Algunos años atrás, con la explosión de la economía, sólo se hablaba de proyectos. Que tal o cual marca se radicaría en la Argentina, que se produciría tal o cual vehículo, etc. El tiempo pasó y algunos de aquellos estudios quedaron en la nada y otros tantos siguieron su marcha. Por aquel tiempo, uno de los primeros en anunciar su desembarco fue Chrysler para producir Cherokee y la Grand Cherokee, con la mirada puesta en el Mercosur.
El tiempo pasó y de la planta de Córdoba ya están saliendo las primeras Grand Cherokee argentinas (Laredo y Limited) . Decir que son nacionales es un poco aventurado, ya que en la práctica se trata de vehículos ensamblados en nuestro país, con algunos componentes nacionales.
La duda, sin embargo, se centraba en el nivel de terminación que podrían tener los productos Chrysler en virtud de las exigencias de los usuarios de este tipo de vehículos. Sólo subirse a esta Jeep Grand Cherokee V8 Limited servirá para despejar cualquier tipo de dudas. La calidad está a la altura de los productos salidos de Graz, Austria, (recordar que a estos lares no llegan unidades de Detroit) tanto en ensamblado como en calidad de construcción, dentro y fuera del habitáculo. Una agradable sorpresa que no podemos dejar pasar por alto.
Retiramos la unidad del edificio de Chrysler y nos dispusimos a evaluar esta unidad llegada de Córdoba. La idea en la que no muchos confiaban un par de años atrás, ya estaba rodando por la calle...

Un trámite
Ni bien uno se sube a la Grand Cherokee descubre que la denominación de nacional es un tanto pomposa. Sólo algunos componentes son de producción vernácula, como vidrios, batería, alfombras, amortiguadores, filtros, aislantes, sistema de escape, resortes y barras estabilizadoras.
Lo demás viene de afuera y se ensambla aquí. A punto tal que las leyendas en el interior del vehículo están todas en inglés. Door locks, windows, mirror y palabras por el estilo no hacen suponer que uno está sobre un auto de producción nacional. De cualquier modo, los componentes criollos son suficientes para alcanzar el contenido de fabricación nacional requerido por la Ley 21.932, Dec 33/96.
El equipamiento es más que completo y para ponerla en marcha es necesario estar al tanto de un par de cuestiones que no pueden soslayarse. Siempre hay que abrirla desde el "plip" ya que es la única manera de desactivar la alarma que consta de dos rubros. En primer lugar, la tradicional sonora y en segundo el inmovilizador de motor. Una vez que abrió, los sensores demorarán unos pocos segundos en chequear que todo está en orden. El tiempo suficiente para que usted suba al auto, se acomode, etc.
Obviamente, para ponerla en marcha, el selector de velocidades de la caja automática de cuatro marchas deberá estar en la posición "Parking" y para llevarla a "Drive" habrá que oprimir el pedal de freno. Parece complicado pero no lo es. Todo se hace de manera mecánica y cada uno de los pasos se da en beneficio de la seguridad.
De fábrica sale con dos plip (por si la manejan dos personas) y cada uno activa, además, su correspondiente memoria de asiento. Es decir, que si la que da la orden de abrir es su señora, inmediatamente la butaca se colocará en la posición previamente seleccionada que a ella le resulta cómoda y lo propio ocurrirá si es usted quien acciona el mando a distancia.

Motor. Los V8 siguen ejerciendo un atractivo irresistible. El consumo no es su fuerte
Como si fuera poco, al apagar el motor durante la noche, las luces quedan encendidas durante un minuto. Esto es ideal cuando se estaciona en un garage donde la luminosidad es mínima. Podrá hacer lo que quiera sin necesidad de tener el motor en marcha.
Tal cual ocurre con su hermana importada, la consola central dispone de dos compartimientos para guardar el control remoto del portón de su garage, si lo tuviera y anteojos. Delante de estas dos gavetas se encuentra la computadora de a bordo que cuenta con odómetro, brújula, indicadores de temperatura exterior, consumo instantáneo, consumo promedio y autonomía.
Abajo, por encima del cenicero, se ve un display en el que pueden observarse informaciones de diversa índole. Al ponerla en marcha se visualizan los kilómetros que faltan para el próximo service. Este dato deja lugar más tarde a la hora, fecha, etc. Un esquema del auto permite saber si existe alguna puerta abierta o si, por ejemplo, hace falta líquido en el reservorio del lavaparabrisas.
En el interior dispone de seis luces de cortesía que pueden ser activadas desde el tablero de instrumentos. Si las prende se hace de día.
Butacas confortables tapizadas en cuero y cojín algo corto sumadas a un volante de tamaño justo y correcto diseño, diferente al de la versión que manejamos un tiempo atrás, completan un panorama impecable en el interior de esta Limited.

Espacio. Tres personas pueden ubicarse atrás con comodidad aunque no sobra espacio
Cualquier conductor, aún los de piernas cortas, podrán encontrar una buena posición de manejo. La butaca ofrece regulación eléctrica también en altura, así como también la columna de dirección (manual) por lo que es sencillo conseguir la posición ideal.
Como frutilla del postre, hay que mencionar el climatizador automático. Sólo se trata de escoger la temperatura, la salida y esperar. La computadora hará el resto, a punto tal que si selecciona la opción desempañador, tomará el aire de afuera, por más que usted le de la orden de recircularlo.
A la izquierda del volante, el brazo que comanda el limpia - lava - parabrisas con intermitente progresivo. El del limpia - lava - luneta, por su parte, se ubica sobre la plancha, a la derecha del volante en una posición no demasiado accesible. Luces al estilo actual, con perilla circular abajo, a la izquierda de la columna de dirección.
En marcha
Ya familiarizados con la unidad (nos llevó menos tiempo que la primera vez que subimos a una Cherokee) nos fuimos al campo. Al girar la llave se escucha el inconfundible ronroneo característico de los V8, el corazón de esta Grand Cherokee.
Como todo V8, este 5.2 litros empuja desde muy bajos regímenes algo que se conjuga perfectamente con la caja de velocidades automática de cuatro marchas largas. A punto tal que la tercera es directa y la cuarta tiene una relación final de 0.69. El V8 se ríe de todos estos números y empuja en cuarta a 1.500 vueltas sin ningún tipo de inconvenientes. A fondo en la misma marcha, el V8 viene a 3.500 rpm. Lo que se dice un régimen holgado.

Baúl. La rueda de auxilio quita algo de lugar. Dispone de redes para sujetar la carga
En contrapartida, su punto flaco es el consumo. En promedio ciudad / ruta, hay que ser muy dulce con el acelerador para estar por debajo de los 20 litros cada 100 kilómetros. A 120 km/h constantes precisa 13.8 litros para recorrer un centenar de kilómetros y a fondo está muy por encima de los 20 litros.
El consumo elevado deja al tanque de 85 litros muy justo. Piense usted que apenas está por encima de los 400 kilómetros de autonomía, una distancia que bien podría ser mayor en un 4x4 sobre todo si hablamos de travesías de montaña, por citar un ejemplo. En síntesis, caja automática, motor voraz y tracción integral permanente conforman un cocktail explosivo para billeteras poco proclives a ver la luz del sol.
El comportamiento dinámico en el asfalto es impecable. Confort de marcha, adecuada insonorización y respuesta rápida a las órdenes del conductor. Nadie podrá quejarse , ni aún en las poceadas calles de la ciudad o desparejos adoquines. Absorve las irregularidades y la vida a bordo no se altera.
El sistema de frenos se mostró eficiente y el ABS no actúa de manera prematura, lo que es un verdadero alivio en el barro y la tierra.
En cuanto a prestaciones, cabe señalar que la velocidad máxima está limitada electrónicamente a 180 km/h (190 de velocímetro) y el corte es un tanto brusco. Para acelerar de 0 a 100 km/h son menester 10.4 segundos.

En el "off road"
Gran parte del confort de marcha rutero se debe a los neumáticos Goodyear Wrangler, poco ruidosos debido a su dibujo. Claro que no se puede tener todo. No se sienten muy cómodos en el barro, aunque sin desentonar, y tampoco es recomendable probar su resistencia en caminos con piedras filosas. Es usted quien debe elegir el tipo de neumático en estos vehículos, por lo que no es bueno emitir un juicio de valor al respecto. Depende de cada uno.
Buena capacidad de vadeo (75 centímetros) con la toma de aire ubicada buen arriba, en la parte trasera del guardabarros delantero. Inclinación máxima de 44 grados le permiten sortear pendientes sin dificultades. El recorrido de rueda no es de lo más llamativo pero la pone en condiciones de superar terrenos escarpados sin problemas de ningún tipo.
Para redondear y tener una idea de lo que se puede esperar de esta Grand Cherokee debemos decir que se trata de un vehículo equilibrado, con sus pro y contra como todos. Confort de berlina y equipamiento completísimo. Consumo poco austero y una habitabilidad que no se condice con el tamaño exterior. Todas, en última instancia pueden ser consideradas sutilezas.
Por ella deben pagarse u$s 49.900; un precio razonable considerando lo que ofrece. Esta Grand Cherokee seduce. Y son muchos los que la tienen como un inocultable objeto de deseo. Será esa gente, en definitiva, la que decida la justa relación entre el valor y el precio.
Por Fernando Miranda
Boletín de calificaciones
(5 Optimo, 4 Muy bueno, 3 Bueno, 2 Regular, 1 Deficiente)
No se puede ir contra la corriente. ¿Conoce usted mucha gente que diga que la Grand Cherokee no le gusta?. Nosotros no. Mejor resuelta esta versión que la que tiene parrilla cromada.
2 - Habitabilidad / Acceso |
3 |
No tan buena atrás como adelante. Si la referencia es el tamaño exterior, bien podría exigirse más espacio para los ocupantes de los asientos posteriores. Para abrir el portón trasero, se necesita espacio porque es de enormes dimensiones y de una sola pieza.
Sin diferencias respecto de otras Grand Cherokee evaluadas. No le caerían nada mal luces de mayor poder lumínico. Hay que prestar atención a los parantes delanteros. Su volumen puede ocultar algún auto, objeto o persona de la visión del conductor.
Nada falta. Sólo en tren de ponerse muy exigentes podría señalarse la falta de calefacción de asientos y techo solar eléctrico. Si a usted el equipamiento le parece insuficiente lo que necesita es una tienda de artículos electrónicos.
Rápido arranque en frío, silencioso en ralenti y algo más rumoroso arriba. Los 212 CV disponibles se sienten en toda la gama. Si bien el par máximo está a 4.200 rpm, la curva es pareja y empuja de bien abajo. Inyección electrónica multipunto.
Como quedó establecido en el cuerpo de la nota, está limitada a 180 km/h. Obviamente está para más, pero no son velocidades aconsejables para andar en un 4x4.
Sin duda, el gran déficit de esta Grand Cherokee. En ciudad se necesitan más de 20 litros para recorrer el centenar de kilómetros, y 13.8 litros para recorrer idéntica distancia pero a 120 km/h constantes, lo que equivale decir que en el uso común los valores se estiran un poco. A fondo o manejando "alegre" en el barro las cifras son casi aeronáuticas.
Dos aspectos bien definidos. Impecable en el asfalto y sin problemas en el off road. Es decir, se ha logrado el añorado equilibrio. Los treinta y siete centímetros de recorrido de rueda hacen que en ocasiones el tope sea algo prematuro.
9 - Comportamiento citadino |
5 |
Inmejorable. Puede manejar en el más caótico tránsito y sus nervios llegarán como nuevos. Es una berlina alta, ni más ni menos.
10 - Comportamiento off road |
3 |
Como contras más notables, neumáticos poco adecuados y de recorrido de rueda corto. Pero esto no es óbice para que el comportamiento de la Grand Cherokee sea muy eficiente. Buena capacidad de vadeo.