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Gustavo López Productor de Seguros

Test del Ayer

Pruebas de autos argentinos

Por Gustavo López
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Historia - Metalmecánica SACI

 

¿Que pasó con Metalmecánica?

 

Por Carlos Avecilla

He tenido oportunidad de leer algunas crónicas sobre las características del 700 y del empresario que hizo posible su introducción en Argentina. En general los elogios fueron para el automóvil pero casi no pude encontrar comentarios favorables hacia esa persona. Al contrario se ha puntualizado sin mayores fundamentos sobre aspectos negativos calificándolo de oportunista, estafador y hasta criminal, Ahora, sin entrar a indagar sobre aspectos de su vida personal y la de su familia, ajenos a este ámbito, quiero profundizar sobre la elogiable y rescatable actuación empresarial de Don Salvador De Carlo (empañada por la persecución a que lo sometió la Secretaria de Industria), quien tuvo un dilatada trayectoria en nuestro país

En primer lugar no fue un improvisado. Ya en su Italia natal, a mediados de 1943, había concretado emprendimientos vinculados al negocio de las artes gráficas y en el año 1947 constituye en Argentina la firma Metalmecánica SAIC productora de componentes para la industria, incursionando también en la fabricación de motonetas con marcado éxito. Es en el año 1957 como más adelante se detallará, y en virtud de la política de promoción industrial sancionada durante el el gobierno del Dr. Arturo Frondizi que logra un acuerdo con la alemana BMW para fabricar localmente los modelos 600 y 700. No me resulta claro cuales fueron los términos de ese acuerdo pero tampoco me ha resultado comprobable que el mismo se haya obtenido a gracias a supuestas relaciones con Mussolini o a colaboraciones con el régimen nazi de Hitler. Lo que es cierto es que BMW no le otorgo licencia plena para producir automóviles con su marca y lo convenido induce a pensar que fue mucho más limitado obligándolo a sustituir la marca germana por otra (el apellido del empresario). Es más, cuando algunos usuarios locales efectuaban reclamos a BMW relacionados con el 700 local, la respuesta era bastante difusa pues manifestaban que se “trataba de un coche fabricado en Argentina con partes de procedencia argentina y alemana” remitiendo copia de la respuesta al Señor Olindo Baylon, representante de la firma en Bs. As. durante los años 1961/1963, supuestamente para que tomase alguna intervención Tal vez esa situación no tan clara de la relación comercial haya motivado a De Carlo para que, a principios de 1961 avalado por los éxitos deportivos de las coupes en competencias de nuestro país, viajara a Alemania para hablar de una formación de una BMW en Argentina, cosa que nunca se materializó .

Volviendo al tema de la constitución de Metalmecánica S.A. es meritorio el hecho de que mientras la planta estuvo activa proporcionó puestos de trabajo a centenares de personas y autopartistas promoviendo vigorosamente la industria nacional . Al respecto reseño algunos obras que se concretaron cuando se encaró la producción de automóviles: La empresa dispuso de una planta industrial de 40.000 m2 cubiertos emplazada en la localidad bonaerense de José C. Paz y en sus amplias instalaciones integradas se incluían las secciones de: oficina técnica, matricería, mecánica de producción, fundición, estampado, montaje, soldadura, tratamientos térmicos, acabados de carrocerías, almacenes, usina (2,100HP), depósito, fabricación de motores y fabricación de moto vehículos. En total el complejo industrial contaba con siete pabellones. En torno a la fábrica se habían construido chalets y un monoblock de departamentos que servían de viviendas para empleados y obreros, un club social y un edificio para escuela primaria. De estas instalaciones sobresalían la sección de fundición que contaba con horno de capacidad para fundir dos toneladas de hierro o acero en ocho horas de trabajo. Por su parte la sección de estampado estaba emplazada en una superficie de 1300 metros cuadrados cubiertos y contaba, entre otros equipos, con doce prensas mecánicas.

Así en junio de 1960, se presentó en los salones de la Avenida Roque Sáenz Peña 625 el automóvil De Carlo 700 que todos conocemos lo que se tradujo en una expansión comercial y administrativa de Metalmecánica. En 1961 mudo sus oficinas comerciales de la Avenida Córdoba 1074 a la calle Jean Jures 932 de Buenos Aires, inaugurándose una nueva sede administrativa central en un edificio de cinco plantas que incluía un taller modelo para ofrecer servicio mecánico a sus clientes. Es un hecho que el 700 local se presentó prácticamente al mismo tiempo del que con idénticas características técnicas se producía y comercializaba con enorme éxito en Europa, ello a diferencia de muchas otras fabricas locales que presentaban modelos de automóviles que en sus casa madres extranjeras hacia ya varios años que se encontraban en producción y ya con matricería de mucha antigüedad y totalmente amortizada (y tal como aún en la actualidad sucede). Es obvio que Metalmecánica, en aquella época y con actitud audaz debió competir con grandes empresas multinacionales, las cuales con mayores recursos financieros y técnicos podían ofrecer mejor respuesta a la demanda del mercado.

A continuación se detalla el tortuoso camino que Metalmecánica S.A.C.I. debió recorrer para lograr mantener los procesos de producción sometidos a injustificadas medidas por parte de la Secretaria de Industria y el Ministerio de Economía: Después de encarar la fabricación de vehículos a motor en 1957 y 1958, al instituirse al año siguiente, como ya se señalara, el régimen de promoción para la industria automotriz dec. 3693/59, la empresa se acogió al mismo, quedando oficialmente incorporada mediante la res. 146/59, por la cual se aprobaron sus planes de producción que preveían fabricar en 5 años 12.200 camiones chicos, 105.000 automóviles y 25.000 motocicletas. Este plan que resultaba muy difícil de cumplir fue modificado de común acuerdo con la Secretaria de Industria quien dicto la res. 130/59 anterior suprimiendo la fabricación de camiones y motocicletas y reduciendo a una tercera parte la de automóviles. De ese modo, el plan de producción total fue el siguiente: 1959/60, 5.000 unidades: 1961, 5.000; 1962, 7.000; 1963, 8.500; 1964, 10.000. Así, en los últimos 40 días antes de finalizar el año 1959, la empresa logró entregar a la venta 300 automóviles "De Carlo 600". Mientras tanto, aún había en la Aduana motores, piezas, equipos y maquinarias industriales por valor de m$n 87.777.260,69 que no habían podido retirarse por trabas burocráticas.


Simca Ariane

El 3 de agosto de 1961 y con el fin de contemplar las necesidades del mercado introduciendo nuevas categorías de vehículos, el Gobierno estableció otro régimen para la industria automotriz, mediante el dec. 6567/61 Metalmecánica, que para esa fecha solo contaba con un modelo, el "De Carlo 700", sometió a la aprobación de la Secretaría de Industria y Minería un plan de fabricación del automóvil "Simca Ariane 1300". Tal solicitud le arbitrariamente fue rechazada con fecha 10 de noviembre de 1961, expresándose en la resolución que dictara el ministro de Economía y aquella Secretaría de Estado "que no se juzga pertinente autorizar el nuevo modelo de coche solicitado, ya que implicaría el armado de dos tipos de automotores en un establecimiento que a la fecha no incluye procesos de fabricación significativos, ya que hasta el momento no se ha producido en su planta ninguno de los elementos básicos de los vehículos que originalmente le fueron aprobados y ser los del nuevo modelo propuesto totalmente distintos de los anteriores" (res. 216/61). En consecuencia, se dispuso que la empresa se ajustara a la producción del modelo "De Carlo 700", pudiendo reconsiderarse el plan anterior una vez transcurrido el plazo de ocho meses contado a partir del 3 de agosto de 1961 previsto en el art. 3°, inc. i) del dec. 6567/61.

Corresponde señalar que para ese entonces la empresa había adelantado gestiones con "Simca Automóviles S. p. a", de Francia, tratando de contar con su apoyo financiero para la producción en el país de vehículos de esa marca.

Inmediatamente de dictada la res. 216/61, el 17 de noviembre de 1961. Metalmecánica se presentó a la Secretaría de Industria y Minería solicitando autorización para despachar a plaza, libre de los recargos establecidos por los decs. 11.917/58 y 5439/59, diverso material destinado a integrar las líneas de estampado, carrocerías, y fabricación parcial de motores del automóvil "De Carlo 700", por un valor de u$s 620.420.

El sector Automotores de dicho departamento de Estado produjo un informe propiciando los beneficios solicitados y a tales fines acompañó un proyecto de decreto que no llegó a firmarse, no obstante contar con la aprobación de la Secretaría del ramo. (Sólo el 11 de junio de 1965, mediante el dec. 4561/65, se dispuso el ingreso del referido material).

Obvio resulta decir que por no haber podido disponer la empresa de los elementos técnicos indispensables, la producción de automóviles "De Carlo 700", que había sido de 4441 unidades en 1961, se redujo a 1914 en 1962.

Amparada en las propias normas del dec. 6567/61, Metalmecánica interpuso recurso jerárquico contra la res. 216/61, del cual no existen antecedentes de que fuera resuelto, por la menos hasta el 21 de marzo de 1963, en que aquélla se dirigió a la Secretaría de Industria y Minería señalando esa circunstancia El 16 de octubre de 1962 el ministro de Economía y el secretario de Industria y Minería dictan, conjuntamente la res. 184/62, por la cual se resuelve mantener el acogimiento de la firma Metalmecánica al dec. 6567/61, pero al solo efecto de proceder a la fabricación de 650 automóviles "De Carlo 700 " por cuyo monto fueron extendidos certificados de importación y 1000 automóviles "Simca Ariane 1300", dentro de las normas, condiciones y porcentajes que el mismo decreto establecía. No cabe duda que esta resolución conforme resulta de sus fundamentos fue dictada para movilizar todo el material de la empresa que desde mucho tiempo se hallaba en la Aduana y, a la vez, incrementar su producción permitiéndole satisfacer sus obligaciones, particularmente, las de carácter tributario.

A pocos días de dictada la res. 184/52, la Comisión Verificadora de la Industria Automotriz procedió a inspeccionar las partes importadas para la fabricación del automóvil "Simca Ariane 1300" y llegó a la conclusión sin mayores fundamentos que por la cantidad de ellas, por sus valores e importancia, la empresa no podría cumplir con los porcentajes de integración nacional establecidos.

 

A raíz de ello, con fecha 5 de noviembre de 1962, el secretario de Industria y Minería, por res. 266/62, dispuso suspender preventivamente el uso de los certificados otorgados a Metalmecánica por la res. 184/62, correspondientes al automóvil "Simca Ariane 1300", como así también la fabricación de éste, hasta tanto dicha Secretaría aprobara el "despiece" actualizado de la unidad, conforme a lo dispuesto por la res. 240/61, todo ello supeditado a las garantías que la empresa ofreciera en los términos del dec. 6567/61.

Inmediatamente de notificada, Metalmecánica presentó un detalle de las piezas nacionales e importadas que utilizaría, indicando los porcentajes con que unas y otras integrarían la fabricación del vehículo.

Otra vez, sin dar mayores fundamentos, la Secretaría de industria y Minería sostuvo que resultaba prácticamente imposible a la empresa poder cumplir con el plan propuesto, motivo por el cual dispuso mantener en suspenso el otorgamiento de los certificados e instruir, con carácter urgente, un sumario "a efectos de esclarecer su situación dentro del régimen de promoción de la industria automotriz" (res. 103/63 del 25 de enero de 1963).

Metalmecánica reclamó contra esas medidas y, a la vez, ofreció someterse a control riguroso respecto del porcentaje utilizable de piezas importadas, no sin antes destacar que éstas habían llegado a puerto en el año 1961, cuando las normas del dec. 6567/61 permitían emplear un 60 % de ellas en su valor, porcentaje que estimaban les correspondía en derecho; señaló, además, que la prolongada demora de la Administración en resolver las cuestiones suscitadas había llevado a solucionarlas en 1963, cuando para este año estaba previsto al empleo de material extranjero en un 40 %. A pesar del perjuicio que ello le ocasionaba, propuso armar los vehículos observando este último porcentaje y que las piezas excedentes "serían separadas y depositadas en lugar que la Secretaría designe, bajo todos los controles que se quieran establecer para ser utilizadas únicamente como repuestos y solamente una vez producida la última de las 1000 unidades autorizadas, para evitar cualquier posibilidad de incorporación a la producción".

En el transcurso del año 1963, Metalmecánica efectuó numerosas presentaciones a la Secretaría de Industria y Minería reclamando una solución para las cuestiones pendientes. El 23 de agosto de ese año, mediante acta notarial que fue notificada en dicho departamento, el presidente de la sociedad dejó sentada su "más formal protesta por el trato discriminatorio que la Secretaría de Estado de Industria y Minería de la Nación ha constantemente mantenido para con su representada", señalando, circunstanciadamente, los hechos acaecidos y los perjuicios ocasionados a la empresa.

A pesar de ello, transcurrieron dos meses, aproximadamente, y al no haberse resuelto aún su situación, la firma Metalmecánica recurrió a la justicia en demanda de amparo; sin embargo, el procedimiento no fue impulsado ante la promesa de las autoridades administrativas de que recaería decisión en el sumario dentro de un plazo razonable.

Así se llega al final del año 1963 y, en un extenso dictamen, el Abogado Asesor de Gabinete de la Secretaría de Industria y Minería destaca que de los elementos de juicio reunidos en el sumario "no existen cargos contra la firma sumariada por lo que correspondería tomar las medidas tendientes a restituirle el pleno ejercicio de sus derechos", conclusión que fundamenta en estos términos; "Metalmecánica a raíz de las res. 266/62 y 103/63, no había podido, prácticamente, al momento de iniciarse el sumario, armar ningún vehículo del modelo Simca, por lo que todas las exigencias, sospechas y conclusiones técnicas eran y siguen siendo completamente teóricas... En otras palabras, que si un sumario ha de instruirse para determinar infracciones presuntas o presumibles, aquí se ha dado el caso de un sumario instruido antes de que las mismas pudieran materialmente cometerse. Mucho más razonable hubiera sido, según ahora se advierte, aceptar en principio el control físico en planta ofrecido por la misma interesada, y proceder con energía y severidad recién cuando se comprobara alguna maniobra. El solo despacho a plaza de mercaderías extranjeras en proporción mayor que la admitida para el año 1962, no podría configurar infracción mientras no se intentara utilizar esos excesos, sobre todo teniendo en cuenta las singulares características del plan de producción autorizado por la res. 184/62. Incluso dada la limitación a 1000 unidades Simca, y los problemas de hecho que se habría tratado de resolver al dictar la res. 184/62 era previsible que el "despiece" tuviera fallas de detalle, debiendo haber prevalecido el control físico sobre las meras lucubraciones intelectuales formuladas sobre los papeles. Con separar y guardar bajo sellos oficiales las partes no utilizables, todo se hubiera simplificado.

A partir de la fecha en que la firma formuló sus descargos en el sumario 22 de marzo de 1963, éste se halló en condiciones de ser resuelto dentro del término de diez días establecido por el art. 7°, inc. c) del dec. 1442/63 (B. O. 6 de marzo de 1963); sin embargo, se produjo una total inactividad durante más de 6 meses.

Cabe hacer notar que a raíz de las res. 266/62 y 103/63, Metalmecánica, durante todo el año 1963, estuvo prácticamente paralizada en sus tareas industriales, no debe extrañar, en consecuencia, que el resultado final del ejercicio arrojara una pérdida de m$n 107.979.759,90, mientras el valor de los materiales inmovilizados en la Aduana ascendía a m$n 191.855.484,33.

El 21 de febrero de 1964 se dicta, finalmente, la res. 47 en la que se dijo "que del sumario instruido no han resultado infracciones por parte de Metalmecánica S. A. C. e I., al régimen de la industria automotriz, por lo que corresponde su sobreseimiento definitivo". En la misma resolución se expresó: "Que es opinión coincidente del Procurador del Tesoro de la Nación y de la Dirección General de Asuntos Jurídicos de esta Secretaría de Estado que corresponde dejar sin efecto la suspensión del uso de certificados ordenada por res. 266/62 y mantenida por res. 103/63, con lo que quedará sin efecto la prohibición de fabricar las unidades Simca 1300, modelo Ariane, la que deberá ajustarse, dentro del régimen de promoción de la industria automotriz, a la res. 184/62, sobre cuya validez se ha expedido afirmativamente el Procurador del Tesoro y supeditarse al cumplimiento de la res. 237/63 y demás normas vigentes en lo referente a la presentación y aprobación definitiva de los "despieces".

La sustanciación de este sumario había durado 1 año y 4 meses.

Cerca de 3 meses después de la res. 47/64, el 12 de mayo de 1964, se dictó el dec. 3418/64, en el cual, luego de reconocerse que la suspensión impuesta a Metalmecánica había importado un caso de fuerza mayor no imputable a la misma que había provenido de una medida del Estado, juzgada, en definitiva, improcedente, se reglamentaron las condiciones en que reanudaría su actividad industrial.

Las nuevas autoridades que asumieron el Gobierno de la Nación en junio de 1966 decidieron realizar un nuevo estudio de la situación de la empresa, particularmente de su estado financiero. Encomendaron ese trabajo de auditoria a una firma privada, la que se expidió el 17 de octubre de 1966, llegando a la conclusión, luego de un detallado estudio, que "en estos momentos la capacidad de la empresa para hacer redituar su capital se halla sustancialmente limitada debido a la paralización de actividades resultante de su situación ante la Secretaría de Estado de Industria con respecto al régimen automotriz en vigencia".

Ese estado de inactividad de la empresa fue señalado por ésta, una vez más, el 14 de noviembre de 1966, urgiendo de las autoridades una solución inmediata. El mismo pedido lo reiteró el 23 de diciembre de ese año.

El 30 de enero de 1967, el ministro de Economía y Trabajo y el Secretario de Industria y Comercio dictaron, conjuntamente, la res. 20/67, por la cual se rechazó el plan de producción para 1966 del automóvil "De Carlo" y se excluyó a Metalmecánica del régimen de promoción de la industria automotriz, por falta de cumplimiento -se dijo- de los planes y programas oportunamente autorizados, "lo que debía atribuirse a una disminución progresiva de su capacidad técnica y financiera".

Contra esa decisión la empresa dedujo recurso jerárquico con fecha 6 de abril de 1967. El 14 de abril de 1969 ¬¬2 años después¬¬ al no haberse pronunciado aun el Poder Ejecutivo, solicitó pronto despacho, recayendo resolución el 6 de octubre siguiente -dec. 6185/69- que confirmó la anterior.

Mientras el largo proceso llegaba a su fin, el fisco inició juicios de apremio contra la sociedad por cobro de tributos y cargas sociales. La deudora buscó diversas soluciones para garantizar el pago de lo reclamado, entre ellas, dio a embargo casi todas las maquinarias de su planta industrial. Al no hallar en muchos casos respuesta oportuna de las autoridades y prolongarse indefinidamente su situación, se presentó en convocatoria de acreedores en diciembre de 1967, desistió de ella al sancionarse la ley 17.507, en la esperanza de acogerse a sus disposiciones que contemplaban la condonación de recargos a intereses por deudas tributarias.

 

El silencio que se produjo hasta que el Poder Ejecutivo resolvió el recurso jerárquico y el rechazo de éste, determinó que se presentara nuevamente en convocatoria, pues, para entonces, su industria se hallaba totalmente paralizada. Se llegó a un concordato, pero la propia empresa al fracasar todo intento de reanudar sus actividades, pidió su propia quiebra, la que fue decretada el 8 de enero 1970, cinco años después de que la producción de automóviles había terminado, Metalmecánica, aniquilada por las procesos llevados en su contra, presentó su propia quiebra.

No es necesario indagar en profundidad sobre los motivos del deterioro sufrido. Observando el proceder de la Administración -específicamente el Ministerio de Economía y la Secretaría de Industria- se hallará en él un factor decisivo, caracterizado por una permanente dilación en los trámites, falta de criterios uniformes, resoluciones encontradas y una perjudicial inestabilidad de los actos administrativos.

Seis años más tarde, en 1976, la Corte Suprema finalmente falló a favor de Metalmecánica, acusando al gobierno de haber tomado medidas irrazonables, retrasar los procedimientos sin ninguna justificación y haber llevado a Metalmecánica a su desaparición (TRIBUNAL: Corte Suprema de Justicia de la Nación (CS)FECHA: 1976/12/23 PARTES: Metalmecánica, S. A. c. Gobierno nacional)

En concreto el Estado Argentino nunca pudo demostrar en ninguna instancia judicial que Salvador De Carlo hubiera infringido normativas legales o hubiera sido un estafador o autor del “crimen perfecto” como alguien lo calificara.

En el transcurso de este tortuoso camino de incertidumbre e inestabilidad Salvador De Carlo lucho denodadamente por salvar su industria y, entre otras gestiones e impedido de importar los motores BMW, realizo negociaciones con Fiat e IKA para continuar la producción con un motor más grande de 750 cm3, pero estas no prosperaron (desenlace previsible por que no tenían interés en favorecer a un competidor).


De Carlo SL

También en octubre de 1964 Metalmecánica presentó el De Carlo SL que, manteniendo las características del modelo precedente, presentaba un interesante trabajo estilístico que lo asemejaba al SIMCA 1000 de origen francés. Algunos afirman que es posible que Metalmecánica haya obtenido matricería de la Simca francesa, ya que ostentaba la representación de la marca en Argentina para el ensamblado del Simca Ariane.

El 700 SL, entre otras cosas incorporaba nervaduras en el techo y puertas para incrementar su rigidez estructural, con un nuevo tratamiento que lo protegía del oxido y la corrosión, agregando también refuerzos troncales diseñados en forma tal que en caso de impacto, el esfuerzo fuera absorbido sin que se deformarse la carrocería. Para estampar sus piezas fue empleada chapa de mayor grosor, solución que aumentó en 40 kg. el peso del vehículo. Todas estas modificaciones ponen en evidencia que para el SL no se utilizaron en modo alguno cascos importados sobrantes del modelo precedente como en algunos casos se ha manifestado. En realidad este modelo abordó algunas de las exigencias planteadas por el gobierno en relación a las condiciones de "Integración nacional de partes” y llego a incorporar un motor fabricado totalmente en el país réplica del 700 alemán pero al que lamentablemente y por los apremios a que la fabrica estaba siendo sometida no pudo contar con los testeos necesarios para lograr la misma calidad. También en el intento de salvar a la compañía de la bancarrota, y como se expresara en los párrafos precedentes, De Carlo adquirió una licencia para producir el Simca Ariane. Este sedán de cuatro puertas, que en origen ya había estado en desarrollo desde 1957,
pasó a llamarse 'De Carlo 1300'. y tenia un aspecto anticuado para la época. A principios de 1966 y después de haber producido solo 504 De Carlo 1300, las puertas de la fábrica se cerraron permanentemente.

Este fue el final de Metalmecánica pues pese a los denodados esfuerzos de su titular para evitar la debacle, ellos no alcanzaron. Posteriormente poco se oyó sobre el paradero de Salvador De Carlo, un hombre lleno de ambición y sueños que nos dejó con su herencia de más de 9.000 vehículos varios de los cuales, generalmente en manos de coleccionistas, aún pueden circular por nuestras calles.

 
 

 


Road Test de autos argentinos de mas de 10 años de antigüedad

Por Gustavo Ernesto López

email guerlopez@gmail.com