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100 años del
automóvil
Por German Sopeña
Revista Parabrisas Nro 100 Septiembre
de 1986 |
1974 -
1986 La era de lo razonable
Es
este período se opera el regreso a técnicas ya empleadas. Vuelven los
árboles de levas en la culata, las aleaciones livianas, los
compresores. Es la época de la inyección de combustible, de la
carburación controlada por computadoras, de los accesorios
sofisticados, de los turbos, de los túneles de viento. Es la época de
la tragedia ecológica, de la extinción de los combustibles
tradicionales y de los autos veloces. Más veloces que nunca ...
Muchas marcas orientan sus diseños hacia los lineamientos impuestos por los japoneses. Aquí el Lancia Y10 A
todo esto un grupo de gente ha venido trabajando inteligentemente tratando
de demostrar el peligro que se cernía: la extinción de los recursos
naturales no renovables.
En un principio hablaban y predicaban en vano, sólo escuchados por los demás ecologistas que intentaban -sin mejor suerte, de todos modos- defender la vida animal y vegetal en un desesperado intento por mantener el equilibrio natural.
Cuando alguien intentaba predicar este tipo de conceptos, lo dejaban solo como a loco malo y era tratado como con cierto desdén o casi con lástima por sus desvaríos. Aún hoy ocurre algo así con quienes tratan de hacer ver al mundo que el ser humano está tratando de hacer maravillas con una energía que desconoce por completo y que ya le esta dando sus primeros dolores fuertes de cabeza.
El
automóvil es parte inseparable de la vida del hombre, de su rutina y sus
costumbres. Por lo tanto, no podía quedar al margen de estos problemas y
estos planteos. La situación amenaza seriamente la euforia del
período anterior.
El Ford Escort Ghia con nueva trompa, siguiendo las aerodinámicas líneas actuales
La gota de petróleo
Se había adquirido conciencia plena del absurdo que significa que una sola persona utilice, durante todo el día, un vehículo que ocupa entre 8 y 10 metros cuadrados de piso creando embotellamientos, interrupciones y trabas en la circulación dentro de las zonas urbanas.
La gota de agua que rebalsará el vaso (o mejor digamos la gota de petróleo) cae a fines de 1973, pocos días después de la guerra del Kippour. En ese vaso navegaban los ecologistas y humanistas de auto fobias patentadas.
Irritados por la posición adoptada por los países occidentales, los países árabes se dan cuenta que de esos países, altamente industrializados, tienen
un Talón de Aquiles; no disponen de petróleo bajo su suelo. Y sin
petróleo, nada de industria, nada de carburantes, ni aviones, ni autos
... El 18 de Octubre la OPEP decide aumentar un 68 por ciento el precio
del petróleo crudo y esto, es sólo el comienzo. Toda la economía de los
países industrializados que no producen petróleo, va a quedar
desbalanceada. La belle epoque del automóvil ... se acaba.
Los
incrementos sucesivos en los precios de los combustibles operados a nivel
mundial ente 1974 y 1975 provocan limitaciones de velocidad, nuevas
reglamentaciones y sobre todo, una auto fobia acentuada y malsana, todo lo
cual hace temer seriamente por el futuro del automóvil tal como lo
conocíamos entonces.
Se
predice una decadencia completa en los próximos años, con detrimento de
la calidad, el confort, las performances y la seguridad activa de los vehículos.
Los constructores, se supone, se dedicarían a ahorrar dinero y no a
mejorar los motores, suspensiones y frenos. Basta que los autos puedan
viajar a la velocidad permitida.
En
este periodo, muchos automovilistas (europeos sobre todo) sufrieron una
especie de complejo de culpa, al ser acusados constantemente de contaminar
el ambiente y empobrecer en divisas a sus países. La situación parecía
ser catastrófica.
La
sangre no llegó al río
Pero
los fabricantes no fueron tan tontos y supieron adaptar sus autos a la
evolución -inevitable, por otra parte- de las mentalidades y las
necesidades. Por una parte se inicia un proceso de dieselización
de los automóviles y pick ups. Por la otra se comienza a pensar
seriamente qué vehículo es apropiado para un empleo específico. Se
empieza a considerar que cantidad de personas y/o carga transportada
habitualmente. Durante cuanto tiempo el auto es ocupado a pleno. Que ya
resulta una estupidez comprar por comprar. Cada vez es menor la cantidad
de gente que compra el auto más grande que encuentra simplemente por
"status".
Nació así una generación de automóviles razonables, de tamaño pequeño que se beneficiaban con una relación peso/potencia favorable por sus motores, que erogaban potencia suficiente. Resultaban divertidos para conducirlos, doblaban bien y frenaba mejor. Todo esto por menos nafta consumida.
El nuevo Honda Accord LX; de cuatro puertas ha sido totalmente rediseñado. El nuevo motor dos litros posee 12 válvulas y el equipamiento incluye todo lo imaginado
A estos nuevos autos se les unió un verdadero enjambre de pequeños vehículos japoneses. Con un rendimiento superior, gran economía de combustible, buen grado de terminación y excelente equipamiento -hasta entonces solo visto en autos grandes- estos autitos nipones convencieron a muchos de que no solamente el auto de alto consumo y grandes dimensiones era
agradable de manejar. A
todo esto, se producen novedades importantes. Los nuevos vehículos que se
producen a partir de 1980 van incorporando adelantos que, hasta el
momento, sólo se empezaban a encontrar en autos de prestigio y por ende,
de precio.
Y
no nos referimos solamente a simples frenos de disco adelante, no.
También se observa una saludable tendencia a agregar elementos que
mejoren el rendimiento, la economía y el manejo. Sobre todo, la
seguridad, que se va constituyendo en materia preocupante para los
fabricantes y los usuarios.
Los
autos traen, cada vez con mayor frecuencia, equipamiento sofisticado.
Comenzando por la inyección de combustible, de la que se desarrollan
múltiples sistemas mecánicos, electrónicos y mixtos. También se
reactualiza la teoría de la sobrealimentación, pero con la utilización
de los gases de escape para mover el compresor. Es así que el turbocompresor
va ganando terreno muy de a poco en una moda que hace que un auto sin turbo
se considere desactualizado. Los turbodiesel fueron la avanzada y hoy día
los nafteros con turbo se están generalizando incluso en nuestro
medio.
La
otra gran preocupación de la época es el Cx, o coeficiente de
penetración aerodinámica. La carrera por bajar los guarismos ha desatado
una competencia en este campo de la que, a la postre, el beneficiado es el
usuario. Los autos consumen menos, viajan mejor y son más eficientes que
hace no tantos años atrás. Como dato comparativo un Ford Sierra 1.6 L
consume lo que un Isard de hace 24 años, de 700 cm3 de cilindrada.
Este periodo se caracterizó por un extraordinario auge de vehículos de tracción integral. En la foto el Audi Quattro En
la Argentina
La
cantidad de fábricas que existían en la década del sesenta se ha
reducido. De 23 empresas que fabricaban diferentes tipos de vehículos
allá por 1962-63, sólo han quedando menos de una decena.
En
lo que nos hemos beneficiado es en el nivel general de los productos, que
se han acercado nuevamente a los vigentes en sus países de origen. Si
bien, por lo general, los motores no son los mismos, ya que de la
producción automotriz local están lejos de ser la de los Estados Unidos
o países europeos para modelos similares o equivalentes. De todas
maneras, los autos argentinos actuales ofrecen algunos de los adelantos de
que hablábamos arriba. Los hay con turbo, con inyección y con excelente
equipamiento, que los acerca bastante a sus similares importados.
Las Vans se han impuesto. En todos los tamaños y capacidades. Aquí el Mitsubishi Colt Vista, un ejemplo de lo dicho Conclusión
Hemos
intentado, más que historiar el desarrollo y crecimiento del automóvil,
brindar un panorama de las circunstancias que rodearon este invento que
terminó por convertirse en un fenómeno social, económico y ecológico,
como contaminador del medio.
El
hombre tiene su historia. Desde hace cien años, la comparte con el
automóvil. Signo de estatus, condición social, espíritu deportivo o
sedentario, el auto califica a su dueño. Lo encasilla y demuestra sus
tendencias, su carácter, su forma de vivir.
Mucho
quedó en el tintero. Muchos autos famosos no han sido nombrados. Hablar
del Ford modelo T llevaría tanto espacio como comentar en detalle
la conformación de la General Motors. O los sueños de Andre Citroën, que
ocuparían tantas páginas como los R.E. Olds.
En
efecto, mucho ha quedado sin tratar. Pero tenemos la esperanza de haber
cumplido nuestro cometido, al tratar de mostrar más que la historia fría
de la industria, su relación íntima con el hombre.
Porsche 959, último grito -en alemán- de la marca. Es el autode serie más veloz (315 Km/h). Los motores modernos han vuelto a los árboles de levas arriba, entre otros "adelantos"
Si todos diseñan por computadora los autos deben salir parecidos entre si. La prueba, este Fiat Croma del año pasado
Hasta las marcas americanas tradicionales adoptaron carrocerías medianas. Ejemplo este Cadillac Cimarron D'Oro del 86
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