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Chrysler Valiant
IV GT - 1966
Más veloz, más confortable
Revista
Parabrisas Nro 69 de Setiembre de 1966 |

Algo
nuevo bajo el sol. Una fabrica argentina que se anima a lanzar
abiertamente un modelo de sobreperformance. Aquí esta, testeado por
Parabrisas
La carrera armamentista sigue y sigue. En este caso de la escalada Chrysler ha fabricado un aparato que hoy por hoy es lo mas poderoso en cuestión de automóviles de gran serie en nuestro país. Esto lo sabíamos antes de probarlo. Después de ello pudimos concretar en cifras y opiniones en que magnitud es más veloz, más confortable, mas GT que los botes que producen otras fabricas. Sobre todo, ver hasta que punto es GT el GT de Valiant.
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Un GT, por lo menos como se entiende en el mundo, es un automóvil que puede ser derivado de un modelo de serie o bien ser hecho especialmente. En ambos casos, lo que lo distingue de los demás es
un sabor netamente deportivo y ciertas características de
performance y seguridad de marcha que lo alejan fundamentalmente del
auto equivalente producido en gran serie. El
GT de Valiant no cumple con estos requisitos, por lo menos en su
totalidad. La diferenciación con el auto de serie es mas nominal
que real, desde el momento en que toca como punto principal el
incremento de potencia del motor, con lo cual se obtienen algunos kilómetros
mas por hora, siendo lo demás cambios de menor
importancia. Estética
Con
el nuevo cambio de trompa, el Valiant, y esto vale tanto para el GT
como para los otros automóviles de la nueva línea Chrysler, ha
conseguido poner orden en el diseño general del automóvil, que de
esta manera presenta una unidad de dibujo mayor que en el modelo
anterior. Si bien masiva y muy cromada la trompa es mas moderna y
condice mejor con lo demás del auto. Los nuevos faros de cola
también le dan el toque horizontal que necesitaba el estilo.
La
polémica se establece en cuanto se habla del techo vinílico, en
donde las reminiscencias de "coupe de ville" choca con el
sentido moderno de Gran Turismo.Comprendemos mejor este diseño en
el modelo Coronado.

El
dibujo de la trompa, en la parte inferior del paragolpes revela una
falta de algo que hace que de frente se vean muchos fierros de suspensión
y soportes de motor y carrocería. Las ruedas de mayor diámetro
quedan bien dándole un cierto aspecto de robustez que necesitaba
urgentemente.
Comodidad
y primeras impresiones
El
Valiant es un auto grande, tal vez el mas grande que se fabrique en el
país. Grande de adentro y de afuera, tal como se supone al verlo en la
calle. Las puertas están generosamente realizadas como para permitir
una fácil entrada y salida tanto sea del o a los asientos traseros o
delanteros. El conductor encuentra una posición cómoda, comprobada
por la ausencia de cansancio luego de muchas horas de ruta.
El
volante esta demasiado cerca del respaldo del asiento de acuerdo con
el diseño americano, demasiado cerca también para la idea de un
verdadero Gran Turismo. Tal vez sea mas correcto decir que el plano
vertical que pasa por el centro del volante esta demasiado alejado del
plano, también vertical, que pasa por los pedales. De este modo,
corriendo el asiento hacia atrás para conseguir una posición mas
estirada de los brazos, también se alejan los pedales. Esto es
independiente de la estatura del conductor. Como solución transitoria
recomendaríamos respaldos reclinables.

El
Valiant GT tiene la trompa completamente rediseñada con respecto a
la versión anterior. Lo caracteriza también el recubrimiento vinílico
del techo.
El
diseño en si de los asientos es una mezcla del típicamente
norteamericano, entre los dibujados de acuerdo con el muñeco Chrysler,
y lo que se usa como asiento en automóviles GT europeos. Resultan muy
cómodos y mullidos sin llegar a la deformación de los cojines y
respaldos. Ambos asientos delanteros están separados entre si por un
posabrazos reclinable a voluntad, aditamento de relativo uso pero que
viste.
Pasando
a la parte de atrás el panorama cambia. Si bien cada uno de los
asientos es tan cómodo como los de adelante, el hecho de ser dos en
vez de uno corrido, limitan en gran manera las posibilidades turísticas
y familiares del automóvil. También aquí los asientos quedan
separados por un posabrazos rebatible a voluntad. Para mayor confort
de los pasajeros, de los cuatro pasajeros, tiene cinco encendedores,
uno en cada uno de los posabrazos fijos traseros, otro entre ambos
asientos traseros, otro en la consola que alberga el
cuentarrevoluciones y finalmente otro debajo del tablero para el
conductor.
El
sexo débil encontrará sin lugar a dudas una falta grave; no tiene
espejo en el parasol del lado derecho. Asimismo el conductor
deplorará no conseguir recorrer diez kilómetros con el espejo
retrovisor fijo en el lugar en que tan cuidadosamente se lo colocó. Terminación
Decididamente
no esta de acuerdo con su precio. Hemos tenido ocasión de comparar
la terminación de detalles entre el modelo GT y el Valiant común y
encontramos la diferencia demasiado notable en favor del segundo. Esto
se nota especialmente en la factura del tapizado del tablero en la
manera en que esta pegado al revestimiento de plástico. También
en el diseño general del tablero impera un sentido de ascetismo que
no condice con el precio del auto.
 Controles
y visibilidad
Los
clásicos en un automóvil caja mecánica. Tres pedales bien
separados y muy cómodos para el conductor, palanca de cambio de
marchas situada al costado del túnel de transmisión, de movimiento
muy duro y muy largo que conspira contra la rapidez de un cambio
apurado. La perilla de la palanca tiene un borde mas o menos filoso
que se pone en evidencia cuando se hacen los cambios, dada la dureza
de la caja.
El
GT trae un cuentarrevoluciones que, como pudimos comprobar,
funcionó a la perfección. El único inconveniente de orden
práctico reside en la ubicación. El conductor no puede mirarlo
directamente sin distraer este su atención del camino. La solución
de compromiso que se adoptó en este caso para no incluirlo en el
diseño del tablero no es feliz.
El
tablero de instrumentos es visible y bien ubicado. Las lecturas se
realizan con facilidad y comprobamos para nuestro placer que la única luz de idiota es la que controla la presión en el circuito
de aceite. El
panorama desde el puente (puente de mando, se entiende), es amplio,
deja pocas zonas oscuras en relación al tamaño del auto. En
cuestión de visibilidad, la del Valiant GT se inobjetable.
Manejo
en ciudad
Aquí
se ponen por primera vez de manifiesto ciertas tendencias de auto
"urgente".
El
motor revela síntomas de apuro. No regula en baja y abajo de 900 rpm,
el manejo tipo "bote" no es posible. Es necesario usar
mucho la caja de velocidades si se pretende estar siempre al frente.
De hecho, el tránsito en la ciudad se realiza casi siempre en
segunda, porque a las velocidades ciudadanas la tercera no tiene
salida.
Todavía los dos carburadores no han hallado su punto óptimo
de ajuste dado que tiene una tendencia al ahogo bastante notable.
También el rebaje a primera velocidad se dificulta por las toses
que hace el motor en cuanto se acelera fuerte desde abajo.

Pocos
autos son tan espectaculares como el Valiant GT para frenar. Levanta
una espesa nube de humo y el chillido se oye a muchas cuadras. No
obstante sus tiempos y distancias son aceptables, pero lógicamente
hay que tener cuidado al usar toda la performance del coche. Permite
cruceros a muy elevada velocidad, pero es necesario ir con precaución
sobre superficies húmedas. Los faros de cola rediseñados son
el único detalle distinto de la cola, que por otra parte es igual
que el modelo III. La trompa ha sido juzgada bastante agradable, mas
armoniosa que la anterior. Es un coche grande y amplio

Imagen coloreada por IA Gemini
Una
vez que el conductor consigue poner de acuerdo la caja y acelerador,
el Valiant literalmente "se pierde de vista". Las cifras
de aceleración obtenidas por PARABRISAS lo muestran como el mas
picador de los autos de industria nacional. El mecanismo de
dirección obliga por su diseño a un exagerado numero de vueltas de
tope a tope, y esto, si bien es una ventaja en la liviandad del
movimiento y en el estacionamiento, suma puntos en contra cuando se
pretende hacer una maniobra rápida en el mas puro estilo GT. La
puesta en marcha es difícil. El automóvil testeado por PARABRISAS
se ahogaba con mucha frecuencia. Luego para ponerlo en marcha era
necesario olvidarse completamente del pedal del acelerador y darle
al arranque sin lastima. Lo mismo rige para el arranque en frío.
Por suerte, un potente alternador se encarga de recargar la batería.
En resumen, no es un auto ágil pero lo que le falta en agilidad lo
suple ampliamente con el empuje y la aceleración.
Manejo
en ruta
En
ruta la cosa cambia de aspecto, sobre todo si la ruta no tiene
demasiadas curvas. Es el mas veloz indudablemente y el que puede sin
riesgos de motor mantener un crucero elevado. Cuatro mil rpm, régimen
todavía de seguridad, lo llevan en directa a la friolera de ciento
sesenta kilómetros por hora reales, mucho mas de lo que se pueda
realizar con cualquier otro auto fabricado aquí. Para las curvas,
la receta es tomarlas despacio. A alta velocidad se manifiesta una
acentuada tendencia al sobreviraje que no es muy fácil de controlar
a causa de la gran desmultiplicación del mecanismo de dirección.
Los
frenos son suficientes para velocidades de hasta ciento cuarenta
kilómetros por hora, aunque es necesario aprender a manejarlos. No
es cuestión de pisar fuerte porque ese es el momento en que el auto
se desbanda y puede suceder cualquier cosa. La técnica en este caso
consiste en hacer una serie de sucesivas, rápidas y fuertes
frenadas. 
Los
vientos laterales no influyen para nada en la marcha en línea recta
aunque si lo hace el camino, cuando tiene esos lomos desparejos. En
mojado, anda por donde el quiere.
En
cuanto a llevar equipajes, ningún problema. En el baúl cabe un
Isetta de chinchorro. Además tiene luz, cosa que no sucede en el
"cófano motore". La economía no existe a velocidades
superiores a los ciento veinte kilómetros por hora pero los lujos
hay que pagarlos de todos modos y evidentemente es un lujo andar mas
ligero que los demás. Performance
Ninguna
duda al respecto. Brillante en cuanto a aceleración y velocidad de
crucero. No tanto en la velocidad máxima obtenida por PARABRISAS,
que llega a los 162 Km/h.
Motor,
accesibilidad y accesorios
El
motor es "picante" por su puesta a punto aunque los dos
carburadores van a dar algo de trabajo todavía. El distribuidor
queda algo oculto por la inclinación del motor. Los demás
elementos bien a la vista. Como accesorio recibimos el auto con una
radio que funcionó a las mil maravillas. No puede decirse lo mismo
de la llave de encendido y de la llave del limpiaparabrisas y de la
calefacción (se desconectaban con frecuencia los tubos).
Conclusiones
Es
un automóvil demasiado veloz para el hombre que no le interesa
manejar bien. No obstante, la suspensión y amortiguación reforzada
le dan algo del aire del Gran Turismo que buscó la fábrica.

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