¿A que se atribuye esta falencia?. Hay razones bien definidas. Para dotar al Clio de otro propulsor habría que construir una planta de motores lo que requeriría una enorme inversión, que aparentemente Renault Francia decidió hacer en Brasil.
Por otra parte, este motor contribuye de manera notable a levantar el porcentaje de integración nacional, porque el nuevo Clio posee varios componentes importados.
Por este lado debería pasar la explicación. Pero veamos cuales fueron las conclusiones que pudimos extraer de este Clio RT que hace escasas semanas comenzó a salir de la planta de montaje de Santa Isabel en Córdoba.
1 - Diseño / Aerodinámica |
9 |
¿Merece algún punto más que la versión anterior?. El facelift que recibió incluye faros más grandes (algo a lo que aparentemente habrá que acostumbrarse a la luz de lo que se ve en los últimos modelos), un catadióptrico en el portón posterior donde también se aloja la tercera luz de stop, y cambios en el logo, de aspecto mucho más moderno.
Detalles que no sirven para variar la calificación de un auto de trocha generosa, con un Cx de 0.32 y cuyas líneas a todos agradan.
El Clio francés que probamos complicaba a los de más de 1.80 metros. El problema en este caso se agrava porque las butacas son más altas. Las medidas efectuadas demostraron que perdió dos centímetros de espacio con respecto a su antecesor, lo que hace que la cabeza quede muy cerca del techo.
Los comandos están distribuidos igual que en los modelos anteriores y quedan al alcance del conductor.
Subvirante. Está penalizado por neumáticos algo angostos. Saca la trompa en curvas lentas
Más que suficiente para un auto de este segmento. Dos cuadrantes en los que se alojan velocímetro y cuentavueltas, indicador de temperatura y de nivel de combustible (muy preciso). Con respecto al 1.4 importado no dispone de medidor de nivel de aceite. Testigos a los costados completan la información necesaria. Tolerable margen de error de los instrumentos.
4 - Habitabilidad / Acceso |
8.5 |
Aquí no hay ninguna diferencia. Puertas con buen ángulo de apertura y con una habitabilidad respetable. Atrás, si los ocupantes de los asientos delanteros son altos, tendrán un espacio algo reducido para acomodar las piernas.
Las partes del motor están al alcance de la mano y en el vano motor se dispone del lugar suficiente para trabajar con comodidad.
5 - Visibilidad / Luces |
9 |
Sólo hacia atrás ofrece algunas dificultades, pero no más que cualquier otro vehículo de su segmento. Empeoró levemente con respecto a la versión anterior por el tema de tener el asiento más alto. Espejos de tamaño reducido, aunque no exageradamente.
En lo referente a luces, la eficiencia a la que nos tiene acostumbrados los productos de Santa Isabel. Impecables desde todo punto de vista, ya hablemos de la potencia o la distribución. Como complemento, ofrece antinieblas trasero (uno) y delanteros.
Plancha. Ninguna diferencia con el modelo importado. Adecuada terminación
Cuenta con aire acondicionado, cuatro opciones de salida claramente identificables y opción de recirculación. Todo funciona correctamente y conseguir la temperatura deseada es cosa sencilla. Por el lado de las críticas, debemos señalar un forzador ruidoso a partir de la tercera velocidad (tiene seis).
Quien compra un Clio no puede esperar más de lo que tiene este RT. Los más exigentes podrían reclamar levantavidrios traseros y regulación de la columna de dirección, pero no es lógico para un auto de este segmento. Con sólo dar una ojeada al recuadro de equipamiento podrá comprobarse que estamos en presencia de un modelo que tiene todo lo necesario para tener una confortable vida a bordo.
Comienzan aquí los problemas del Clio RT nacional a la hora de ser calificado. ¿Qué agregar de un propulsor que lleva más de veinte años en el mercado?. La inyección monopunto le quitó 4 CV con respecto al último vehículo propulsado con este motor que manejamos. Cuenta ahora con 74 CV, una potencia que está lejos de asombrar en un "mil seis".
Tiene los inconvenientes propios de un propulsor de otra generación. Rumoroso en todos los regímenes, no demasiado austero en el consumo y perezoso a la hora de las prestaciones. No mostró la misma amplitud térmica que otras plantas motrices como ésta (siempre guiándonos por el instrumental).
Antiguo: Esta es una de las principales falencias del Clio nacional. Un motor superado
9 - Aceleración / Reprise |
6.5 |
Los cuatro CV se sienten en la aceleración de 0 a 100 km/h. Los 13.21 segundos lo ponen apenas por encima del último Renault 9 que probamos. La aerodinamia le juega a su favor en el 0 a 1000 metros donde alcanzó un registro de 34.71 segundos. Lejos de sorprender si se considera que hablamos de un 1.600 cm3. Si la comparación se hace con el Clio de 1.400 cm3, las conclusiones dejan muy mal parado a este Clio nacional. En contrapartida, éste reprisa mucho mejor que el modelo importado.
Otra vez su calificación está condicionada por el motor. Llegó a una máxima de 168.35 km/h, casi exactamente lo mismo que alguna vez alcanzamos con un Renault 11 equipado con este motor pero con 82 CV. La aerodinamia juega a su favor y permite un puntaje mayor.
No se le pueden pedir peras al olmo. Los ingenieros de Renault han hecho maravillas para que este propulsor se encuadre dentro de los límites razonables para un 1.600 cm3 varillero, ahora alimentado con inyección monopunto. A 90 km/h necesita 6.5 litros de combustible para recorrer el centenar de kilómetros, mientras que a 120 km/h la cifra se estira a 8 litros. Razonable. Punto.
Cuenta con 43 litros en el tanque de combustible y no le vendrían nada mal algunos litros extra. En ciudad pueden recorrerse más de 470 km sin necesidad de cargar combustible, mientras que si sale a la ruta a 120 km/h, deberá hacerlo cada 518 kilómetros. A fondo, antes de los 300 kilómetros deberá recurrir a una estación de servicio.
Se podría hablar de relación de quinta algo larga, pero eso sería entra a hilar demasiado fino. El embrague, a diferencia de otros Clio que manejamos, no mostró fatiga prematura en las pruebas de aceleración. Tampoco se notaron zapateos indeseados.
Se corrigieron algunos movimientos longitudinales que se notaban en maniobras de aceleración / desaceleración. En caminos desparejos, ocasionalmente, saltó la segunda.
La gran diferencia con respecto al Clio anterior que manejamos. Cuenta con servoasistencia y eso se valora, sobre todo en ciudad. No es exagerada, por lo que la dirección no se vuelve demasiado liviana en ruta. Volante de buen "grip" y adecuadas dimensiones. Sistema preciso, rápido y directo.
No hay que escatimar presión sobre el pedal. Para en distancias lógicas y sin problemas pero, a veces, da la sensación que va a seguir de largo si no se acciona con firmeza el pedal central. Esto es atribuible a pastillas algo duras. Si se lo exige con frecuencia en periodos cortos, muestra alguna tendencia a la fatiga.
17 - Comportamiento / Suspensiones |
7.5 |
En este punto juegan en contra neumáticos algo angostos (155) con perfil alto (80). En curvas lentas, tras las pruebas de circuito, concluimos que el auto desliza pero con una virtud: es absolutamente predecible. En ruta, es menester "llevarlo" con firmeza aunque sin esfuerzo. Suspensiones más blandas que el modelo francés.
18 - Confort / Terminación |
8.5 |
Buenos plásticos y encastres, en líneas generales. Tapizados juveniles, en sintonía con la "onda" del auto. No se notaron ruidos en el interior ni en zonas tradicionalmente críticas como los paneles de puertas o tablero.
Repite el puntaje que ya le diéramos al Clio 1.4. Clásico baúl de un dos volúmenes de este segmento. Dispone de 230 dm3 con la posibilidad de rebatir el asiento (1/3 - 2/3) si lo necesita. Rueda de auxilio en jaula exterior (¿por qué no un buche?) y llave de ruedas en la pared lateral del baúl.
20 - Precio comparativo |
7 |
El precio al público de la versión RT probada por nosotros es de u$s 18.136. ¿Con qué compararlo? Depende de sus necesidades. Está por arriba del Fiesta (siempre hablamos de versiones full), u$s 2.000 arriba del Corsa dos volúmenes y la historia se repite si se lo compara con el Gol de 1.800 cm3 también full, si es que vale la comparación entre un cuatro puertas y un dos puertas. Haga sus cuentas y piense lo que necesita.
Por Fernando Miranda
Fotos Miguel Tillous