que "devoraba" ,nuestras reservas de combustible. Sin embargo, cuando cruzamos esa noche el puente sobre el Río Hondo, hicimos los cálculos y tuvimos la impresión de que podríamos llegar.
La tercera etapa, a Jujuy, fue brava. Subidas y bajadas, aunque hubo menos viento, hicieron que los pesados camiones nos disputaran permanentemente el liderazgo en la ruta pasándonos mutuamente infinidad de veces, incluso nos vimos obligados, ocasionalmente, a pasar algún camión por la banquina cuando subían lentamente alguna cuesta. Cosas que no se hacen, pero que en una prueba de esta índole deben considerarse como lícitas.
Pero la recompensa por nuestro esfuerzo fue grande: en Jujuy supimos por primera vez, a ciencia cierta, que íbamos a llegar a destino con los 100 litros, y que incluso nos sobraría algo, pese a que lo que restaba de camino incluía una subida de 2.500 metros más (hasta alcanzar la cima en Tres Cruces, con 3.700 metros sobre el nivel del mar).
Con un ritmo constante y un promedio de 40 km/h en la última etapa, casi toda en subida, y venciendo la brava cuesta de Azul Pampa, arribamos por fin a La Quiaca donde a falta de otra autoridad, un oficial de policía certificó que los precintos de los dos tanques de 50 litros estaban sin violentar y que, en definitiva, habíamos recorrido los casi 2.000 kilómetros con 100 litros de nafta súper. Nuestro objetivo estaba cumplido: quisimos despertar en el público argentino la conciencia para economizar combustible, quisimos probar hasta dónde ello es factible y lo logramos.

A su paso por Humahuaca, nuestro intrépido Federico no perdió oportunidad de fotografiarse junto al auto, con uno de los más tradicionales lugares de dicha ciudad como fondo

El Fiat 128 utilizado en el test, rumbo a La Quiaca, en los momentos más difíciles del raid, cuando la altura de la zona aumentaba peligrosamente el consumo

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Distancia efectiva recorrida |
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Cantidad de combustible consumido |
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Detenciones por cada etapa |
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Consumo mínimo registrado (primera etapa) |
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Régimen promedio de funcionamiento |
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Número de giro de las ruedas |
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Consumo de combustible por tiempo |
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Velocidad de crucero tope |
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El raid de consumo estuvo certificado oficialmente por escribanos públicos. En las fotos, vemos cómo el funcionario verifica la carga de 100 litros exactos de combustible y luego sella la tapa de los tanques

Para determinar el consumo de combustible pesábamos el sobrante de nafta que quedaba en el bidón después de haber llenado el tanque al final de cada turno de manejo
COMO ELEGIMOS LA RUTA
Aunque la preparación del vehículo utilizado en nuestro raid cualquiera puede repetirla y aplicarla a su auto, no por ello la prueba de consumo con el Fiat 128, por nuestra parte, fue una empresa improvisada.
Muy por el contrario: a fines de febrero efectuamos un viaje a La Quiaca para llevar a cabo un test comparativo con un Ford Taunus 2300 GXL en la Puna, y aprovechamos la oportunidad para explorar el camino más corto desde Buenos Aires. Luego de buscar diversas alternativas en el mapa, elegimos la siguiente: Acceso Norte - Arrecifes - Pergamino - Ruta nacional 178 pasando por Santa Teresa - Camino de circunvalación de Rosario - Ruta nacional 34 - La Banda - Santiago del Estero - Tucumán - General Güemes - Jujuy - Humahuaca - La Quiaca.
Aun cuando la cartografía vial del ACA consigna 1.952 kilómetros para la distancia entre Bs. As. y La Quiaca por las rutas 9, 55 y 34, comprobamos con la ayuda del cuentakilómetros sumamente exacto del Taunus, que sólo adelantaba un 0,55 por ciento, que por la ruta elegida por nosotros podían unirse los dos extremos recorriendo 1.873 kilómetros reales.
Este trazado era, por otra parte, la única alternativa si deseábamos eludir San Nicolás, Rosario y Córdoba, Además, se ganaban hasta Tucumán, 54 kilómetros y el resto resultaba de diversas rectificaciones que ha sufrido la ruta.
Fue también sobre esta base -1.873 kms- que efectuamos el cálculo final de consumo porque aún cuando el lema inicial era. "2.000 kms. con 100 litros", no por ser el trayecto algo más corto se desvirtúa el objetivo básico del raid.

A falta de otra autoridad, el encargado del destacamento policial de La Quiaca procede a verificar que los precintos seguridad de los tanques de nafta no han sido violentados
LOS HÉROES ANÓNIMOS Aunque la preparación del Fiat 128 utilizado por CORSA en esta prueba no tiene nada de misteriosa, fue producto de una labor consciente y minuciosa de un grupo de entusiastas colaboradores de Fiat, que pusieron todo su empeño para que no fallara un solo detalle y la empresa se frustrara por un descuido.
Este núcleo que trabajó durante la semana, sábados, domingos e inclusive los días feriados de Pascua, se compuso por José Pérez, jefe de control de prueba de los talleres Fiat en Palermo; Armando Carranza, segundo jefe; lvo Flaibani, jefe del mencionado taller, todos bajo la supervisión de Pablo Juan Schón, quien gustoso estaba dispuesto a salirse un poco de la rutina cotidiana y celebraba poder colaborar en lo que él mismo calificaba de "iniciativa interesante", fueron puntales del éxito final.
 Piloto y copiloto, planilla en mano y observando el economizador de combustible (vacuómetro con dos fotodiodos), durante un pasaje de la prueba

Mucha atención se prestó a la perfecta alineación y el correcto balanceado a fin de reducir la resistencia de rodadura. Para ello sirvió la elevada presión de inflado
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Road Test del Fiat 128
Revista
Automundo Nro 313. Mayo de 1971
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