Historia - Metalmecánica SACI
¿Que pasó con Metalmecánica?
Por Carlos Avecilla
He tenido oportunidad de leer algunas crónicas sobre las características del 700 y del
empresario que hizo posible su introducción en Argentina. En general los elogios fueron para
el automóvil pero casi no pude encontrar comentarios favorables hacia esa persona. Al
contrario se ha puntualizado sin mayores fundamentos sobre aspectos negativos calificándolo
de oportunista, estafador y hasta criminal, Ahora, sin entrar a indagar sobre aspectos de su
vida personal y la de su familia, ajenos a este ámbito, quiero profundizar sobre la elogiable y
rescatable actuación empresarial de Don Salvador De Carlo (empañada por la persecución a
que lo sometió la Secretaria de Industria), quien tuvo un dilatada trayectoria en nuestro país
En primer lugar no fue un improvisado. Ya en su Italia natal, a mediados de 1943, había
concretado emprendimientos vinculados al negocio de las artes gráficas y en el año 1947
constituye en Argentina la firma Metalmecánica SAIC productora de componentes para la
industria, incursionando también en la fabricación de motonetas con marcado éxito. Es en el
año 1957 como más adelante se detallará, y en virtud de la política de promoción industrial
sancionada durante el el gobierno del Dr. Arturo Frondizi que logra un acuerdo con la alemana
BMW para fabricar localmente los modelos 600 y 700. No me resulta claro cuales fueron los
términos de ese acuerdo pero tampoco me ha resultado comprobable que el mismo se haya
obtenido a gracias a supuestas relaciones con Mussolini o a colaboraciones con el régimen nazi
de Hitler. Lo que es cierto es que BMW no le otorgo licencia plena para producir automóviles
con su marca y lo convenido induce a pensar que fue mucho más limitado obligándolo a
sustituir la marca germana por otra (el apellido del empresario). Es más, cuando algunos
usuarios locales efectuaban reclamos a BMW relacionados con el 700 local, la respuesta era
bastante difusa pues manifestaban que se “trataba de un coche fabricado en Argentina con
partes de procedencia argentina y alemana” remitiendo copia de la respuesta al Señor Olindo
Baylon, representante de la firma en Bs. As. durante los años 1961/1963, supuestamente para
que tomase alguna intervención Tal vez esa situación no tan clara de la relación comercial haya
motivado a De Carlo para que, a principios de 1961 avalado por los éxitos deportivos de las
coupes en competencias de nuestro país, viajara a Alemania para hablar de una formación de
una BMW en Argentina, cosa que nunca se materializó
.
Volviendo al tema de la constitución de Metalmecánica S.A. es meritorio el hecho de que
mientras la planta estuvo activa proporcionó puestos de trabajo a centenares de personas y
autopartistas promoviendo vigorosamente la industria nacional . Al respecto reseño algunos
obras que se concretaron cuando se encaró la producción de automóviles: La empresa dispuso
de una planta industrial de 40.000 m2 cubiertos emplazada en la localidad bonaerense de José C. Paz y en sus amplias instalaciones integradas se incluían las secciones de: oficina técnica,
matricería, mecánica de producción, fundición, estampado, montaje, soldadura, tratamientos
térmicos, acabados de carrocerías, almacenes, usina (2,100HP), depósito, fabricación de
motores y fabricación de moto vehículos. En total el complejo industrial contaba con siete
pabellones. En torno a la fábrica se habían construido chalets y un monoblock de
departamentos que servían de viviendas para empleados y obreros, un club social y un edificio
para escuela primaria. De estas instalaciones sobresalían la sección de fundición que contaba
con horno de capacidad para fundir dos toneladas de hierro o acero en ocho horas de trabajo.
Por su parte la sección de estampado estaba emplazada en una superficie de 1300 metros
cuadrados cubiertos y contaba, entre otros equipos, con doce prensas mecánicas.
Así en junio de 1960, se presentó en los salones de la Avenida Roque Sáenz Peña 625 el
automóvil De Carlo 700 que todos conocemos lo que se tradujo en una expansión comercial y
administrativa de Metalmecánica. En 1961 mudo sus oficinas comerciales de la Avenida
Córdoba 1074 a la calle Jean Jures 932 de Buenos Aires, inaugurándose una nueva sede
administrativa central en un edificio de cinco plantas que incluía un taller modelo para ofrecer
servicio mecánico a sus clientes. Es un hecho que el 700 local se presentó prácticamente al
mismo tiempo del que con idénticas características técnicas se producía y comercializaba con
enorme éxito en Europa, ello a diferencia de muchas otras fabricas locales que presentaban
modelos de automóviles que en sus casa madres extranjeras hacia ya varios años que se
encontraban en producción y ya con matricería de mucha antigüedad y totalmente amortizada
(y tal como aún en la actualidad sucede). Es obvio que Metalmecánica, en aquella época y con
actitud audaz debió competir con grandes empresas multinacionales, las cuales con mayores
recursos financieros y técnicos podían ofrecer mejor respuesta a la demanda del mercado.
A continuación se detalla el tortuoso camino que Metalmecánica S.A.C.I. debió recorrer para
lograr mantener los procesos de producción sometidos a injustificadas medidas por parte de
la Secretaria de Industria y el Ministerio de Economía: Después de encarar la fabricación de
vehículos a motor en 1957 y 1958, al instituirse al año siguiente, como ya se señalara, el
régimen de promoción para la industria automotriz dec. 3693/59, la empresa se acogió al
mismo, quedando oficialmente incorporada mediante la res. 146/59, por la cual se aprobaron
sus planes de producción que preveían fabricar en 5 años 12.200 camiones chicos, 105.000
automóviles y 25.000 motocicletas. Este plan que resultaba muy difícil de cumplir fue
modificado de común acuerdo con la Secretaria de Industria quien dicto la res. 130/59
anterior suprimiendo la fabricación de camiones y motocicletas y reduciendo a una tercera
parte la de automóviles. De ese modo, el plan de producción total fue el siguiente: 1959/60,
5.000 unidades: 1961, 5.000; 1962, 7.000; 1963, 8.500; 1964, 10.000. Así, en los últimos 40
días antes de finalizar el año 1959, la empresa logró entregar a la venta 300 automóviles "De
Carlo 600". Mientras tanto, aún había en la Aduana motores, piezas, equipos y maquinarias
industriales por valor de m$n 87.777.260,69 que no habían podido retirarse por trabas
burocráticas.
Simca Ariane
El 3 de agosto de 1961 y con el fin de contemplar las necesidades del mercado introduciendo
nuevas categorías de vehículos, el Gobierno estableció otro régimen para la industria
automotriz, mediante el dec. 6567/61 Metalmecánica, que para esa fecha solo contaba con
un modelo, el "De Carlo 700", sometió a la aprobación de la Secretaría de Industria y Minería
un plan de fabricación del automóvil "Simca Ariane 1300". Tal solicitud le arbitrariamente fue
rechazada con fecha 10 de noviembre de 1961, expresándose en la resolución que dictara el
ministro de Economía y aquella Secretaría de Estado "que no se juzga pertinente autorizar el
nuevo modelo de coche solicitado, ya que implicaría el armado de dos tipos de automotores
en un establecimiento que a la fecha no incluye procesos de fabricación significativos, ya que
hasta el momento no se ha producido en su planta ninguno de los elementos básicos de los
vehículos que originalmente le fueron aprobados y ser los del nuevo modelo propuesto
totalmente distintos de los anteriores" (res. 216/61). En consecuencia, se dispuso que la empresa se ajustara a la producción del modelo "De Carlo
700", pudiendo reconsiderarse el plan anterior una vez transcurrido el plazo de ocho meses contado a partir del 3 de agosto de 1961 previsto en el art. 3°, inc. i) del dec. 6567/61.
Corresponde señalar que para ese entonces la empresa había adelantado gestiones con "Simca
Automóviles S. p. a", de Francia, tratando de contar con su apoyo financiero para la producción
en el país de vehículos de esa marca.
Inmediatamente de dictada la res. 216/61, el 17 de noviembre de 1961. Metalmecánica se
presentó a la Secretaría de Industria y Minería solicitando autorización para despachar a plaza,
libre de los recargos establecidos por los decs. 11.917/58 y 5439/59, diverso material
destinado a integrar las líneas de estampado, carrocerías, y fabricación parcial de motores del
automóvil "De Carlo 700", por un valor de u$s 620.420.
El sector Automotores de dicho departamento de Estado produjo un informe propiciando los
beneficios solicitados y a tales fines acompañó un proyecto de decreto que no llegó a
firmarse, no obstante contar con la aprobación de la Secretaría del ramo. (Sólo el 11 de junio
de 1965, mediante el dec. 4561/65, se dispuso el ingreso del referido material).
Obvio resulta decir que por no haber podido disponer la empresa de los elementos técnicos
indispensables, la producción de automóviles "De Carlo 700", que había sido de 4441 unidades
en 1961, se redujo a 1914 en 1962.
Amparada en las propias normas del dec. 6567/61, Metalmecánica interpuso recurso
jerárquico contra la res. 216/61, del cual no existen antecedentes de que fuera resuelto, por
la menos hasta el 21 de marzo de 1963, en que aquélla se dirigió a la Secretaría de Industria y
Minería señalando esa circunstancia
El 16 de octubre de 1962 el ministro de Economía y el secretario de Industria y Minería dictan,
conjuntamente la res. 184/62, por la cual se resuelve mantener el acogimiento de la firma
Metalmecánica al dec. 6567/61, pero al solo efecto de proceder a la fabricación de 650
automóviles "De Carlo 700 " por cuyo monto fueron extendidos certificados de
importación y 1000 automóviles "Simca Ariane 1300", dentro de las normas, condiciones y
porcentajes que el mismo decreto establecía. No cabe duda que esta resolución conforme
resulta de sus fundamentos fue dictada para movilizar todo el material de la empresa que
desde mucho tiempo se hallaba en la Aduana y, a la vez, incrementar su producción
permitiéndole satisfacer sus obligaciones, particularmente, las de carácter tributario.
A pocos días de dictada la res. 184/52, la Comisión Verificadora de la Industria Automotriz
procedió a inspeccionar las partes importadas para la fabricación del automóvil "Simca Ariane
1300" y llegó a la conclusión sin mayores fundamentos que por la cantidad de ellas, por sus
valores e importancia, la empresa no podría cumplir con los porcentajes de integración
nacional establecidos.
A raíz de ello, con fecha 5 de noviembre de 1962, el secretario de Industria y Minería, por res.
266/62, dispuso suspender preventivamente el uso de los certificados otorgados a
Metalmecánica por la res. 184/62, correspondientes al automóvil "Simca Ariane 1300", como
así también la fabricación de éste, hasta tanto dicha Secretaría aprobara el "despiece" actualizado de la unidad, conforme a lo dispuesto por la res. 240/61, todo ello supeditado a las
garantías que la empresa ofreciera en los términos del dec. 6567/61.
Inmediatamente de notificada, Metalmecánica presentó un detalle de las piezas nacionales e
importadas que utilizaría, indicando los porcentajes con que unas y otras integrarían la
fabricación del vehículo.
Otra vez, sin dar mayores fundamentos, la Secretaría de industria y Minería sostuvo que
resultaba prácticamente imposible a la empresa poder cumplir con el plan propuesto, motivo
por el cual dispuso mantener en suspenso el otorgamiento de los certificados e instruir, con
carácter urgente, un sumario "a efectos de esclarecer su situación dentro del régimen de
promoción de la industria automotriz" (res. 103/63 del 25 de enero de 1963).
Metalmecánica reclamó contra esas medidas y, a la vez, ofreció someterse a control riguroso
respecto del porcentaje utilizable de piezas importadas, no sin antes destacar que éstas habían
llegado a puerto en el año 1961, cuando las normas del dec. 6567/61 permitían emplear un 60
% de ellas en su valor, porcentaje que estimaban les correspondía en derecho; señaló, además,
que la prolongada demora de la Administración en resolver las cuestiones suscitadas había
llevado a solucionarlas en 1963, cuando para este año estaba previsto al empleo de material
extranjero en un 40 %. A pesar del perjuicio que ello le ocasionaba, propuso armar los
vehículos observando este último porcentaje y que las piezas excedentes "serían separadas y
depositadas en lugar que la Secretaría designe, bajo todos los controles que se quieran
establecer para ser utilizadas únicamente como repuestos y solamente una vez producida la última de las 1000 unidades autorizadas, para evitar cualquier posibilidad de incorporación a la
producción".
En el transcurso del año 1963, Metalmecánica efectuó numerosas presentaciones a la
Secretaría de Industria y Minería reclamando una solución para las cuestiones pendientes. El
23 de agosto de ese año, mediante acta notarial que fue notificada en dicho departamento, el
presidente de la sociedad dejó sentada su "más formal protesta por el trato discriminatorio
que la Secretaría de Estado de Industria y Minería de la Nación ha constantemente
mantenido para con su representada", señalando, circunstanciadamente, los hechos
acaecidos y los perjuicios ocasionados a la empresa.
A pesar de ello, transcurrieron dos meses, aproximadamente, y al no haberse resuelto aún su
situación, la firma Metalmecánica recurrió a la justicia en demanda de amparo; sin embargo, el
procedimiento no fue impulsado ante la promesa de las autoridades administrativas de que
recaería decisión en el sumario dentro de un plazo razonable.
Así se llega al final del año 1963 y, en un extenso dictamen, el Abogado Asesor de Gabinete
de la Secretaría de Industria y Minería destaca que de los elementos de juicio reunidos en el
sumario "no existen cargos contra la firma sumariada por lo que correspondería tomar las
medidas tendientes a restituirle el pleno ejercicio de sus derechos", conclusión que
fundamenta en estos términos; "Metalmecánica a raíz de las res. 266/62 y 103/63, no había
podido, prácticamente, al momento de iniciarse el sumario, armar ningún vehículo del modelo
Simca, por lo que todas las exigencias, sospechas y conclusiones técnicas eran y siguen siendo
completamente teóricas... En otras palabras, que si un sumario ha de instruirse para determinar infracciones presuntas o presumibles, aquí se ha dado el caso de un sumario
instruido antes de que las mismas pudieran materialmente cometerse. Mucho más razonable
hubiera sido, según ahora se advierte, aceptar en principio el control físico en planta ofrecido
por la misma interesada, y proceder con energía y severidad recién cuando se comprobara
alguna maniobra. El solo despacho a plaza de mercaderías extranjeras en proporción mayor
que la admitida para el año 1962, no podría configurar infracción mientras no se intentara
utilizar esos excesos, sobre todo teniendo en cuenta las singulares características del plan de
producción autorizado por la res. 184/62. Incluso dada la limitación a 1000 unidades Simca, y
los problemas de hecho que se habría tratado de resolver al dictar la res. 184/62 era previsible
que el "despiece" tuviera fallas de detalle, debiendo haber prevalecido el control físico sobre
las meras lucubraciones intelectuales formuladas sobre los papeles. Con separar y guardar
bajo sellos oficiales las partes no utilizables, todo se hubiera simplificado.
A partir de la fecha en que la firma formuló sus descargos en el sumario 22 de marzo de
1963, éste se halló en condiciones de ser resuelto dentro del término de diez días
establecido por el art. 7°, inc. c) del dec. 1442/63 (B. O. 6 de marzo de 1963); sin embargo, se
produjo una total inactividad durante más de 6 meses.
Cabe hacer notar que a raíz de las res. 266/62 y 103/63, Metalmecánica, durante todo el año
1963, estuvo prácticamente paralizada en sus tareas industriales, no debe extrañar, en
consecuencia, que el resultado final del ejercicio arrojara una pérdida de m$n 107.979.759,90,
mientras el valor de los materiales inmovilizados en la Aduana ascendía a m$n 191.855.484,33.
El 21 de febrero de 1964 se dicta, finalmente, la res. 47 en la que se dijo "que del sumario
instruido no han resultado infracciones por parte de Metalmecánica S. A. C. e I., al régimen
de la industria automotriz, por lo que corresponde su sobreseimiento definitivo". En la
misma resolución se expresó: "Que es opinión coincidente del Procurador del Tesoro de la
Nación y de la Dirección General de Asuntos Jurídicos de esta Secretaría de Estado que
corresponde dejar sin efecto la suspensión del uso de certificados ordenada por res. 266/62 y
mantenida por res. 103/63, con lo que quedará sin efecto la prohibición de fabricar las
unidades Simca 1300, modelo Ariane, la que deberá ajustarse, dentro del régimen de
promoción de la industria automotriz, a la res. 184/62, sobre cuya validez se ha expedido
afirmativamente el Procurador del Tesoro y supeditarse al cumplimiento de la res. 237/63 y
demás normas vigentes en lo referente a la presentación y aprobación definitiva de los "despieces".
La sustanciación de este sumario había durado 1 año y 4 meses.
Cerca de 3 meses después de la res. 47/64, el 12 de mayo de 1964, se dictó el dec. 3418/64, en
el cual, luego de reconocerse que la suspensión impuesta a Metalmecánica había importado
un caso de fuerza mayor no imputable a la misma que había provenido de una medida del
Estado, juzgada, en definitiva, improcedente, se reglamentaron las condiciones en que
reanudaría su actividad industrial.
Las nuevas autoridades que asumieron el Gobierno de la Nación en junio de 1966 decidieron
realizar un nuevo estudio de la situación de la empresa, particularmente de su estado
financiero. Encomendaron ese trabajo de auditoria a una firma privada, la que se expidió el 17 de octubre de 1966, llegando a la conclusión, luego de un detallado estudio, que "en estos
momentos la capacidad de la empresa para hacer redituar su capital se halla sustancialmente
limitada debido a la paralización de actividades resultante de su situación ante la Secretaría
de Estado de Industria con respecto al régimen automotriz en vigencia".
Ese estado de inactividad de la empresa fue señalado por ésta, una vez más, el 14 de
noviembre de 1966, urgiendo de las autoridades una solución inmediata. El mismo pedido lo
reiteró el 23 de diciembre de ese año.
El 30 de enero de 1967, el ministro de Economía y Trabajo y el Secretario de Industria y
Comercio dictaron, conjuntamente, la res. 20/67, por la cual se rechazó el plan de producción
para 1966 del automóvil "De Carlo" y se excluyó a Metalmecánica del régimen de promoción
de la industria automotriz, por falta de cumplimiento -se dijo- de los planes y programas
oportunamente autorizados, "lo que debía atribuirse a una disminución progresiva de su
capacidad técnica y financiera".
Contra esa decisión la empresa dedujo recurso jerárquico con fecha 6 de abril de 1967. El 14
de abril de 1969 ¬¬2 años después¬¬ al no haberse pronunciado aun el Poder Ejecutivo,
solicitó pronto despacho, recayendo resolución el 6 de octubre siguiente -dec. 6185/69-
que confirmó la anterior.
Mientras el largo proceso llegaba a su fin, el fisco inició juicios de apremio contra la sociedad
por cobro de tributos y cargas sociales. La deudora buscó diversas soluciones para garantizar el
pago de lo reclamado, entre ellas, dio a embargo casi todas las maquinarias de su planta
industrial. Al no hallar en muchos casos respuesta oportuna de las autoridades y prolongarse
indefinidamente su situación, se presentó en convocatoria de acreedores en diciembre de
1967, desistió de ella al sancionarse la ley 17.507, en la esperanza de acogerse a sus
disposiciones que contemplaban la condonación de recargos a intereses por deudas
tributarias.
El silencio que se produjo hasta que el Poder Ejecutivo resolvió el recurso jerárquico y el
rechazo de éste, determinó que se presentara nuevamente en convocatoria, pues, para
entonces, su industria se hallaba totalmente paralizada. Se llegó a un concordato, pero la
propia empresa al fracasar todo intento de reanudar sus actividades, pidió su propia quiebra,
la que fue decretada el 8 de enero 1970, cinco años después de que la producción de
automóviles había terminado, Metalmecánica, aniquilada por las procesos llevados en su
contra, presentó su propia quiebra.
No es necesario indagar en profundidad sobre los motivos del deterioro sufrido. Observando
el proceder de la Administración -específicamente el Ministerio de Economía y la Secretaría
de Industria- se hallará en él un factor decisivo, caracterizado por una permanente dilación
en los trámites, falta de criterios uniformes, resoluciones encontradas y una perjudicial
inestabilidad de los actos administrativos.
Seis años más tarde, en 1976, la Corte Suprema finalmente falló a favor de Metalmecánica,
acusando al gobierno de haber tomado medidas irrazonables, retrasar los procedimientos
sin ninguna justificación y haber llevado a Metalmecánica a su desaparición (TRIBUNAL: Corte Suprema de Justicia de la Nación (CS)FECHA: 1976/12/23 PARTES: Metalmecánica, S. A.
c. Gobierno nacional)
En concreto el Estado Argentino nunca pudo demostrar en ninguna instancia judicial que
Salvador De Carlo hubiera infringido normativas legales o hubiera sido un estafador o autor
del “crimen perfecto” como alguien lo calificara.
En el transcurso de este tortuoso camino de incertidumbre e inestabilidad Salvador De Carlo
lucho denodadamente por salvar su industria y, entre otras gestiones e impedido de importar
los motores BMW, realizo negociaciones con Fiat e IKA para continuar la producción con un
motor más grande de 750 cm3, pero estas no prosperaron (desenlace previsible por que no
tenían interés en favorecer a un competidor).
De Carlo SL
También en octubre de 1964 Metalmecánica presentó el De Carlo SL que, manteniendo las
características del modelo precedente, presentaba un interesante trabajo estilístico que lo
asemejaba al SIMCA 1000 de origen francés. Algunos afirman que es posible que
Metalmecánica haya obtenido matricería de la Simca francesa, ya que ostentaba la
representación de la marca en Argentina para el ensamblado del Simca Ariane.
El 700 SL,
entre otras cosas incorporaba nervaduras en el techo y puertas para incrementar su rigidez
estructural, con un nuevo tratamiento que lo protegía del oxido y la corrosión, agregando
también refuerzos troncales diseñados en forma tal que en caso de impacto, el esfuerzo fuera
absorbido sin que se deformarse la carrocería. Para estampar sus piezas fue empleada chapa
de mayor grosor, solución que aumentó en 40 kg. el peso del vehículo. Todas estas
modificaciones ponen en evidencia que para el SL no se utilizaron en modo alguno cascos
importados sobrantes del modelo precedente como en algunos casos se ha manifestado. En
realidad este modelo abordó algunas de las exigencias planteadas por el gobierno en relación
a las condiciones de "Integración nacional de partes” y llego a incorporar un motor fabricado
totalmente en el país réplica del 700 alemán pero al que lamentablemente y por los apremios
a que la fabrica estaba siendo sometida no pudo contar con los testeos necesarios para lograr
la misma calidad. También en el intento de salvar a la compañía de la bancarrota, y como se
expresara en los párrafos precedentes, De Carlo adquirió una licencia para producir el Simca
Ariane. Este sedán de cuatro puertas, que en origen ya había estado en desarrollo desde 1957,
pasó a llamarse 'De Carlo 1300'. y tenia un aspecto anticuado para la época. A principios de
1966 y después de haber producido solo 504 De Carlo 1300, las puertas de la fábrica se
cerraron permanentemente.
Este fue el final de Metalmecánica pues pese a los denodados
esfuerzos de su titular para evitar la debacle, ellos no alcanzaron. Posteriormente poco se oyó
sobre el paradero de Salvador De Carlo, un hombre lleno de ambición y sueños que nos dejó
con su herencia de más de 9.000 vehículos varios de los cuales, generalmente en manos de
coleccionistas, aún pueden circular por nuestras calles. |