Pruebas de autos argentinos

Renault 21 GTX Nevada - 1992 Los chicos y la yapa Revista Parabrisas Nro 168. Octubre de 1992

En el tránsito o en ruta, adaptable a todos los usos

Con buenas prestaciones y espacio hasta para un equipo completo, la Nevada demostró versatilidad

Atractiva opción es esta GTX, motor 2.0, con buen equipamiento, aunque no full, y la posibilidad de contar con una tercera fila de asientos para llegar a las siete plazas. La Nevada está en nuestro mercado desde mediados de 1990, y a partir de su presentación fue líder en el segmento.

Por ser un modelo caro (15% arriba de la berlina full), Renault ofrece esta GTX con el motor más chico de la línea y con algunos faltantes de equipamiento a un precio casi igual al 21 convencional con motor 2.2 y equipamiento full. En una época de gran competencia, el desafío vale porque el usuario tiene la posibilidad de contar con un vehículo versátil, para varios usos y con buen nivel de confort.

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Si comparamos este modelo con el TXE top de la línea, le falta en el interior la famosa computadora de a bordo, que es el caballito de batalla del 21 entre los nacionales. Tiene una radio menos sofisticada, no cuenta con levantavidrios traseros, ni columna de dirección ajustable, la regulación de las butacas delanteras es distinta, no cuenta con la opción de tapizado de cuero y tampoco posee techo corredizo como en la mayoría.

Le faltan faros antiniebla y llantas deportivas, aunque visualmente forma un buen conjunto

Exteriormente, las llantas no son deportivas y le faltan los faros rompeniebla delanteros. Mecánicamente la única diferencia son sus 103 CV frente a los 116 del modelo TXE. De manera que sin llegar a ser lo más de la línea, es una rural grande que se puede usar como auto pero también como una de las mejores alternativas para salir fuera de la ciudad con todos los chicos más la yapa de cargar valijas o bultos en los 367 dm3 que quedan disponibles detrás de la tercera fila de asientos.

El acceso a estas dos plazas, que parecen reservadas para chicos por el reducido espacio de que se dispone, es por las puertas traseras y entrar resulta incómodo, como se da generalmente en todas las rurales con tres filas.

Volcando la tercera fila se llega a 653 dm3 de carga; hacia adelante queda el confort de un auto

Estéticamente, aunque ya conocida, tiene formas modernas destacándose la parte posterior con una amplia superficie vidriada, donde sobresalen las líneas curvas que recubren los parantes traseros. La apertura del portón es hacia arriba y no requiere esfuerzo por la ayuda de los amortiguadores. El resto es idéntico a la berlina, pero 17 cm más larga que ésta.

Lo más llamativo de la GTX es la versatilidad de uso que ofrece. En el tránsito de ciudad se comporta como un auto de primera, con buena aceleración y seguridad. La maniobrabilidad es muy buena por su dirección asistida, necesitando sólo acostumbrarse a su longitud, principalmente para estacionar. La visibilidad se beneficia por los amplios vidrios traseros. Y el confort general es más que bueno por sus dimensiones y equipamiento, comparable a cualquier auto del mayor segmento nacional.

En la pista su aceleración causó sorpresa. Tratándose de una rural, sus tiempos están muy cerca de la berlina con motor 2.2. Los 12.74 segundos que necesitó para llegar de 0 a 100 km/h y los 34.07 segundos para recorrer los 1.000 metros hablan claramente de su performance. Pero donde más se destacó fue en las pruebas de elasticidad.

El rendimiento de su motor 2.0 se puede comparar con los registros de todas las berlinas nacionales. Esto lo demuestran los 21.95 segundos que precisa para llegar en directa de 40 a 100 km/h.

En consumo, y a pesar de sus 1.300 kg, también compite con las berlinas, con una media para el tránsito urbano de 7.92 km/l y 13.90 km/l en ruta viajando a 100 km/h. El punto flojo en la pista lo constituyó su poder de frenado, que alcanza los 48.7 metros para parar de 100 km/h a 0, mientras que en insonorización, tanto esta rural como la berlina 21, resultan imbatibles. Tiene buena penetración en el aire y la suspensión la hace muy estable en recta.

Pero en las curvas su estabilidad se compromete, con tendencia a irse de trompa y a levantar el tren trasero, principalmente la rueda del lado de adentro, que apoya menos.

En contrapartida, es estable a los vientos cruzados y tiene buena velocidad final y reprise para sobrepasar otro vehículo o un camión, a pesar de tener un motor algo más chico que la versión anterior.

El amplio portón trasero brinda comodidad para la carga

Pero el punto fuerte de esta rural es su hábitat, ítem fundamental para elegir este tipo de auto. Los espacios son amplios en la primera y segunda fila de asientos. La climatización es óptima, lo mismo que el confort general. Y los comandos son los ya conocidos de la berlina 21, manteniendo la comodidad del control satelital para la radio. Lo único objetable sigue siendo la dureza del selector de cambios, especialmente cuando se pone la marcha atrás, que canta casi siempre.

La posibilidad de rebatir la segunda y tercera fila de asientos la convierte en una pick up de lujo, ya que bajando sólo la tercera fila la capacidad de carga trepa a 653 dm3 y, además, tiene la ventaja de correr la segunda fila, incrementando el espacio.

Claro, las rurales tienen su público determinado y el segmento donde se mueven es relativamente pequeño en nuestro medio. Pero hay mercado, tanto que está llegando la VW Quantum, producida en Brasil, para exactamente competir con esta Nevada.

Por: Jorge Fernández Morano
Fotos: Juano Fernández

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CONCLUSIONES

Positivo

• Siete plazas

• Buenas prestaciones
• Diseño agradable

Negativo

• Frenos insuficientes

• Faltantes de equipamiento respecto de la versión sedán

VELOCIDAD MÁXIMA 164.000 KM/H
En la pista de test. Velocidad máxima declarada por el fabricante 176 km/h

COMPITE EN CONSUMO Y ELASTICIDAD CON LAS BERLINAS

Difícil acceso a la tercera fila de asientos, aunque para los chicos resulta toda una aventura

Rueda de auxilio debajo del piso del baúl

Comando satelital para la radio, exclusividad de la línea 21

COMPUTADORA Y DIRECCIÓN AJUSTABLE: DOS AUSENCIAS

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