Chevrolet 400 Super 230 - 1966 Un  compacto con clase Revista Parabrisas Nro 70 de Octubre de 1966

En el momento de tomarse la foto, el automóvil pasaba frente a uno de los dos controles del kilómetro lanzado

Ciento veinticinco caballos en un motor seis en línea que tiene gran éxito tanto en el automovilismo deportivo como en el utilitario

El modelo Súper para el año 66 que produce la General Motors continúa la línea impuesta por la marca a través de sus modelos anteriores. En este caso, las diferencias o cambios con respecto al modelo anterior son menores. De hecho, la línea general no ha variado

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Estética

A nosotros siempre nos ha gustado la forma en general del Chevrolet. Encontramos una agradable proporción entre alturas de capot y de cabina, entre el largo del capot y el del baúl. Definitivamente identificado como auto de motor delantero no necesita para demostrarlo un capot excesivamente largo.

También la ausencia de una vagueta lateral con respecto al modelo anterior le ha sido estéticamente favorable.

Comodidad y primeras impresiones

Entrando al automóvil se nota en seguida el generoso tamaño de ambas puertas. Tanto las traseras como las delanteras permiten una maniobra ágil y rápida. Lo mismo puede ser dicho de la operación de salida. Siendo un automóvil de techo más bien alto, se favorece la operación de "entrance" y "exit".

Una vez dentro del automóvil se comprueba la amplitud interior en comparación al tamaño general. Sobre todo para el asiento trasero, la distancia entre el cojín del mismo y el respaldo del delantero, es mayor que en sus inmediatos competidores.

El puesto de conducción resultó más cómodo que lo imaginado. El volante está cerca de los pedales y puede adoptarse sin ninguna incomodidad una posición de manejo de brazos extendidos. El recorrido del asiento delantero resulta limitado hacia atrás. La ubicación de los distintos elementos interiores es razonable pudiendo mejorarse la posición de los apoyabrazos.

Terminación

El conjunto de detalles de carrocería y "trim", cuando está correctamente terminado da una idea general positiva del automóvil. En este caso, si bien el diseño general no es de gran lujo, la terminación hace lo suyo en pro de esa buena impresión.

Encontramos en el momento del "test" un automóvil que ya tenía once mil kilómetros, los suficientes como para ver aparecer defectos de armado menor. No los hubo, por lo menos notables.

La prueba de ruidos autoriza a decirlo así, dado que las marcas obtenidas lo fueron sobre un vehículo con un kilometraje equivalente al realizado en un año por un conductor común.

El frente ha cambiado, por lo menos en lo que a parrilla se refiere. Las barras horizontales le han dado un sentido estético de mayor anchura y aplomo

Controles

Los controles de marcha y distintas maniobras son los clásicos en un auto de corte americano. Muchas perillas, tanto en como debajo del tablero. Los diales visuales, circulares, agrupan uno el velocímetro, lamentablemente sin parciales, y el otro, instrumentos de aguja del amperímetro, cantidad de combustible, temperatura del agua y, ¡oh, alegría!, un manómetro para la presión de aceite de lubricación, que da una agradable sensación de seguridad aunque muchos opinen lo contrario.

Luz de idiota solamente para delatar la presencia de los faros altos de ruta. La luz del tablero se registra con un giro de la perilla de luces pudiendo entonces el conductor regular la intensidad a su entera satisfacción.

Los pedales, altos en opinión de algunos de los testers, resultaron cómodos por su separación uno de otro y por su tamaño. La operación de taco y punta es muy agradable de realizar, colocando el taco sobre el pedal del freno.

El freno de mano, más o menos inocuo, como todos los de su especie, está ubicado debajo del tablero de instrumentos. Encontramos el pedal de embrague con un recorrido excesivamente largo y también duro. El pedal de frenos tiene las deficientes características de un sistema de campanas sin servo.

Perillas de puerta y cerraduras no ofrecieron dificultades. Solamente las tuvimos con el control del ventilador de la calefacción. Por lo demás esta actuó correctamente, si se obvia el hecho ya común, de la pésima circulación de aire caliente en el interior del vehículo.

Como en otros casos, en este también volvemos a pedir a la fábrica una calefacción selectiva para el asiento trasero, que podría consistir en un conducto especial hacia aquel. El limpiaparabrisas de dos velocidades resulta en ambas algo lento. Por otra parte, las posiciones, tanto de la bomba de agua del lavaparabrisas como la del cambio de luces, no están bien logradas

Visibilidad

Desde el puesto de manejo, la visibilidad es buena. Las líneas rectas del auto en general hacen fácil su ubicación en el espacio tridimensional. También el juego de espejos retrovisores cumplen correctamente su misión.

Manejo en ciudad. Facilidad de arranque

Para manejarlo en el tránsito ningún problema específico, salvo el que deriva de su tamaño. La dirección es muy liviana y como tal tiene un número de vueltas tal vez excesivo. 

Las ruedas dan la impresión que andan un poco por donde ellas quieren, sobre todo en las vías, en las que el auto colea a gusto. El corto diámetro de giro facilita el estacionamiento en lugares reducidos y la elasticidad del motor hace que no sea necesaria mucha segunda. Pero de todas maneras, si se pretende estar siempre en punta, es indispensable el empleo intensivo de la segunda velocidad. Los movimientos de cambio de marcha son suaves y precisos para un diseño de palanca en la columna de dirección.

El arranque en frío es cosa seria, no por lo que tarda en ponerse en marcha, ya que con el cebador manual lo hace instantáneamente, sino por lo que demora en adquirir la correcta temperatura de funcionamiento. Hasta que esto sucede, y pasan sus buenos ocho o diez minutos, el automóvil no tira, tose, se atora y le hace pasar al conductor las mil y una. La solución sería la de proveer un calentamiento más efectivo del múltiple de admisión.

Manejo en ruta. Estabilidad.

En marcha recta, los vicios de estabilidad se notan por la gran influencia que tienen los vientos laterales y los lomos bajos.

Aquí se pone en evidencia la desmultiplicación de la dirección que resta mucho al placer de manejar un auto veloz y picador. En las curvas veloces manifiesta una notable tendencia al "oversteering" o sobreviraje que puede traducirse en trompos si no se tiene cuidado. Tal vez sea cuestión del tren trasero o más bien del sistema trasero de suspensión.

Luego, los frenos. Son directamente inoperantes a velocidades elevadas y hasta podría decirse peligrosos. A esto se le suma la ausencia de servo que siempre ayuda en la dosificación de la presión sobre el pedal. También goza de un rolido pronunciado que es el causante de la levantada de la patita trasera interior con la consecuente perdida de adherencia y potencia.

El rubro economía es satisfactorio. Lo demuestran las cifras obtenidas por PARABRISAS. En ciudad, la economía de rodaje puede aumentarse trabajando con mesura sobre la bomba de pique.

Performance

En cuanto a aceleración y reacción, tiempos muy buenos. El motor siempre girando silencioso y sin dar señas de fatiga y puede mantener velocidades de crucero del orden de los ciento cuarenta kilómetros por hora sin ningún inconveniente, que corresponden a 3.500, 3.700 vueltas por minuto.

Visto de perfil se nota la ausencia de la bagüeta longitudinal reemplazada por la que sobre el guardabarros, corre desde la moldura trasera del mismo hasta el centro de la puerta

Motor y elasticidad

El clásico Chevrolet siete bancadas. En la versión standard, un motor elástico, económico, logrado. En cuanto a sus servicios, son cómodos y fáciles. Dentro del relativamente ancho "cofano motore", el largo y fino Súper 66 deja un buen aspecto de trabajo.

Accesorios

Fuera de los normales, ninguna cosa rara. La radio resulta de una nitidez y fidelidad encomiables. La calefacción, una vez que el agua esta caliente, es efectiva. Tiene tres perillas: paso de agua al radiador de calefacción, entrada de aire y selectivo del desempañador.

Una perilla comanda, mediante un giro hacia la derecha, el ventilador de dos velocidades variables. Como aditamento especial, la radio lleva parlante también en el vano de la luneta, comandado desde debajo del tablero. Lamentamos la ausencia de una llave de "guiño" para comandar las luces grandes con el aro de volante.

Conclusiones

En la idea de lo que es un auto de turismo, el Chevrolet encaja sin mayor trabajo. Dimensiones razonables exteriores para llevar circunstancialmente seis personas. Velocidad de crucero razonable. Vemos demasiada inexactitud en la dirección y frenos que no están en absoluto de acuerdo con lo demás del auto.

El motor del Chevrolet Súper queda muy cómodamente ubicado dentro del gran vano motor. El nuevo modelo de Chevrolet lleva filtro de aire en baño de aceite y radiador mas grande. A cada lado del motor, sobre los faldones de los guardabarros, pueden apreciarse las torretas de sujeción de los amortiguadores

Chevrolet Super 66 en Autoclásica 2017

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CONCLUSIONES

El detalle que más nos gustó:

• Motor (2 votos)

• Espejo exterior (1 voto)

El detalle que menos nos gustó:

• Frenos (2 votos)

• Mala carburación (1 voto).

Puntaje final: 64.80

VELOCIDAD MÁXIMA 162.000 KM/H
Promedio de dos corridas en ambos sentidos

Equipo de test

- Ronald Hansen
- Emilio R. del Valle (n)
- Guillermo Mártire
Durante las pruebas de aceleración y performance en el Autódromo Municipal condujo la unidad el Insp. de Servicios de G.M. de Argentina, Sr. Antonio Castro

Sobre el costado del guardabarros, por delante de la rueda, el nuevo detalle de carrocería

NUESTRA MAYOR CRÍTICA LOS FRENOS. EL CUADRO REGISTRA LAS DISTANCIAS PERO NO EL DESCONTROL DEL AUTOMÓVIL EN EL MOMENTO DE LA FRENADA. TAMPOCO REGISTRA LA PÉRDIDA DE PODER FRENANTE, QUE ES NOTABLE

Comentan el test y otras cosas los Sres Ronald Hansen. al centro, Alberto Gomez, sobre la derecha; en primer plano, Antonio Castro de GM, detrás de él Miguel Bonasso de prensa de GM. Eso que apenas se ve detrás de Hansen es la victima de todo esto, Emilio R del Valle (h).

UNA LINDA CURVA DE ACELERACIÓN. DESPUÉS DE VARIAS PRUEBAS COINCIDIMOS EN QUE PARA MAYOR APROVECHAMIENTO DE LOS HP ES CONVENIENTE CAMBIAR A LOS 50 Y A LOS 90 KM/H

El barrido de los limpiaparabrisas es generoso, aunque encontramos su cadencia algo lenta en las dos velocidades

Esta es una de las pasadas que se hacen en la prueba de agua. Cuando llueve mucho la prueba de agua se hace por si sola. En esta prueba no se registraron filtraciones importantes o destacadas, salvo el caso del vano de la puerta trasera que dejó pasar algunas gotas

Road Test del Chevrolet 400
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Por Gustavo Ernesto Lopez

email guerlopez@gmail.com