|
Prueba Nro 956
Buenos Aires - Rosario - 1989
¿En auto o en avión?
Revista Parabrisas Nro 138. Noviembre de 1989
Publicado en Test del Ayer en Julio de 2025
|

Hace trece años se hizo esta misma nota en las páginas de Corsa. No existía la autopista a Rosario y el costo operativo del avión y el automóvil diferían en un 60%. A principios de octubre repetimos el desafío y los "pasajeros" del avión arribaron a Rosario sólo 2 minutos antes que el Ford Escort. Evaluación de costos, ventajas, desventajas y una conclusión: conviene ir en auto

Después de cordial despedida, llena de buenos augurios y mejores deseos (cuando en realidad como en cualquier competencia lo que los participantes querían era ganar a toda costa), sube Fernández Sasso a vehículo de techo amarillo que con un poco de buena voluntad podría calificarse como taxi

Cinco minutos antes se había producido nuestro encuentro en Congreso. Exactamente a las seis y media de la mañana, se puso en marcha el operativo. Fernández Sasso y Figueras se despiden para encontrarse en el Monumento a la Bandera de Rosario. Los fotógrafos eran Tillous (avión) y Fernández (auto)

Parada prevista para llenar el tanque de combustible en la Shell de Figueroa Alcorta. Se perdieron exactamente cuatro minutos. Los accesos hacia el norte estaban despejados tanto Lugones, General Paz como la Panamericana. El viaje prometía ser normal, sin alteraciones imprevistas

Presentación del pasaje y despacho de pequeño equipaje (vacío) lo que provoca interrogatorio de monísima señorita sobre su contenido, respondiéndose, en un alarde de inteligencia: “Sólo ideas”. La señorita con toda razón selló el pasaje con notorio gesto de fastidio

Ya había quedado atrás la bifurcación del ramal a Pilar y circulábamos por Ruta Nacional-9, más allá de la planta de Autolatina. Llevábamos recorridos unos 38 kilómetros desde la salida en el Congreso. Viajábamos a una velocidad real del orden de los 150 km/h debido al escaso tránsito 
Fernández Sasso, que durante todo el operativo mostró predisposición a poner “cara de foto" cada vez que era enfocado, sube el BAC 111 “Cabo de Hornos” de Austral. Corresponde resaltar el excelente estado de conservación de la máquina como así también el de las tres azafatas, ignorándose el del comandante Rosales

Sorprendente puntualidad en la salida del vuelo con rumbo a Rosario. Fernández Sasso, conocido privatista, aprovecha tal evento para cantar loas a la eficiencia de la empresa privada, mientras en su fuero interno se regodea convencido que la carrera es “pan comido”

Sin variantes, a velocidad constante. A esta hora pasábamos por la salida del INTA-Delta luego de 67 kilómetros de marcha. El promedio hasta allí (con reabastecimiento incluído) era de 89,4 km/h y faltaban aún quince minutos para que Faustino despegara de Aeroparque con rumbo a Fisherton

En el preciso momento en que el BAC de Austral ponía a fondo sus turbinas, el Ford Escort superaba la salida hacia la central nuclear de Atucha. En una hora habíamos recorrido 98 kilómetros y nos restaban algo menos de 200 para llegar a Rosario. Si no había complicaciones, podía ganar el auto.... 
Simpática señorita convida con dulces procurando aliviar las tensiones propias del “decolage”. El hombre de Parabrisas que no escarmienta la piropea diciendo: “Acepto un dulce de manos de una dulce”. Ante semejante banalidad el ocupante de la butaca vecina y la hostess huyen despavoridos

Hora del frugal (pero bienvenido) desayuno. Como puede apreciarse en la foto el señor que huyera despavorido prefiere despreciar el convite antes que compartir butaca. De inmediato Faustino, impávido, procede a “despacharse” la bandeja del otro pasajero

Llegada al aeropuerto de Fisherton. F.F.S. acaricia el triunfo, se lo ve convencido de que Figueras no puede estar más allá de Campana y planea diversas humillaciones a las que someterá al susodicho a su arribo. Sin embargo, el Ford-Escort estaba a menos de 120 kilómetros de Rosario.... 
Una de las pocas demoras que sufrimos en todo el trayecto. Al finalizar la autopista (km 191), existe un desvío de tierra con piso desparejo que hace que los camiones pasen a muy baja velocidad. Un breve tapón para luego para circular por ruta normal de dos manos durante 38 kilómetros

Con eficiencia y puntualidad se recibe la valija despachada. Como Senna en Monza, ni mira los retrovisores. La sensación de victoria aplastante lo invade. Nótese su cara de satisfacción ante la inminencia del triunfo. La sorpresa sería mayúscula

Momento en que se efectiviza el pago del viaje hasta Rosario. Por razones obvias Fernández Sasso elige un ómnibus propiedad de un señor de apellido Moscato. Tal era la euforia que contraviniendo sus arraigadas costumbres deja al conductor 50 australes de propina 
Nuevamente en plena autopista y ayudados por un leve viento a favor, el Escort recuperó parte de lo perdido al superar camiones en el camino de dos manos. El acceso a San Nicolás había quedado atrás y nos restaban poco menos de 70 kilómetros para llegar al punto de encuentro

Control de la Policía Caminera de Santa Fe. Apenas perdimos unos segundos ya que nos fuimos demorados. El cartel de “Parabrisas” logró su cometido. Menos de 50 kilómetros nos separaban de Rosario y tanto Figueras como “Juano” Fernández miraban el reloj con insistencia

Abandonamos la RN-9 y doblamos a la derecha por el camino de Circunvalación rumbo al Puerto de Rosario y el Monumento a la Bandera. La aguja de nivel de combustible indicaba menos de medio tanque. En cinco minutos más saldríamos de la duda sobre el resultado del enfrentamiento 
Queda registrado para la posteridad el arribo al Monumento a la Bandera después de exactamente 2 horas y 25 minutos de viaje a contar desde la salida en el Km 0 de la Plaza de los dos Congresos (como le dicen ahora algunos periodistas) 
Vista desde el interior del Escort, el punto de llegada. Cuando estábamos a doscientos metros, vimos como se alejaba el taxi que había llevado a Fernández Sasso y Tillous. Hicimos la rotonda, doblamos a la izquierda y encaramos hacia el Monumento a orillas del Paraná

Un minuto más tarde, arribamos al punto de reunión. Apenas dos minutos más tarde que los hombres del avión. En una actitud que enaltece a Fernández Sasso y Tillous, declaramos un empate salomónico debido a la escasa diferencia de tiempo entre uno y otro arribo

Repuesto de la sorpresa que le produjo la llegada de Figueras a las 08.57, apenas dos minutos más tarde que él mismo, y después de aceptar a regañadientes que se trataba de un empate posan Fernández Sasso con el resto de la troupe, gracias a los buenos oficios de un joven estudiante que gatilló la Nikon
|


Quienes hayan sido (o sean) lectores de Corsa y de Parabrisas, recordarán que hace más o menos trece años, concretamos un operativo similar con un desafío Auto vs. Avión.
En aquella ocasión, ganó el avión (en tiempo) y la diferencia de costos entre el pasaje y el combustible no era tan importante como ahora, apenas un 60%. Sin
embargo, no existían suponer los 260 kilómetros de autopista entre Buenos Aires y Rosario lo que nos obligó a tomar por la Ruta-8 y en Pergamino doblar a la derecha hacia Santa Teresa y entrar a Rosario por el sur. Si bien se recorrían unos 30 kilómetros más, el tránsito era mucho más fluido que por la Ruta-9, angosta y plagada de camiones.
Los tiempos cambian, las rutas mejoraron y un viaje en un auto a Rosario se ha transformado en un juego de niños. Era momento entonces de intentarlo nuevamente y fue Faustino Fernández Sasso quien encendió la mecha.
Análisis previo Lanzado el desafío, hicimos un análisis breve acerca de la conveniencia del avión y del auto. En un tramo como el de Buenos Aires - Rosario (300 kilómetros), utilizar el automóvil sonaba no sólo como más lógico, sino como mucho más económico ya que nunca hubo una diferencia tan grande entre el costo del pasaje y el precio del combustible.
Las reglas de juego fueron establecidas.
Los que viajaban en avión (redactor y fotógrafo) deberían cumplir con las condiciones que imponen las compañías aéreas acerca de la anticipación con que debe presentarse el pasajero en mostrador, es decir, 45 minutos.
Obviamente, los que viajaron en el BAC de Austral debieron despachar una valija y luego retirarla en Fisherton, simulando
una situación tipo de un señor que viaja por asuntos de negocio y debe quedarse uno o dos días en Rosario.
Por su parte, los que fueron en el Ford-Escort (cedido por Autolatina a esos efectos) estaban obligados a cargar nafta en el camino o a la salida, pues no todo el mundo completa el tanque de combustible de la noche anterior a encarar el viaje. En síntesis, tratamos de esta forma, de no darnos ventajas.
Un desafío de verdad
Como todas las cosas, lo que es un comienzo era nada más que un tema interesante para reflejar en las páginas de Parabrisas, se transformó en un auténtico desafío, a cara de perro y acelerador a fondo.
Nos dimos la mano con Fernández Sasso en el Congreso y partí con el Ford-Escort rumbo a Callao para tomar Libertador, totalmente convencido que llegaría "ahí nomás".
Tras cargar nafta, a la media hora ya había dejado atrás el acceso a Pilar y tres cuartos de hora después estaba en el cruce de la RN-9 con la R-41 a141 kilómetros del Congreso. Ruta despejada en general, con el único tramo en doble vía algo congestionado. Pero a 36 kilómetros me vuelvo a subir a la autopista sin abandonarla hasta Rosario.
A las dos horas de viaje, entraba en la provincia de Santa Fe y había recorrido 238 kilómetros lo que daba un promedio bruto de 119 km/h. incluyendo salida de Buenos Aires, carga de nafta, Panamericana, etc.
Cuando encaramos la avenida Circunvalación, quedaban menos de seis minutos para llegar al Monumento.
Doscientos metros antes, con el punto de reunión a la vista, distinguimos la campera colorada de Tillous acompañado por el trajeado Faustino. Recién bajaban del taxi que se dirigía a la plazoleta convenida. Aunque parezca mentira, solo nos separaron dos minutos .
Habíamos demorado 2h.27m. en cubrir Buenos Aires con Rosario, punto-punto, a
un promedio general de 121,6, km/h. y consumiendo exactamente 34 litros de combustible que arrojó un índice de 11,41 litros cada centenar de kilómetros u 8,76 km/litro.
Pro y contras
Para sacar conclusiones acerca de las ventajas y desventajas del avión y del auto, es necesario una evaluación final.
Por supuesto antes de hacer el análisis, abundaron los infaltables comentarios de la prueba, que sin quererlo se había convertido en una competencia. En dichos comentarios se trataba muy mal al bueno de Fernández Sasso, a quien se acusó de no poder ganar ni siquiera con un avión. En la comparación directa, desde nuestro punto de vista, es el automóvil el que sale airoso por las siguientes razones:
• Costo mucho menor (para dos personas aprox. cinco veces)
• Movilidad asegurada en destino sin gasto extra.
• Duración del viaje similar (si se circula a 150 km/h en los sectores de autopista)
• Posibilidad de llevar dos, tres o cuatro personas por similar costo.
El avión, en cambio, ofrece al pasajero un viaje sin tensiones ni fatigas, mucho más confortable y descansado. Pero si consideramos que el costo de dos personas en avión es cinco veces mayor, bien vale la pena tomarse un descanso al llegar a Rosario...
Los beneficios de viajar en automóvil están a la vista. Todo depende de su nivel de "stress" cuando se sienta al volante de un vehículo para encarar un viaje de 300 kilómetros.
Por Carlos Figueras y "Juano" Fernández (Ford Escort Ghia) Faustino Fernández Sasso y Miguel Tillous (BAC 111 LV-LHT de Austral)
Vea también
Road Test del Ford Escort Ghia
Revista Parabrisas Nro 131. Abril de 1989

Buenos Aires - Rosario - 1976
¿En auto o en avión?. Con Peugeot 504 SE 2000
Revista Corsa Nro 547. Noviembre de 1976
NOTA PARA FORISTAS, WEBMASTERS, ETC.Si te ha gustado este test y vas a usarlo en un foro, sitio web o cualquier otra publicación, por favor no olvides mencionar que lo obtuviste de Test del Ayer además de incluir un link a este sitio.
Muchas gracias. |
|