Superados los inconvenientes de público dominio, y reorganizada "la Peugeot" bajo las renovadoras siglas de SAFRAR (Sociedad de Automóviles Franco - Argentina), nuestro primer contacto con la gente nueva (aunque quedan viejos amigos como el Ingeniero M. Renaud, de la fábrica de la Ruta 2) mostró de parte de ellos un saludable interés por nuestros Road Tests y por nuestro esfuerzo periodístico en general.
Sentadas esas bases, "apareció" para Test un 404 de la nueva serie, idéntico exteriormente pero con fundamentales reformas interiores, de las que se da noticia en la segunda parte de este test. La más importante es el cigüeñal apoyado sobre cinco bancadas, que permite un elástico andar al mismo tiempo que se logran siderales rpm en las marchas sin peligro de rotura.

Aunque el rolido es notorio la estabilidad en curva puede signarse como muy buena. No se advierten tendencias peligrosas hacia el sobreviraje o hacia el subviraje, aunque en última instancia, cierta tendencia a irse de cola facilita la maniobra
Una objeción; debido, aparentemente, a lo bajo de la trompa y lo parado del parabrisas, éste se llena de barro en cuanto caen dos gotas de lluvia del cielo. En ruta, este molesto fenómeno se verifica también con mariposas. Una hipótesis es que los guardabarros, más altos que el capot, entuban los insectos y los detritus hacia el parabrisas.
Comodidad y primeras impresiones
La primera impresión del conductor es de comodidad y de un auto concebido para ser manejado y no simplemente apuntado. Sin embargo, tiene un pero; el volante está muy inclinado (es decir, se acerca demasiado a lo horizontal) y además la columna de dirección está desviada, a los efectos de la mejor ubicación en el compartimiento motor de la caja de dirección.
Por otra parte, todo va bien; los asientos son de gran comodidad, existiendo una opinión (no compartida unánimemente) de que eran los más cómodos de todos los coches de producción argentina.

El lugar del motor es amplio si bien aparenta estar lleno de máquinas. La mayoría de los servicios se hacen sobre el lado izquierdo quedando de este modo con una correcta accesibilidad
Una modificación en los respaldares de los asientos delanteros, ofrece más espacio longitudinal, es decir, más lugar para las piernas de los ocupantes traseros. Con esta modificación el 404 se coloca entre los más cómodos para "los de atrás".
Las puertas son amplias y admiten cómodo acceso, pero a nadie le gustaron las trabitas de puertas invertidas con relación a lo normal (es decir, cuando están levantadas la puerta está trabada). De todos modos, el ocupante viaja cómodamente, tanto atrás como adelante. Que es lo fundamental.
Terminación
La terminación exterior no merece reparos, pero en cuanto a la interior, si bien no puede reputarse "mala", cundió la opinión general que de ninguna manera estaba adecuada a un auto que cuesta más de un millón de pesos. Sin embargo, hay detalles buenos, pero el tablero, por ejemplo (no fabricado por SAFRAR) en terminación no puede compararse con un tablero francés.
El tapizado es bueno y es además de muy buen gusto, sobrio, sin detalles chillones; es moderno y alegre, aunque lógicamente hubiéramos preferido el tapizado de cuero del modelo De Lujo (el nuestro era la versión llamada "Standard", que viene prácticamente sin accesorios, aunque trae calefacción de fábrica).

El sistema de frenos y el comportamiento durante las frenadas ha demostrado ser de los mejores. Las campanas de frenos sobredimensionadas y enfriadas con aletas profundas longitudinales, demostraron su eficacia en los escasos metros necesarios para detener el automóvil desde ciento veinte a cero
Controles
En cierto modo, el talón de Aquiles del auto. Unánime reprobación mereció el acelerador, de recorrido excesivamente largo y que en su posición de reposo obliga al conductor a viajar con la pierna derecha excesivamente flexionada. Además, es imposible hacer la maniobra de punta y taco, aunque esta última objeción no afectará a la mayoría de los compradores del 404. La pedalera en general no es agradable, porque se usan pedales colgantes, pero resulta que estos no coinciden con los asientos altos que caracterizan al Peugeot.
La palanca de cambios tiene recorridos cortos y es algo dura. Hay que "esperar" los cambios, no pudiéndose generalmente hacer rápidas las operaciones de trueque de marchas. El tablero está bien instrumentado, con amperímetro, temperatura (mantenida siempre a 80/90 gracias al ventilador termostáticamente desacoplable), y nivel de combustible. Además tiene reloj, indicador parcial de kilómetros y alumbramiento regulable por reóstato.
Seguimos no comulgando con la palanca de luces, prefiriendo un control de tablero combinado con un guiño desde el aro de bocina (mediante una llave inversora). La palanca de indicador de viraje es de escasa calidad y además el retorno estaba mal regulado. Hay una perillita para hacer funcionar el ventilador pasando "por encima" del desacople termostático, que puede usarse en condiciones excepcionalmente severas.
La regulación de la calefacción es sencilla; hay dos palanquitas en el tablero y una llave eléctrica para poner en marcha el ventilador de la calefacción. En los costados del tablero, hay dos bocas orientadoras girables, que dirigen aire fresco al interior de la cabina, reemplazando por lo tanto los clásicos ventiletes. El freno de mano está ubicado debajo del tablero, en posición no demasiado cómoda. Podría haber ido entre los asientos. El limpiaparabrisas tiene una sola velocidad. Mediante la misma perilla del limpiaparabrisas se acciona el lavaparabrisas, empujándola para adentro.


Visibilidad
Es un aspecto completamente positivo de este auto. Hacia adelante, el conductor es orientado por los "nervios" de los guardabarros; atrás, tiene nos filos cromados sobre las aletas que ayudan mucho para estacionar.
Manejo en ciudad
Durante el test prevalecieron mañanas de regular frío. El Peugeot arranca bien sin cebador siempre que no se toque el acelerador. Un centímetro de acelerador y ya se ahoga. Una vez en funcionamiento el motor, alcanza rápidamente su temperatura operativa.
El manejo en ciudad se sumamente agradable, máxime gracias a la tercera velocidad, que lleva al coche de 20 km/h a 120 sin vibraciones ni desfallecimientos (gracias a su vez al motor de cinco bancadas). No es cómoda la palanca pero tampoco hay que hacer muchos cambios, ya que las tres primeras velocidades son muy cortas, y la cuarta larga, sólo debe engancharse de 60 km/h para arriba.
El conductor ducho pronto comprobará que en ciudad se anda rápido y bien ya que puede "entrarse" en nudos, esquinas, etc., confiadamente gracias a la excelente estabilidad y brillantes frenos.

Manejo en ruta
El acelerador cansa bastante la pierna derecha del intrépido manejante, pero aparte de este detalle, el auto se comporta muy correctamente. La estabilidad es excepcionalmente buena en lo liso y seco, aunque en caminos malos a regular velocidad es dable observar que el tren trasero chicotea y se desplaza. El auto no resulta cansador y puede guiarse durante largas horas sin problemas. En lo húmedo, la cola tiene tendencia a desviarse.
El baúl es amplio. Contiene la rueda de auxilio, más un crique que realmente funciona, a manivela. Los frenos son excelentes, livianos, potentes y no hacen cruzar el coche. No pudimos estar totalmente de acuerdo con los faros amarillos. Sin embargo el conductor puede optar por faros blancos si prefiere, los que le colocará el concesionario; claro que perderá ese aire "europeo" que dan las luces amarillas.
Manejo en ruta
Está dentro de lo previsible para el tipo de auto. Llevando el coche lo suficientemente ligero para poder enganchar la cuarta, se gana bastante en economía con respecto al uso prolongado en tercera.

Performance
Acelera bastante bien (mejor que el 404 anteriormente probado por PARABRISAS) y su velocidad máxima es superior a los 140 kilómetros por hora, digamos 138 / 148 según unidad. La aceleración permite que el coche se comporte bien en el tránsito. Ya hemos hablado abundantemente de los frenos.
El coche corre incansablemente a 110 / 120 de crucero, ayudado por la cuarta "larga" (apenas 4.300 rpm a 120 por hora). Este tipo de transmisión asegura larga vida al motor en viajes de ruta, aunque el escalonamiento de las marchas no se preste a la conducción deportiva, como hemos señalado en oportunidades anteriores. Sigue no gustándonos.
Motor y accesibilidad
Durante todo el transcurso del test el motor exhibió un funcionamiento perfecto (cosa que no puede decirse del tren delantero, puesto que, sin motivo aparente, se rompió un amortiguador que fue necesario cambiar). Combina las virtudes de gran elasticidad con un goloso apetito por rpm, pasando con exuberancia las 6.000 (cifra que no recomendamos para uso cotidiano, por supuesto). Como dijimos anteriormente, atribuimos esta versatilidad a las cinco bancadas. Como el motor tiene carburador muy chico, las posibilidades que resultan de "darle más de comer" son enormes; si no, que lo diga Alberto Gómez.

El interior del 404 modelo 65, no ha variado en relación a los de los modelos anteriores, por lo menos en cuanto al ascetismo del diseño se refiere. El automóvil testeado por Parabrisas era el modelo Standard. El modelo de Lujo viene más "vestido" en cuestión de accesorios y tapizados. Los ruidos interiores se conservan dentro de lo razonable, con alguna influencia de sonidos de rodamiento debido probablemente a falta de rodaje del vehículo
La accesibilidad está favorecida por la inclinación del motor. La única objeción es la varilla medidora de aceite. Es dura y al pretender extraerla, choca con partes del motor, debiendo entonces flexionarse para que salga de su alojamiento. Para desenroscar las bujías, hay que recurrir a una llave de tubo larga, sin la cual no puede efectuarse esta operación.
Accesorios
Como era la versión "standard", prácticamente no tenía accesorios, salvo el lavaparabrisas (y la calefacción que es equipo de norma en todos los Peugeot). Ni siquiera tenía encendedor, aunque había un cenicero en el centro del tablero. Nuestro coche estaba equipado con cinturones de seguridad, lo que, sin embargo, no constituyen equipo de norma. Son de norma, sin embargo, los asientos reclinables y el reloj, el que funcionó con notable exactitud.
Conclusiones
Evidentemente, el Peugeot 404 es uno de los buenos autos del mundo. Se dijo en PARABRISAS que se identifica perfectamente con el porteño, porque es "bien" y además, tiene el indefinible don de la personalidad. Es sumamente versátil porque tanto puede andar despacio (en tercera) como crucerear a 120 hora tras hora. En caminos de tierra, hay que cuidar el detalle del diferencial de sinfín un poco bajo. Se conforma mucho, además, con el coche ideal para la Argentina.
