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Renault 12 TL GNC - 1990
Nafta vs Gas. Lo que usted quería saber
Revista Parabrisas Nro 140. Enero de 1990 |
Durante 48 horas recorrimos más de mil kilómetros en la ciudad para establecer diferencias, performances y todos los datos relacionados con la comparación entre el sistema de alimentación a nafta y a gas. Para la prueba utilizamos un Renault-12 TL-GNC, el primer automóvil con equipo de gas de fábrica. Al cierre de esta edición no se tenía el precio de este modelo, pero pudimos establecer que instalar un equipo en cualquier auto cuesta alrededor de 800 dólares. Un completo informe que le despejará todas las dudas que pudiera tener
El GNC (Gas Natural Comprimido) día a día va ganando más adeptos, y por ende va convirtiéndose en un negocio cada vez más rentable. Es así que comenzaron a proliferar las estaciones de servicio de GNC (otrora tan escasas con las consecuentes molestias), los negocios de instalación y venta de equipos, etc. Inclusive, se estudia un proyecto que determina la obligatoriedad de este sistema en taxis y ómnibus.
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Por eso llamaba la atención que ninguna de las terminales ofreciera el equipo de gas natural comprimido como opción de serie. Renault Argentina fue pionera en este aspecto y recientemente presentó el Renault-12 TL GNC que, tal como su nombre lo indica, presenta de fábrica y con la correspondiente garantía la opción a gas.
Todos los que no conocíamos a fondo este sistema de alimentación teníamos -quién más quién menos-, algunas dudas. Por eso, nada mejor que probar durante más de un mes este Renault y extraer las conclusiones pertinentes.
El sueco Ari Boanssen al volante del Renault 12 durante el segundo día de prueba
Al volante de un clásico
Considerando que Parabrisas nunca había hecho el road-test del Renault-12, la oportunidad era buena también para efectuar una especie de mini-evaluación, de este verdadero fenómeno del mercado, encaramado desde hace ya tiempo al tope del ranking de ventas.
Cuando uno se sienta al volante del R-12 rápidamente advierte que bajo
sus reales se encuentra un auto de otra generación. Asientos bajos, cintura alta, parantes anchos, visibilidad limitada. Pero eso poco le importa al usuario del Renault-12 que fundamentalmente busca un auto que no le traiga problemas. Y ese no puede ser tema de discusión.
El equipamiento es básico, si bien el TL es la versión más completa. Muchas luces testigo, radio-pasacassette (mal ubicada, muy lejos del conductor) y nada más. El R-12 se mostró algo blando en lo referente a suspensión, lo que le da un excesivo rolido sobre todo en el manejo veloz. Los frenos no mostraron problemas y la caja la vimos muy mejorada, con respecto a modelos precedentes, menos "gomosa" y con un selector mucho más preciso.
El espacio habitable es suficiente adelante, aunque no tanto para los pasajeros de atrás, defecto atribuible a un diseño que data de fines del '60.
Rodríguez Peña y Paraguay, durante la noche cuando los turnos eran más llevaderos
Nafta vs Gas
Para tener una idea cabal de los perjuicios y/o beneficios que podía dar la utilización del Gas Natural Comprimido, debíamos efectuar una prueba donde el auto hiciera el mismo recorrido, a la misma hora y durante la misma cantidad de tiempo.
Tras elaborar la idea, decidimos establecer un circuito urbano donde andaríamos durante 24 horas con el auto alimentado a gas, y luego otro día completo, pero con nafta. De ese modo evitaríamos las probables diferencias que podían surgir del tránsito, muy disímil según la hora del día.
La largada en el caso de la primera parte de la prueba (es decir con gas) se haría desde Ugarte y Panamericana, ya que allí existe una estación de GNC. De allí tomaríamos la Panamericana (la parte veloz del circuito) hasta Donado. En Avenida del Tejar doblaríamos a la izquierda hasta llegar a Blanco Encalada, y luego Cabildo, para bajar por Dorrego hasta Cerviño, para arribar a la Avenida Del Libertador. Por allí hasta Alvear, Rodríguez Peña, Paraguay, Reconquista y emprender el regreso por Córdoba.
Esta primera parte del recorrido (de ida, como terminamos llamándolo) crispó los nervios de los sufridos choferes de la prueba sobre todo en las horas pico, cuando la zona se convierte en auténtica tierra de nadie y cada uno hace lo que le parece.
Por Córdoba circulamos hasta Jorge Newbery, Av. del Tejar, Av. Beiró, Av. San Martín, General Paz para volver por Panamericana hasta Ugarte y empezar el circuito nuevamente.
En total eran 44 kilómetros, bastante
llevaderos durante la noche, decididamente insoportables durante el día, pero ideal a los efectos de nuestra prueba de consumo.
A punto de tomar Panamericana para cumplir una nueva vuelta El infierno tan temido
El martes 12 de diciembre a las 6 de la mañana el R-12 alimentado por Gas Natural Comprimido comenzaba su largo caminar. Al principio la cosa fue fácil y esa vuelta la cumplimos en sólo 1 h 29 m. Por supuesto que estábamos concientizados para lo que vendría. La segunda vuelta demoro exactamente 30 minutos más. La ida hacia el centro fue mucho más dificultosa, algunos embotellamientos y un caudal de autos mayor debido a la hora.
Ya en la tercera pasada estableceríamos el récord absoluto, que no sería superado en el resto de la prueba. Demoramos ¡2 h 20 m!. Causante de esto fue un camión que se detuvo en pleno Rodríguez Peña a las 10.35 de la mañana para cargar basura de un restaurant. Resultado: 15 minutos parados en Rodríguez Peña y Santa Fe.
Cuando ya los bocinazos, insultos y toda clase de denuestos que llovían sobre el impertérrito camionero eran un ruido más de la ciudad, el camión decidió continuar su marcha. Eso sí, los autos estacionados tenían confeccionada su correspondiente boleta...
Por supuesto que carecería de sentido hacer un análisis vuelta por vuelta. Lo interesante acontecía cada cuatro circuitos, cuando el obediente R-12 llegaba a la estación de servicio a reabastecerse de combustible. Tras casi ocho horas de incesante andar habíamos recorrido 176 kilómetros (producto de las cuatro vueltas de 44 km) estableciendo el escalofriante promedio de 22,8 km/h. Para recorrer esos 176 kilómetros el Renault necesitó 14,3 m3 de gas lo que en buen romance significan 2.510 australes (a 175 australes por m3).
Si bien quedaron atrás las colas de dos cuadras para cargar gas, el reabastecimiento demora más que el de gasolina, por la sencilla razón que si bien el surtidor tiene dos mangueras, sólo puede cargar a un auto por vez por lo que todo el trámite difícilmente demora menos de 15 minutos.
Vuelta a salir y a dar vueltas en la ciudad con su ritmo alienante. El siguiente reabastecimiento se produjo 7h 52m después que el primero. Fuimos al mismo surtidor (nos comentaron acerca de la falta de precisión de estos surtidores) y el R-12 fue un relojito: 14,1 m3. En australes la suma ascendía a 2.467 (que supieron ser años atrás 2.500 dólares) de nuestra vapuleada moneda.
Para no entrar en aburridos detalles, dimos 13 vueltas en 23h 20m con una carga más de 14,0 m3 (2.450 australes). La suma total de lo gastado en concepto de combustible ascendía a 7.427 australes.
Para simplificar los cálculos volvimos a llenar el tanque (lo habíamos hecho la vuelta anterior) y sólo entraron 3 m3 de gas. Los 525 australes se sumaron a los 7.427 arrojando un total de 7.952. Un Renault 12 convencional
La segunda parte se daría con valores como los de cualquiera de los muchos Renault-12 que circulan por el país.
El procedimiento fue exactamente el mismo y los tiempos (minutos más o menos), eran similares a los de la prueba con gas. Las diferencias estaban dadas por congestionamientos, barreras o circunstancias que tenían más que ver con todo lo inherente al tránsito
que con las diferentes performances de los sistemas de alimentación.
Al igual que en la primera etapa Ilevada a cabo dos días antes (nos tomamos un día de descanso para calmar nuestros crispados nervios) paramos cada cuatro vueltas. En la primera parada entraron en el tanque del Renault 19,2 litros de nafta lo que hablando en términos de dinero se traducía 8.256 australes.
La suma total arrojó una cifra de 27.004 australes para recorrer 572 kilómetros que duró la prueba. Para hacer un cálculo comparativo tomaremos como base que el usuario recorre 15.000 kilómetros por año, va
que quien invierte en un equipo de gas (cuyo costo es de 800 dólares) no puede menos que recorrer esa distancia.
Para la prueba con gas se necesitaron 7.952 australes. Considerando los citados 15.000 kilómetros, según nuestros cálculos el gasto anual de combustible será de 207.832 australes. Para el caso de la nafta el resultado es de 708.146 australes o sea 500.323 australes de diferencia por año, 41.693 por mes.
La cifra arbitrariamente escogida es difícil de alcanzar en la ciudad, a menos que usted trabaje con el auto. Si va a salir a la ruta olvide el sistema. Sólo unas pocas ciudades (Mar del Plata, Bahía Blanca, Pergamino y algunas otras) tienen estaciones de servicio y éstas no existen en la ruta. La conveniencia o no, la determina usted mismo.
El conocido 1.400 cm3 de Renault. Pierde un 15% de potencia alimentado por gas
Reflexiones acerca del "gasero"
Nuestra primera experiencia a bordo de un "gasero" nos enseñó que el motor pierde alrededor de un quince por ciento de potencia lo que se traduce en la velocidad final y, fundamentalmente, en la aceleración.
Para que el gas trabaje con todo su potencial la compresión del motor debería ser llevada a 11 ó 12:1, lo que haría muy complicado el funcionamiento con nafta (imagine la detonación).
Por otra parte, todos los usuarios "expertos" aseguran que el gas es más limpio algo comprobable en el aceite y las bujías.
Respecto al famoso "pase", el procedimiento es muy sencillo:en el Renault existe una perillita que se gira en el
sentido de las agujas del reloj. Si está apuntando para arriba el auto funciona a gas. Para pasar a nafta se debe girar sólo noventa grados (indicado con PN) y allí esperar hasta que al auto falle levemente para girar noventa grados más.
A partir de allí la alimentación es a nafta. Obviamente el proceso se repite para pasar de nafta a gas. Si usted se impacienta para hacer el pase y gira sin esperar la falla, el auto se para instantáneamente, y se percibe un olor similar al de su cocina cuando su mujer prendió mal el horno. En frío se debe arrancar con nafta. Puede hacerse con gas pero tarda en "agarrar" y hasta que el auto no toma la temperatura adecuada no regula.
Conviene arrancar con nafta, recorrer dos o tres kilómetros y hacer el pase. El tanque de gas está en el baúl, reduciendo a éste a su mínima expresión y sólo dejando la posibilidad de poner en él bolsos de mediano tamaño. A la salida del tanque hay una válvula de seguridad que permite desconectar el sistema si se detectara alguna falla en el mismo.
Hicimos más de mil kilómetros en dos días para que usted tenga todas las
variables a considerar. Consumo, economía, dinero, performances. Si le conviene o no sólo puede saberlo. Nosotros le damos los datos, usted saca las conclusiones. Por Fernando Miranda
Fotos Miguel Tillous
El equipo de Gas
El equipo de gas se compone en primer lugar por el cilindro ubicado en el baúl. El gas circula por una manguera de acero de alta presión, que llega hasta la válvula de carga, que se encuentra a la izquierda del motor y que permite la recarga, cuya presión se controla por un manómetro que está debajo del reductor, en posición algo incómoda.
De cualquier modo casi todos los surtidores poseen el mismo manómetro de presión a la vista, con el que se puede controlar la presión que es de aproximadamente 200 bar.
El gas ingresa al reductor, donde se calienta, tras pasar por una serpentina, para pasar al carburador que regula la mezcla que necesita. El reductor posee una electroválvula que cierra el circuito y un regulador que alimenta en mayor o menor medida de gas al carburador.
La pérdida de performance se explica por el lado de la compresión, va que el gas debería trabajar con compresiones más cercanas a los de los gasoleros (de 15:1 para arriba) que a los de los nafteros, que apenas llegan a 8:1. Las mejores imágenes de esta prueba en Alta Resolución
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