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Eniak
Antique Falcon 221 - 1986
No
apto para novatos
Revista
Parabrisas Nro 103. Diciembre de 1986
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Sin
duda, uno de los ángulos que más lo favorece, es el de tres cuartos de
perfil
Manteniendo
las líneas y diseño de la versión equipada con motor Dodge-VW 1500
1.8, este Antique utiliza una planta motriz Ford Falcon "221".
Acelera en menos de 8 segundos de 0 a 100 Km/h y supera los 175 Km/h de
velocidad máxima. Una "bestia" que responde al acelerador
como pocos pero sin olvidar que los autos también deben doblar y
frenar.
Una
interesante opción para los ávidos de potencia con el dinero
suficiente para adquirirlo
Todo depende de cómo se encara la vida o con que filosofía se la transmita. Una gran mayoría de automovilistas sueñan con la posibilidad de tener acceso a un vehículo de superconfort, con los accesorios disponibles y una suspensión que se adecue a las circunstancias. Sin filtraciones de aire, polvo y con absoluto control sobre la temperatura del habitáculo. Es lo que se llama un auténtico automovilista burgués, y vaya si es agradable disfrutar de esos elementos.
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Otros, unos pocos, prefieren sacrificar gran parte del confort, buscando performance y buenas prestaciones generales que deben acompañar a un automóvil deportivo y descapotable.
Las
contras de este tipo de vehículos pueden llenar carillas, pero también
es cierto que brinda una serie de satisfacciones extra, sobre todo cuando
un sábado o domingo a la mañana se presenta con un sol radiante digno de
ser vivido a pleno. 
En
esto, los británicos son maestros. Acostumbrados a un clima horripilante,
con pocos días soleados, temperaturas generalmente bajas y lloviznas
cotidianas, han hecho del auto "sport" parte de su vida. Por eso
es normal ver por las calles de Londres y autopistas de Inglaterra,
señores con gorra escocesa de Scotch House o jóvenes con cabellos al
viento en días fríos o lo que es peor, con persistente lluvia.
Este es
el espíritu del "sportman" llevado al placer de conducir un
automóvil. Si es invierno, una buena campera acompañada de bufanda,
anteojos (y hasta antiparras), gorra y guantes serán suficientes para
combatir las condiciones climáticas.
En
Argentina, en cambio, son pocos los que disfrutan las bondades de un auto
abierto. Porque el auto sport es lo más parecido a una moto de cuatro
ruedas. Solo los socios del Club de Autos Clásicos o del Club de Autos
Sport de San Isidro, conocen y gozan de la conducción de este tipo de
vehículos. De allí que en oportunidad del Rally de La Cumbre, varios
decidieron ir y volver andando recorriendo más de 1.600 kilómetros.
Lo
cierto es que hay que encarar las cosas con una filosofía especial para
no deprimirse ante la falta de los elementos de confort en un auténtico
sport. Son cosas diferentes.
Primera
impresión
El
diseño, sin duda, es agradable. Mantiene una línea de auto clásico de
pre-guerra con cierto aire familiar al Jaguar SS que los británicos
supieron construir. De movida se manifiesta como un auto con personalidad
y carácter. No es un híbrido como la mayoría de esos "kits"
que andan por ahí dando vueltas con cualquier tipo de motor, caja y
diferencial.
Además no vale ningún tipo de comparación porque el Antique se vende única y exclusivamente listo para tomar la calle, con cédula
verde, patentamiento como cero kilómetro y las garantías que ofrece la
mecánica de cualquier auto de gran serie nacional.

Sus
lineas laterales laterales son muy fluidas y agradables considerando sus
intenciones de revivir el estilo de autos sport de pre-guerra
Por
otra parte, las soluciones técnicas de suspensiones, chasis, etc. distan
mucho del convencionalismo. Hace muchos años (1968 aproximadamente)
Edgardo Boschi se puso a fabricar los Lotus Seven con licencia de la casa inglesa y me entregó uno que tuve en mis manos
durante tres o cuatro meses.
Claro, a los veintidós años un Lotus Seven
es la "octava maravilla del mundo", pero debo reconocer con
objetividad, que el confort de marcha era inexistente. El eje rígido de
Fiat 1600 no ayudaba para nada en el piso desparejo al momento de doblar.
El "zapateo" era una de sus características y la tenida en ruta
por encima de los 120 Km/h tampoco se contaba entre sus virtudes.
Este
Antique Falcon es un sport bien concebido. Chasis, suspensión delantera y
trasera (independiente, de diseño Pedro Campo) cumplen eficazmente con su
función. Los detalles de terminación fueron cuidados y tanto puertas
como capota, tienen un nivel correcto de hermeticidad. La
posición de manejo -por tratarse de una versión especial con planta
motriz seis cilindros de Falcon 221 SP- es adaptable al gusto del
comprador. Puede elegir el tipo de asiento / butaca que más le plazca y
regular la altura, distancia del volante, inclinación, etc. El tablero es
de fácil lectura y con agujas que en algunos casos están respaldadas por
luces testigo.
El volante es de buen tamaño, coherente con el diseño del
auto y de "grip" agradable, aunque el barniz del aro de madera
(tipo marino) hace que sea un poco "escurridizo". La pedalera
está bien ubicada y en nuestro caso, la altura de regulación del pedal
de freno (discos en las cuatro ruedas) dejaba al pie derecho en posición
ideal para realizar "punta y taco" a la hora de los rebajes.
 El "Rey" de los semáforos
Una
de las primeras sensaciones que transmite el Antique -tanto este como los
motorizados con el motor Dodge VW 1.8- es su capacidad innata para copiar
sobre pisos desparejos. Son las geometrías y trabajo de las suspensiones
las que logran este apreciado efecto.
El
comando de la caja es preciso (cuatro marchas de Ford Sierra) y al alcance
de la mano del conductor, muy cercana del volante montada sobre el túnel
de transmisión. Todo
este conjunto balanceado de suspensiones, frenos, relaciones de caja
(cortas) y motor de 221 pulgadas cúbicas, logran que el resultado final a
nivel performance sea escalofriante.
Probablemente un Lotus Seven actual
(debido a su menor peso) obtenga menores valores, pero refiriéndonos a
los probados por Parabrisas, este Antique Falcon es el auto que
más rápido acelera de 0 a 100 Km/h y de 0 a 1.000 metros con partida
detenida.
La potencia del seis cilindros es hace sentir apenas se
hunde el acelerador. Sale viboreando, tirando rueda y ahí nomás el
cuentavueltas trepa a 5.500 rpm. Segunda también a ese régimen, tercera
y cuando se coloca la cuarta y se larga el embrague se escucha el
patinamiento breve que produce el tren trasero ante los briosos HP que el
motor le envía. Todo un aparato, que al momento de acelerar no tiene
competencia.
Pero
llamó la atención, que además de no tener rivales en los semáforos,
ostente una excelente velocidad máxima. Generalmente, debido a relaciones
de caja y puente cortas, este segmento de autos sport tienen muy buena
salida de abajo pero no superan los 145 - 150 Km/h.
Este no es el caso del
Antique Falcon. Los casi 180 Km/h hablan por si solos. Eso sí, debido a
su diseño de automóvil clásico, aerodinámicamente no las tiene todas
consigo y el eje direccional muestra una tendencia al "despegue"
a velocidades superiores a los 160 Km/h. Y eso se manifiesta en lo liviana
que se pone la dirección.
Pero hasta los 140 Km/h se puede circular sin
inconvenientes a excepción de que la capota se infla y embolsa aire. Los
guardabarros tampoco son de perfil ideal para altas velocidades, pero si
buscamos pulir todos esos detalles, Eniak terminará haciendo un Porsche
917 en lugar de un Antique.

En
caminos de tierra, el comportamiento del Antique es satisfactorio
Hablar
de 7s9/10 para llegar a los 100 Km/h (tomados a cronómetro ante la
imposibilidad práctica de colocar el Correvit-L) y de 29s y
monedas para cubrir los 1.000 metros con una velocidad de salida del orden
de los 158 Km/h, es estar en presencia del auto más nervioso jamás
probado. Son cifras solo comparables con autos deportivos modernos como un
Porsche 924, un 944 S o un 911 Cabriolet.
Bestial
o doméstico: usted elige ...
Una
de las características del Antique Falcon es que se comporta como un
"pursang" ante la solicitación del acelerador pero es capaz de
circular a 60 Km/h en cuarta con absoluta tranquilidad. La elasticidad del
motor permite inclusive superar camiones en la ruta que viajan a 70 Km/h
sin necesidad de bajar a tercera. A partir de las 1.200 rpm, el motor
responde sin brusquedades o fallas.
Eso indica la generosidad de la curva
de potencia aprovechable. En ciudad, no tiene problemas de empaste de bujías,
sólo produce un recalentamiento del piso del auto (del lado de los
escapes) que no verifiqué en el Antique con motor VW de 1.800 cm3.
O
sea que tiene la virtud de ser una aplanadora cuando se pisa el acelerador
a fondo o un tranquilo y familiar sport cuando se le coloca la cuarta.
Tuve
oportunidad de transitar por ciudad y autopista con lluvia. La capota
tiene un cierre correcto sobre el parabrisas y los laterales. Las puertas
- ventanilla en cambio, dejan luz respecto al borde anterior pero el
ventilete externo evita mayores problemas. De todas formas, en un auto
sport con capota no se puede pedir hermeticidad. Ni siquiera en un Triumph,
MG o BMW Cabrio. La tenida es muy buena debido -como dijimos- al
comportamiento de las suspensiones y los neumáticos (Firestone S-211) que
se mostraron adecuados al piso mojado.
Las
luces no son excepcionales pero si suficientes. Los limpiaparabrisas (con
sistema eléctrico de "sapito") funcionan bien gracias a un
dispositivo exquisito que los vincula. El
consumo no es uno de sus puntos a favor, pero pocos de los compradores de
un Antique tendrán en cuenta este rubro. Además los valores de
kilómetro por litro varían de acuerdo al manejo. No es lo mismo circular
en cuarta a 2.000 rpm que estar todo el día tirando 5.500 rpm entre
cambios.
Como
en todo coche sport que se precie, atrás existe una especie de asiento
tapizado en moquete donde solo cabe un niño de cinco años a lo largo o
en su defecto, el eventual equipaje de la tripulación. En el respaldo del
seudo-asiento posterior, hay una puerta rebatible donde se aloja la
batería, el crique, la llave cruz y el seguro antirrobo de la rueda de
auxilio que va montada en la parte exterior.  Para
un público especial
La
conclusión es obvia. Es un auto para un mercado muy definido, que goza
con las características y prestaciones de un sport con mucha potencia y
equilibrada suspensión. Con detalles de producción (como el caso del
puente trasero) que son dignos de autos de alto precio y calidad y otros,
mejorables (¿por que no un hard-top en lugar de capota?) como los
comandos de luces de parabrisas y carrocería más alguno que otro racimo
de cables que asoman debajo del panel de instrumentos, al menos en la
unidad probada por Parabrisas que es una especie de prototipo,
usada por Luis Gaggino para despuntar el vicio en carreras domingueras.
El
precio es alto, pero considerando los costos de un auto de este nivel, no
es posible ahorrar algunos pesos que seguramente irían en detrimento de
la calidad. Los
amantes del sol de verano, que tienen posibilidades de disponer de un
segundo auto, verán en el Antique una propuesta seria y eficiente que la mayoría
de los "sportmen" saben valorar.
Eso
si, esta versión con motor Falcon 221 SP obliga a un curso previo de
manejo no convencional. Es mucha potencia para un inexperto en cuestiones
de transmisión de HP a las ruedas motrices.
El
consejo: píselo de a poco.
Por
Carlos Figueras
Fotos: "Juano" Fernandez
Modelo:
Maria Claudia Bianchi. Miss Siete Dias 1986
Agradecemos
la colaboración del Sr. Miguel Angel Galluzzi (Bicicletas RedLine) y del
Sr. "Billy" Algelt (Restaurant "La Caleta") de Beccar
Visto en Villa Ciudad América

<Eniak Antique en el Blog de Test del Ayer>

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