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Fiat
Duna S y Fiat Duna SD - 1989
"Los
miserables"
Revista
Parabrisas Nro 129. Febrero de 1989 |
El amanecer en el puerto de La Boca en una de las calles típicas
Un naftero y un Diesel. De equipamiento y cilindrada similares. Valía la pena realizar una doble evaluación de los Fiat Duna S y SD. Pero más allá de sus virtudes de habitabilidad, coeficiente aerodinámico, y capacidad de baúl. ambos se mostraron "miserables" en sus respectivos índices de consumo. ¿Naftero o Diesel?. Saque sus conclusiones
Para romper la monotonía, creímos interesante realizar esta doble evaluación, que sin ser comparativa, nos evitará en el futuro ser redundantes en nuestros conceptos al calificar cada uno de los ítems.
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Elegimos el Fiat Duna S y SD porque sus equipamientos son similares (con mínimas excepciones) y porque nunca está demás comparar las cifras de un naftero con un Diesel, especialmente cuando ambos disponen de motores de 1.300 cm3 de cilindrada.
Por otra parte, habíamos efectuado el road test del Duna SCV (1.500) que debido a su precio, resulta ser la versión menos comercializada. A tal punto que entre el S y SD suman el 70 por ciento de la producción de esa línea, repartiéndose el resto entre el SC (1.300 cm3 Súper Confort) y el SCV, este último con menos del 10 por ciento del total.
Este hecho, hizo que durante gran parte del año pasado, recibiéramos llamados de nuestros lectores solicitando el test del S y el SD. Nada mejor, entonces, que formalizar el pedido a Sevel Argentina de ambos modelos para realizar esta doble evaluación.
IMPORTANTE: Por tratarse de un road test atípico, cada rubro debió ser calificado con puntajes diferenciados. Para simplificar la tarea del lector, las estrellas ubicadas en primer orden, así como las cifras correspondientes a los valores obtenidos en velocidad máxima y aceleración, son las del Fiat Duna S y las de la segunda línea o en segundo orden, las del Duna D.
El
puntaje en el renglón superior corresponde al Fiat Duna S y en el
inferior al SD
Fiat Duna S
Fiat Duna SD. Nótese como la versión Diesel tiene una mayor tendencia al rolido y a subvirar
1- Estética exterior |
3.5 |
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3.5 |
El análisis de la estética de un automóvil es algo muy personal. Tan personal como subjetivo. Existen automóviles que al ser lanzados al mercado no tienen aceptación inmediata. Algunos tardan meses en ser asimilados por el mercado, otros, años. Es tema que ya fue conversado.
Cuando el Duna tomó la calle, por ser el primer automóvil con baúl alto, el público puso sus objeciones. Pasado su primer año de vida, ya no se escuchan tantas críticas porque el "ojo del usuario" se acostumbró a su imagen.
Si comparamos estos S y SD con el SCV, las diferencias son mínimas, pero a nivel visual, de cierta importancia. Principalmente debido al rodado (más grande en el SCV) que cubre más el pasarruedas y al ancho de la llanta y el neumático que deja al auto, desde el punto de vista estético, "mejor plantado".
De todas formas, merecen similar puntaje al de su hermano mayor. Es más que aceptable, especialmente por el diseño heredado del Fiat Uno en su porción delantera y a su bajo Cx (0.34).
Siempre sostuvimos que a excepción de las grandes berlinas, la calificación generalizada de "2 + 3" o "cinco plazas", es más teórica que práctica. Nadie niega que eventualmente pueda llevar un quinto pasajero, pero sacrificando la comodidad de otros dos acompañantes. Es decir, en el Duna van cuatro personas con absoluta soltura, sin limitaciones para las piernas, lo que habla de un diseño muy estudiado en este aspecto, con resultados más que interesantes.
El interior es funcional, los tapizados no desentonan (combinan cuerina con fibra textil), algunos plásticos tienen aspectos de ser algo endebles y carece de portamapas en las contrapuertas y de bolsillos en los respaldos de los asientos delanteros.
Más allá de algunos detalles mejorables, la habitabilidad propiamente dicha es difícil de superar en un auto de este segmento. Como en le caso del SCV, la gran bandeja a la derecha del tablero de instrumentos, es muy práctica e ideal para conductores desprolijos con tendencia a atesorar inservibles papeles, carpetas, lápices de labios, toallitas de papel, mapas, guías de la ciudad de Buenos Aires, paquetes de cigarrillos vacíos, etcétera.
Los Duna circulando por los caminos de Balcarce
3 -
Puesto de comando e instrumental
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3
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3.5 |
En este rubro se presenta una de las diferencias entre el S y el SD. En el primero de los casos, se nota la falta de cuentavueltas (instrumento que algunos creen dirigido exclusivamente a los jóvenes con tendencias deportivas reprimidas), así como del instrumento indicador de la temperatura con aguja. De esa manera, la información que se le brinda al conductor es básica y deja los posibles problemas de temperatura de agua a cargo de luces testigo, sistema al que siempre le hemos tenido cierta desconfianza.
Como el tablero del Duna -similar al de Uno- está compuesto por diferentes módulos, el SD posee en la parte inferior del panel, tres instrumentos de aguja que indican nivel de combustible, temperatura de agua y presión de aceite, ofreciendo un panorama más amplio y completo al conductor.
No hay diferencias en la posición de manejo. En ambas versiones, la ubicación del conductor frente a los comandos, es correcta aunque preferimos el sistema tipo dial para la regulación del respaldo. Por otra parte, disponen de reglaje de altura y distancia del asiento al volante del tipo basculante, que no es norma en vehículos de esa franja.
Los comandos de los accesorios, una vez que el usuario se familiarizado con ellos, son prácticos, precisos y al alcance de la mano sin necesidad de retirarla del volante.
Por lo expuesto en la primera parte, el SD merece medio punto mas que el S.
Los autos evaluados, en escenario marplatense. La bajada de la Av. Colón rumbo al Boulevard Marítimo. Adelante el S, seguido del SD
Inmejorable hacia adelante y ambos laterales. Algo limitada hacia atrás a causa de la altura del baúl.
Los espejos retrovisores internos podrían ser de mayor tamaño para abarcar una superficie más amplia. El exterior -en los dos casos- es de regulación manual (no interna) y carece del correspondiente al lado derecho, algo que notan los que se acostumbraron a conducir con tres espejos.
La superficie de barrido del limpiaparabrisas de brazo único es más que adecuada y hasta con lluvias torrenciales cumple muy bien su función en la máxima velocidad.
5
- Aireación - Calefacción
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3
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3 |
Ninguna de las dos versiones ofrecen la alternativa del aire acondicionado. En el caso del SD. se supo que se realizaron algunas experiencias pero debido a la escasa potencia del propulsor, es de suponer que los procesos de aceleración se hacían demasiado lentos. En lo referente al S, para aquellos que consideran imprescindible este accesorio, existe el SC. La ventilación de ambos es correcta y la dosificación del flujo de aire no acarreo problemas como en oportunidad de la evaluación del SCV que mostró algunas irregularidades.
Las ventanillas delanteras se pueden abrir un par de centímetros sin que se produzcan molestos silbidos del viento (gracias a la falta de canaletas de desagote), aunque siempre es aconsejable -como en todos los autos- abrir también un par de centímetros la trasera del mismo lado para evitar remolinos internos.
Apareados, circulando por el camino que conduce de Balcarce a Nicanor Otamendi. Tierra guadalosa que sirvió para detectar filtraciones
6
- Confort de marcha
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3
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3.5
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La experiencia y los años de andar en estos menesteres analizando defectos y virtudes de distintas marcas y modelos de automóviles han llevado a cierta tipificación respaldada por las características salientes de cada unidad. Así es como en la jerga interna utilizamos términos como confort "tipo Peugeot", robustez "tipo Gacel" o suspensión "tipo Fiat".
Bueno, el confort de marcha en ambos Duna es "tipo Fiat". Ni demasiado duro ni excesivamente blando pero con tendencias más afines a lo primero que a lo segundo.
El S se mostró algo más saltarín (en lo referente a la suspensión delantera) que el SD, versión que soporta sobre el tren anterior más peso que su similar alimentado a nafta. Esto se manifiesta, especialmente, si se circula sin acompañantes ni equipaje por alguna de esas callecitas de empedrado desparejo que la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires nos supo conseguir. El SD, por lo expuesto, parece copiar mejor pero a la vez, es más subvirante que el S debido a esos kilos extra que apuntamos.
Considerando que el usuario promedio de un Fiat Duna le otorga mayor importancia al confort de marcha en ciudad que a la tendencia subvirante, el SD merece medio punto más.
No se anotaron vibraciones que se transmitan a la dirección o comando de caja.
7 -
Maniobrabilidad - Dirección
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3.5
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3.5
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Ese mismo peso extra que soporta el tren delantero del SD, produce un efecto sobre la dirección que la hace algo más pesada. Sobre todo en maniobras de estacionamiento. Ambos tiene un buen diámetro de volante pero de "grip" muy fino para nuestro gusto. Mucho más lógico es el del SCV.
El radio de giro no es sorprendente pero está dentro de la lógica para un auto de su tamaño. El sistema es de respuesta rápida y segura.
En caminos de tierra hacen olvidar a los Fiat de antaño. Robustos y más confiables
8 -
Equipamiento y Accesorios
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2.5
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3
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No hay que olvidar que estamos en presencia de dos versiones con equipamiento básico. Las que disponen de mayor cantidad de elementos de confort son los SC y SCV. Quien se encuentra sin opciones es aquel que se decidió por un Duna Diesel, pues no existe uno con mayor equipamiento.
Tanto el S como el SD poseen cinturones de seguridad del tipo bandolera combinada pero no del tipo inercial y los de atrás son de cintura. El Diesel dispone de luneta térmica como equipo de fábrica en tanto el S carece de ella. Respecto a la pintura bicapa, en ambos es opcional aunque en el caso de nuestras unidades, el SD contaba con ese proceso.
Ninguno de los dos tiene pasacassettes aunque cuentan con radio AM-FM (digital) con dos parlantes montados sobre las puertas delanteras.
Aquí las historias se bifurcan. Uno (el S) está propulsado por un motor de 1.300 cm3 que funciona con nafta especial / súper. El otro (SD) lo hace por medio de un Diesel de igual cilindrada.
En el caso del naftero, nos encontramos ante un motor conocido por el mercado argentino desde las épocas del Fiat 128, probado, mejorado y experimentado a través del tiempo. De un funcionamiento correcto, sin altibajos ni desgastes prematuros y con una relación cilindrada / potencia interesante. Es silencioso, parejo, no tiene vibraciones a determinado régimen ni mostró consumos de aceite.
En síntesis, un buen motor, adecuado para el Duna y que es el mismo utilizado en la versión que se comercializa en Italia.
El gasolero, sin pretender descubrir la rueda, es otra cosa. Ni mejor, ni peor, simplemente otra cosa. Sólo se pone de manifiesto el tradicional "taca - taca" a la hora de regular en frío. Una vez que los metales tomaron temperatura, el conocido"ruido a pobre" (como dicen en la calle) desaparece hasta hacerse casi imperceptible.
Quizá la potencia del motor sea más apropiada para un Spazio que un Duna, pero la realidad indica que por el momento no hay otro impulsor disponible. Pero también es cierto que el comprador de un Diesel de este segmento, no busca -y por lo tanto no espera- mejores prestaciones.
En La Boca con el tradicional puente como fondo
Vamos a las cifras que dan una idea más exacta. Hablar de 151 km/h de velocidad máxima y un tiempo de 15 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h con partida detenida para un motor de 1.300 cm3 y 60 CV (DIN), no es poco. Obviamente, en el primer caso, cumple una función vital el Cx (0.34) del Duna respecto al Spazio que con igual motor desarrolla 9 km/h menos.
Los valores de elasticidad (40 a 100 km/h en 4ta) son satisfactorios y si todo está en orden, permite sin inconvenientes doblar a paso de hombre con respuesta adecuada al presionar el acelerador.
El Diesel, tiene su velocidad tope en 5ta marcha. Sin olvidar sus 42 CV (DIN), 133.4 km/h para el Duna SD, no está mal. 129.5 km/h obtuvo el Spazio Diesel, pero con una gran diferencia: el SD la obtiene en sobremarcha y el Spazio en cuarta.
Por el lado de los valores de aceleración (relaciones de caja y puente similares al Spazio) los 26.20 segundos aparecen como una cifra algo elevada. Sin embargo, si nos remitimos a otros vehículos Diesel de mayor cilindrada, nos daremos cuenta que no es exagerada y que corresponde a sus características. Sólo es cuestión de acostumbrarse a valores de aceleración menos briosos, algo común a todos los "gasoleros" cuando se los confronta con nafteros.
No notamos inconvenientes en el S, sólo en el SD el pase de 2da a 3era se mostró algo arisco, pero no es algo que tenga que ver en forma directa con la transmisión del Duna.
El Duna S cuenta con un puente más largo que el SD (17/64 contra 13/53) lo que va en detrimento del Diesel a la hora de acelerar. La aplicación de la potencia al piso por medio de las ruedas directrices es eficiente y tampoco aparecieron problemas de cambios que "saltan" de su alojamiento en caminos irregulares. El embrague no presentó síntomas de fatiga al cabo de las pruebas.
Pedal algo esponjoso pero sin que llegue a modificar el poder frenante. Ante exigencias del tipo "panic stop" no pierde la línea ni se observaron tendencias o vicios poco agradables. En el SD, el desplazamiento de peso al momento de solicitar el sistema, hacen que los discos delanteros trabajen con mayores cargas que en el S.
Para el experimentado en conducción de automóviles Diesel, esta sobre exigencia, se puede compensar por medio del gran poder frenante del motor al "bajar" los cambios en sentido inverso lo que redunda en menor utilización de discos y campanas.
Todo depende de la óptica o el parámetro que se utilice. Para los que acostumbran a andar en un Peugeot, las del Duna aparecerán como "duritas". Para el que anda en un Gacel, aparecerán como "algo blanditas".
Lo cierto es que copian bien y trabajan adecuadamente en todo terreno. El tren delantero es robusto y el trasero acompaña armoniosamente, formando un conjunto equilibrado.
No se notaron "zapateos" durante las pruebas de aceleración, en el instante de aplicar la potencia al piso en primera marcha y con partida detenida.
Escena típica de La Boca (Almacén El Triunfo) y al silueta de ambos Fiat Duna
Los consumos de ambas unidades son realmente bajos. Y para ser justos es una característica de los motores Fiat de media cilindrada que se producen en Argentina. Los valores que entregaron el S y el SD son realmente bajos y entusiasman a cualquiera.
El Duna S a 100 km/h (en quinta velocidad) necesita sólo 6.16 litros para un centenar de kilómetros recorridos. A 120 km/h menos de 8 litros y a 140 km/h (velocidad más que interesante) menos de 9 litros. Esto significa que a 100 km/h se logra una autonomía de 900 kilómetros sin reaprovisionamiento de combustible. Vaya hasta Córdoba tranquilo... le sobran más de 10 litros.
El SD, por razones inherentes a los motores Diesel, es mucho más "miserable" que el S. A 80 km/h en sobremarcha es capaz de recorrer 1.182 kilómetros con los 55 litros del tanque de combustible, lo que equivale a 4.65 litros cada centenar de kilómetros recorridos. A 120 km/h (buena velocidad de crucero para el Duna SD) necesita 7.16 litros con una autonomía de 768 kilómetros.
La diferencia más notable es en el tránsito ciudadano. Mientras el S consume 8.02 litros cada cien, el SD batió todos los records existentes con 5.23 litros para similar distancia... algo así como un mes con un tanque para el usuario que no supera los 12.000 kilómetros por año.
Durante las pruebas de aceleración en Solís
15
- Tenida en ruta
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3.5
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3.5
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Buena. Algo
sensible a vientos cruzados intensos, pero en general de correcta estabilidad direccional y en curva. Bajo lluvia, el comportamiento de suspensiones y neumáticos (Pirelli Cinturato en el S y Fate AR-28 en el SD) no mostraron falencias.
Como quedó establecido en otro rubro, el SD es de tendencia más subvirante que el S y carga mayor peso sobre la rueda del lado externo.
Las altas podrían mejorarse en base a bombas halógenas. Las bajas son suficientes pero no brillantes. Las de marcha atrás, posición, stop y viraje son de gran intensidad y excelente visibilidad nocturna. Se hacen ver.
Llegar a las partes mecánicas, debido al motor de menor tamaño y la falta de algunos accesorios, es mejor que en el ya testeado SCV. Entrar o salir del auto por cualquiera de las cuatro puertas no requiere esfuerzo alguno. Vehículos de mayor tamaño se muestran con accesibilidad más complicada. No hay mejor dentro de su categoría.
Los asombrosos baúles de los Duna
18
- Terminación y estanqueidad
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3.5
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3.5
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Tapizados, contrapuertas, apoyabrazos, falta de embellecedores internos de marcos de puertas y otros elementos, los diferencian del modelo "top" del Duna: el SCV. Pero ambas son versiones más económicas con menor equipamiento y accesorios.
La diferencia de precio entre un SCV y un S, debe notarse, así también sucede con un Mercedes 190 base frente a un 190 "full equipe". La estanqueidad es muy buena (testigo de ello fueron los polvorientos caminos bonaerenses de la zona de Balcarce). No hubo vestigios de agua o tierra en el habitáculo y/o baúl.
Poco se puede decir que ya no se haya dicho. Su tamaño sigue sorprendiendo a todos. Inmejorable dentro de su franja. Entra lo que usted imagine.
También en este rubro las diferencias son notables. Coherente el precio al público del Duna S, subvaluación del dólar estadounidense mediante, frente al valor de sus rivales directos. No así el del SD que cuesta un 25 por ciento más que el S con similar equipamiento.
Volver sobre el tema de la conveniencia o no de la compra de un Diesel, sería entrar en una discusión filosófica. Se supone que cada uno sabe lo que hace y lo que necesita. Pero compensar la diferencia de inversión inicial, significa andar muchos, muchos kilómetros.
Por Carlos F. Figueras
Fotos: Miguel Tillous
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