Pruebas de autos argentinos

Siambretta 175 Súper Standard - 1964 Más económica y con las mismas virtudes Revista Parabrisas Nro 43. Junio de 1964

Una pasada en plena prueba de aceleración

No solo el éxito vendedor de la versión "175 TV", sino también la curiosidad despertada por la motoneta durante la prueba que realizamos, parecen augurar a la "Súper Standard" el inveterado suceso que caracterizó a toda su línea predecesora

Analíticamente, no es necesario deshuesar la necesidad del lanzamiento, porque de hecho queda depositada la inquietud industrial o comercial que lo promovió. Pero en cambio, sí resulta muy significativo que el lanzamiento se produzca en una época ilíquida, característica precisamente por la desnutrición de los volúmenes de ventas.

Esa inquietud que mencionamos se confirma con la habilidad de prever un modelo más barato, probablemente accesible a mayor número de posibilidades aún manteniendo todas las condiciones de su hermana mayor.

Todo esto quiere decir que los resultados emergentes de la seriedad técnica y fabril pueden presionar cómodamente contra las estadísticas. Y que, aparte de darle a la gente lo que la gente quiere, se lo puede dar con calidad de material bien manufacturado y no perecedero.

Un flamante perfil: La nueva Siambretta Súper Standard

Todavía hay más. La robusta estructura de las empresas Siam, creemos que en todos los órdenes que abarca, y por lo menos en los referentes a automotores y motonetas, respalda, a través de una razonada distribución de concesionarios, las relaciones post-venta con los usuarios y, naturalmente, la atención que requieran los vehículos.

Este razonamiento extra técnico, se formula luego de haber justificado visualmente el proceso de mecanización, distribución, venta y service. Desde ya, las comparaciones siempre resultan odiosas, y por otra parte nosotros no deseamos ingresar en un terreno arado fecundamente por el número contabilizado, pero luego de imponerse notoriamente al público argentino, el diagrama productor del vehículo que testeamos -creemos- ya adquirió la experiencia necesaria para intentar equipararse a las células motociclísticas más importantes.

Buena maniobrabilidad. Aptitud para todo terreno

La Siambretta Súper Standard es una creación argentina en lo referente a dibujo, modificaciones con respecto a la "TV" y planificación industrial de producción. Básicamente, difiere del modelo anterior en la supresión de chapa decorativa -caso paneles laterales, guardabarros y carenado del manubrio-, ya que la geometría de dirección (a pesar de usarse otra horquilla), el motor y el planteo de los órganos componentes se mantiene tal cual.

La Súper Standard no tiene velocímetro. Además se le suprimió la batería original de la "TV", y por lo tanto todos los suministros eléctricos quedaron a cargo del volante magnético alternador. De este modo quedó sin efecto la luz de posición y se vio disminuida la potencia sonora de la bocina. Hubo también un pequeño replanteo en la distribución de los órganos en la parte posterior, de tal manera que debió modificarse levemente el dibujo del tubo principal del bastidor, que ahora sostiene desde abajo las cavidades del tanque y el baulito. Otra desaparición: la llave de encendido y la traba de dirección.

De todo lo cual se deduce que solo hubo fugas suntuarias cambiadas finalmente por casi $ 30.000 a favor del usuario.

Estéticamente no llegó a ser discutible, ya que en general fue aceptada como una linda motoneta. Esta opinión se produjo más por la originalidad de los planos que por la constancia de las líneas, a pesar de lo cual se consiguió -en general- transmitir la idea de utilitarismo que la caracteriza. Posiblemente la homogeneidad entre las partes no sea toda la deseada, pero no debemos olvidar que a la necesidad de publicar un nuevo diseño, se agrega la de no apartarse del "standard" original en la 125 c.c. cuyo éxito desde ningún punto de vista se puede discutir.

El ingreso a la máquina no ofrece incomodidades, sobre todo porque se puede efectuar de ambos lados con idénticas ventajas, ya que el caballete se opera tanto desde izquierda como de derecha.

La posición de manejo es bastante funcional, pero quizá hubiéramos querido el manubrio unos centímetros más bajo para corregir un tanto la poca tensión de los brazos. El asiento individual -otra innovación- tiene también sus cosas. Anatómicamente da la impresión de ser un sostén casi perfecto, pero la duración del viaje manifiesta fatigas en los muslos del piloto. Con respecto al navegante, directamente no tiene de dónde agarrarse, y nosotros pensamos que una pequeña correa a propósito no hubiera encarecido el producto. Los pies, correctamente apoyados. Nos parece muy bien el abandono del pedalín y la predilección de la pedana, elemento que incluso permite alguna variante de la posición -sobre todo en el ángulo de las piernas- efectuada con propósito de evitar cansancios y sobrecargas.

Pruebas de frenaje. Hay bloqueos pero frena bien

Insistimos en que nos gustan los comandos de transmisión a la izquierda y los de aceleración y frenos a la derecha por su similitud con los del automóvil. Quizá hubiéramos querido la leva de cambios en el piso, porque en general se puede obtener de este modo un accionamiento más seguro y menos propenso a las equivocaciones.

En la Siambretta, como es habitual en la marca, el comando de la caja se agrupa con el embrague y por supuesto gira todo el manillar en cada maniobra. No es que haya funcionado mal, pero para operar con seguridad es necesario un proceso de adaptación bastante largo, sobre todo si el piloto no es irremediablemente motonetista.

Cuando el pasaje de cambios es ascendente, es decir, cuando se comienza desde primera, puede prescindirse del embrague, pero no recomendamos adoptar la misma tesitura en los rebajes, porque de esa manera los discos absorberían la diferencia de velocidades rotativas y quedarían rápidamente knock-out. Lo ideal es acelerar el motor y rebajar desembragando, o sea como habitualmente se recomienda para cajas sincronizadas y de ejes en contacto continuo.

Veámosla ahora en marcha: teniendo siempre en cuenta que la máquina salió "cero kilómetro" de la fábrica, por supuesto no puede juzgársela desde el primer momento, pero durante los primeros kilómetros nos dio la sensación de ser muy dura, y dura en cuanto a resistencia al desarme. Sin embargo, a tres o cuatro días de uso se registraron aflojamientos trágicos en bastantes tuercas y bulones, por lo que la Súper Standard hubo de invernar una tarde en el taller.

Las relaciones internas de desmultiplicación son obviamente importantes en un motor que entrega su potencia durante un margen breve de rpm. En el caso de la Siambretta, el diseño supercuadrado del motor restringe aún más la gama de regímenes útiles característico del dos tiempos, por lo que la inteligencia de selección es perfectamente manifiesta, ya que hemos tratado con una caja soberbia.

No solo el "alegretto" sino también la aceleración apoyan cómodamente en cada una de las cuatro marchas. En una palabra, siempre hay un cambio para circular con las rpm necesarias, aun conectando las relaciones en orden descendente durante el frenaje. La Siambretta Súper Standard es -como toda motoneta- muy delicada para frenar, sobre todo porque las ruedas chicas facilitan los bloqueos. Por lo tanto, no solo es necesario, sino también recomendable, afirmar las deceleraciones con la caja de velocidades, cuidando en este caso particularmente la prolija dosificación del freno delantero.

Satisfechos con la estabilidad. Probablemente hubiéramos aplaudido la instalación de un amortiguador algo más duro, pero comprendemos que no todo el mundo padece de apetitos deportivos. La gran queja de nuestros testers está dirigida a la trepidación del manubrio. No sabemos si ello se debe a la supresión de los amortiguadores de la rueda delantera, pero lo cierto es que no aconsejamos tripular la Súper Standard a quienes usen dentaduras postizas. Sugerimos, ya sea un montaje elástico de la pieza sobre un taco de goma, o ya manillares forrados en abundante espuma de goma. Las vibraciones se transmiten a la pedana. El acompañante entra en resonancia a las 1.500 rpm. Puede utilizárselo como taquímetro, en caso de emergencia.

Finalmente, señalamos a la Siambretta como óptima para circular por tránsito intenso. Nuevo hincapié en la magnífica caja. El silenciador disminuye notablemente el ángulo de inclinación de la máquina hacia la derecha. La posibilidad de raspar en el suelo es bastante eventual, pero no estaría nada desacertada la idea de levantarlo cinco centímetros.

En ruta, el crucero se efectúa a 70-75 kph. Referimos al lector a los comentarios precedentes para analizar las cualidades de aceleración y frenaje y formulamos dos nuevas quejas: muy poca reserva en el tanque de combustible y escasa luz para circular a más de 50 kph. Suponemos que los técnicos de la fábrica eliminarán estos inconvenientes. Por lo demás, quedamos bastante satisfechos de la experiencia. Stop.

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VELOCIDAD MÁXIMA 104.000 KM/H
Con piloto apilado, promedio de varias corridas en sentidos opuestos

EQUIPO DE TEST

- Ronald Hansen
- Guillermo Mártire
- Emilio R. del Valle (n)
- Carlos Marcelo Thiery

En las pruebas de aceleración y frenado en el Autódromo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires piloteó el Sr. Carlos Marcelo Thiery de Parabrisas

Dobla bastante bien. El silenciador toca frecuentemente el suelo

Vea también

Road Test de la Siambretta 175 TV
Revista Parabrisas Nro 36. Noviembre de 1963